Serpientes y escaleras - ¿Javier o Sergio?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Javier o Sergio?

Como la canción de los diez perritos: de todos los aspirantes ya solo quedan dos.

 

¿Javier o Sergio?

El viernes pasado la dirigencia nacional de Morena informó que en Javier Bolaños Aguilar y Sergio Pérez Flores habían empatado en la encuesta de reconocimiento para elegir al candidato de la 4T en la capital de Morelos y será esta semana cuando la Comisión Nacional de Elecciones tomará una decisión final al respecto. Con esta información el resto de los aspirantes quedan excluidos de la carrera, en espera de que el partido los coloque en otra posición o algún candidato los sume a su campaña. Cuernavaca es un municipio clave para ganar el estado.

La fotografía que se tomaron los dos contendientes al lado de Leonel Godoy expone de forma gráfica cómo están los bandos en esta historia: de un lado está Ulises Bravo y Sergio Pérez, del otro Javier García y Javier Bolaños; Sergio Pérez es impulsado por el hermano del gobernador, mientras que Javier Bolaños está identificado con la corriente de Margarita González.

En la carrera por la candidatura de la capital se inscribieron muchos, algunos sin méritos y con la única intención de que los consideraran; el propio Sergio Pérez Flores carece de capital político, además de que es un personaje que nunca ha ganado nada, llegó a Morena apoyado por Rabindranath Salazar, protestó como senador tras la muerte de Radamés Salazar, le dio la espalda a Rabín y luego se incorporó al grupo político de Ulises Bravo, a quien apoyará mientras su hermano sea gobernador o a él le convenga.

La prolongación de la decisión sobre la candidatura no es buena para el partido, pero parece una estrategia definida desde el comité nacional para depurar la lista de aspirantes y dejar fuera de la jugada a personajes que, dicen, nunca tuvieron oportunidad de ser considerados. La candidatura quedará en uno de los dos contendientes que “empataron” en la encuesta, será una decisión política que tomará en el comité nacional,a través de la comisión de elecciones.

En este espacio pesará también lo político: por un lado está la fuerza del gobernador Cuauhtémoc Blanco y de su hermano Ulises Bravo, cercanísimos al dirigente nacional Mario Delgado; por otro la candidata Margarita González, amiga de la abanderada presidencial y sin duda una figura a la que deben tomar en cuenta porque a ella se le han encargado 750 mil votos de Morelos para la bolsa nacional de la 4T y no lo podrá conseguir con malos candidatos en las alcaldías.

Ninguna de las dos fuerzas puede dejarse de lado porque ambas tienen un peso específico en esta historia; aunque está de salida y su poder va en declive, Cuauhtémoc Blanco es en su calidad de gobernador constitucional un hombre cuyos intereses son considerados dentro del partido, de ahí que hasta ahora le han concedido tres posiciones: el senado para Víctor Mercado, la diputación federal para Sandra Anaya y la diputación plurinominal federal para él.

Suponer que la dirigencia nacional le otorgará también este espacio no es remoto, pero hay que tomar en consideración que no es la única posición que reclaman los cuauhtemistas: su hermano Ulises Bravo Molina aspira a una diputación local plurinominal, algunos integrantes de su gabinete, como Alfonso de Jesús Sotelo, quieren jugar un distrito local y varios alcaldes identificados con el gobernador persiguen la reelección o una curul. ¿Cuántos espacios está dispuesta la dirigencia a concederle al mandatario?

Del lado opuesto está Margarita González Saravia, candidata a la gubernatura y responsable directa de que la Cuarta Transformación gane la elección estatal y obtenga buenos resultados en todos los espacios en disputa; en su calidad de coordinadora estatal su opinión es preponderante porque todos los cargos en disputa deben aportar votos al movimiento en los distritos y en los municipios, pero también a la candidata presidencial que, insisto, ha puesto a Morelos una cuota electoral de 750 mil votos. ¿Cómo cumplir la meta si los candidatos se quieren colgar de la marca o como en el caso de Sandra Anaya son impresentables?

La decisión que se tome en la candidatura de Cuernavaca, independientemente del nombre, será un termómetro de la influencia política que tienen Cuauhtémoc Blanco y Margarita González dentro del partido; si la decisión del comité nacional de elecciones favorece al senador Sergio Pérez quedará claro que la fuerza todavía la tiene el jefe del ejecutivo y a partir de ahí se deben considerar las cosas que puedan verse en la campaña. Pero si la balanza se inclina en favor de Javier Bolaños el mensaje será opuesto y veremos cómo la candidata comienza a tomar el control de los hilos políticos del partido y del estado de cara a la siguiente elección.

La depuración de personajes en el caso de Cuernavaca es sana porque había muchos aspirantes haciendo guerra sucia interna, promoviendo reclamos y tratando de ensuciar el proceso; si el CEN hubiera destapado el viernes a Javier Bolaños como abanderado para la capital de Morelos, inmediatamente se habrían presentado inconformidades, se acusaría imposición y los Ulises Boys, encabezados por el secretario Jaime Juárez, atacarían al candidato. Pero al quedar dos figuras en la recta final, una de ellas abiertamente apoyada por Ulises Bravo, los que se quedaron en el camino tienen que hacer de tripas corazón y esperar hasta que el comité nacional diga la última palabra. Ya no pueden alegar imposición.

Por supuesto que prolongar más la decisión genera tensión e incertidumbre entre los aspirantes, en la casa de campaña de la candidata a la gubernatura y en el morenismo de la capital, pero es la manera como el CEN trata de evitar la revuelta que desde hace semanas organizaba el propio Sergio Pérez. Ahora que el senador se encuentra en la recta final y en espera de una decisión de su comité nacional, solo le quedan dos opciones: obtener la nominación y pedir el apoyo de los demás, empezando por Javier Bolaños o apechugar con el fallo y conciliar para no quedar fuera de todo.

A ninguno de los dos aspirantes les queda mucho margen de maniobra para la rebeldía.

·         posdata

Casi desde que saltaron a la palestra pública desde la dirigencia estatal del PAN, los hermanos Daniel, Adrián y Juan Carlos Martínez Terrazas demostraron que su interés en la política es por razones económicas. “Así han sido siempre, les gusta ganar perdiendo y cuando tienen posibilidad de manejar recursos los llevan a sus cuentas personales” me contaba hace tiempo un panista que convivió mucho tiempo con ellos desde el comité juvenil de Acción Nacional.

Las cosas no les iban tan mal a los tres hermanos mientras su ambición estaba controlada; con el manejo del comité estatal han logrado ir saltando de un espacio a otro sin mayor esfuerzo y sin preocuparse por ganar elecciones; cuando Daniel decidió probar suerte en las urnas perdió y por ello en la siguiente elección buscan los espacios más sencillos, aunque ello implique desplazar a otros candidatos, como sucede con la diputada Andrea Gordillo, a quien movieron de distrito para que el suyo, el que ha trabajado durante dos años, sea para uno de los hermanos.

Pero la suerte no es eterna, sobre todo cuando se peca de ambicioso: eso está ocurriendo hoy a los Terrazas, a quienes sus propios correligionarios atacan desde distintos frentes acusándolos de corruptos, del manejo discrecional del partido, de apropiarse las candidaturas y por supuesto de abusar del poder. No se trata de señalamientos que no hubieran escuchado antes, solo que en esta ocasión vienen de gente que los conoce de muy cerca, que han visto lo que hacen con los recursos públicos y que los están golpeando muy fuerte, con elementos, más allá de la declaración mediática.

La destitución de Adrián Martínez Terrazas de la comisión de hacienda por malos manejos y corrupción no es un tema menor, ni tampoco algo que pase de largo al alcalde José Luis Urióstegui; el edil está de su lado y durante estos dos años ha compartido con ellos el poder y el manejo del ayuntamiento, pero la presión es tal que ahora, aún con su entreguismo a los hermanos, le fue imposible impedir que los regidores lo expulsaran del espacio e iniciaran una investigación por mal manejo económico.

Competir contra Morena en Cuernavaca no se veía sencillo para el PAN y para José Luis Urióstegui a pesar del control del ayuntamiento; su peor escenario electoral es que la 4T postule a Javier Bolaños porque lo tienen medido y saben que además del voto obradorista puede llevarse votos panistas; ahora además está la dificultad que resulta de la descomposición interna provocada por los Terrazas, que pasará factura a José Luis Urióstegui y que volverá más difícil alcanzar la reelección.

José Luis Urióstegui es un buen hombre, es un fucionario decente, pero también es un político de medio pelo, falto de carácter, sin un buen equipo para gobernar y sumiso a tres hermanos corruptos y abusivos.

Frente a los resultados que ha dado Urióstegui como presidente municipal está la mala imagen de los tres hermanos que llevan muchos años dividiendo, sumando enemigos y generando una imagen de corrupción que ya ha logrado embarrar el buen historial del abogado.

Por complicidad u omisión José Luis Urióstegui se volvió corrupto.

·         nota

Juan Ángel Flores y Rafael Reyes ya se separaron del cargo de presidentes municipales de Jojutla y Jiutepec, respectivamente; el primero contenderá por un distrito federal y el otro lo hará en un distrito local.

Los dos fueron buenos alcaldes, los mejores del estado en función de los resultados y de la imagen que proyectaron, aunque cada uno lo hizo de manera distinta: Juan Ángel Flores gobernó con el corazón y por ello se volvió unan figura popular, querida y bien posicionada; Rafael Reyes gobernó con el cerebro, por ello rindió buenas cuentas, consiguió un avance palpable en su comunidad, aunque nunca tuvo la admiración pública de su símil. Uno y otro fue el mejor, dependiendo de a quien se le haga la pregunta.

Con Juan Ángel y Rafael en contienda, Morena garantiza el control de esas dos regiones muy importantes; a esta historia se suma el caso de Agustín Alonso, un hombre de innegable popularidad que representa un muro infranqueable en Yautepec para la oposición. Los tres son líderes en sus regiones y no dejarán que Morena y sus candidatos pierdan en su cancha.

Luego aparecen algunos otros actores que también pueden sumar a la 4T, aunque no de manera directa; tal es el caso de Alberto Sánchez, a quien le cerraron la puerta en el Frente Opositor, no tiene cabida directa en Morena, pero podría recuperar Xochitepec a través del Partido Verde, un aliado del movimiento transformador. Xochitepec y Huitzilac, por cierto, son los únicos bastiones más o menos seguros que le quedan al PRI y uno de ellos lo perderá.

Por este tipo de enroques se antoja difícil que Morena pierda la elección estatal.

·         post it

Otro hecho de violencia en Cuernavaca; otro fin de semana sangriento.

·         redes sociales

Habemus candidatas.

Comentarios para una columna optimista: eolopacheco@elregional.com.mx

X: @eolopacheco

Facebook: eolopacheco

Threads: eolopachecomx

Instagram: eolopachecomx