Serpientes y escaleras - Escenarios

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Escenarios

La discusión sobre el paquete económico 2025 ya comenzó. ¿Habrá acuerdos?

 

Escenarios

La semana pasada comenzó el análisis presupuestal entre diputados y funcionarios del gobierno estatal; las primeras declaraciones de ambas partes son coincidentes, optimistas y hacen pensar que la propuesta del Ejecutivo podría ser aprobada sin complicaciones antes de la fecha límite. El problema es que los legisladores siempre empiezan así y al final todo se dificulta. La capacidad de los operadores políticos de la 4T está a prueba.

Veamos los escenarios posibles:

Primero. Que el equipo político de la gobernadora integrado por la representación parlamentaria de Morena y funcionarios de su gabinete concilien con la bancada opositora y consigan los votos necesarios para que la propuesta económica enviada se apruebe sin mayores cambios antes del 15 de diciembre. En ese escenario los aplausos se los llevarán todos y habrá un reconocimiento particular de parte de Margarita González Saravia a quienes, de su lado, hicieron lo necesario para que el presupuesto se aprobara en tiempo y forma.

Segundo. Que las cosas se compliquen a pesar de que en la primera reunión todo fluyó sin contratiempos, esto es, que el G8 endurezca su postura, exija cambios significativos en el documento enviado por el ejecutivo, arrincone a Morena, presione a la gobernadora y logre que les concedan sus demandas, entre las que sobresale el Fondo de Infraestructura Municipal con más presupuesto que el año anterior. En este plano la discusión se llevaría al límite y la votación podría alargarse hasta el último momento o quizá hasta el próximo año.

Tercero. Que ninguna de las partes ceda en su postura, ergo: que la gobernadora se mantenga en la línea de no comprar diputados, no permitir actos de corrupción (el fondo de infraestructura es ambas cosas) y prefiera avanzar en el 2025 con el presupuesto del 2024 y maniobrar con la cláusula de libre transferencia. Aquí la oposición endurecería su postura, postergaría la votación presupuestal hasta el siguiente año, podría no votarla y enarbolaría la bandera de que defendieron a la gente, porque no permitieron que se aumentaran los impuestos.

En este como en muchos casos de la política hablamos de dos versiones de una misma historia: en público todos refieren el bien común, afirman perseguir beneficios para la colectividad, dicen actuar en congruencia y honrar la representación popular; en lo privado las negociaciones son otras: tienen que ver con intereses personales, con dinero (mucho dinero) y prebendas de todo tipo. Ninguna de las partes acepta esto, pero todos saben que así es, se conocen y recurren a este tipo de prácticas porque son lucrativas o caminos fáciles.

La gobernadora ha sido insistente en mantener una línea de rectitud, en el caso de su relación parlamentaria ha dejado claro que “prefiere quedarse sola” que comprar voluntades o pagar para que aprueben lo que pide. Ese es un cambio significativo en la manera como se ha ejercido el poder en los últimos gobiernos, donde el pago por evento se volvió moda y la negociación legislativa se convirtió en un fondo de corrupción donde todos sacan raja. Veremos si Margarita González Saravia se mantiene firme o decide hacer lo que todos: comprar voluntades y corromperse.

Recuperar la política del diálogo, la conciliación y los acuerdos es uno de los grandes retos que enfrenta González Saravia como gobernadora; en el régimen priísta la interlocución entre poderes era de arriba hacia abajo, es decir, el Ejecutivo ordenaba y los poderes obedecían; a partir de Sergio Estrada el ritmo cambió y el congreso se volvió una mafia en la que todos roban, en donde cada acción deriva de un beneficio económico individual y nada se mueve si no hay dinero de por medio. La legislatura pasada es un clarísimo ejemplo de ello.

La discusión presupuestal es la primera prueba de fuego para un equipo que hasta el momento no parece estar a la altura del proyecto que impulsa Margarita González Saravia; muchos de los funcionarios del gabinete estatal presumen andar “en chinga”, pero una agenda llena de actividades no significa eficiencia, ni resultados en el trabajo. Puede ser que anden de arriba a abajo, pero eso no quiere decir que estén haciendo bien las cosas.

La discusión presupuestal comenzó sin certeza para nadie, la falta de cabildeo previo y la marcada división legislativa anticipa un proceso complejo en donde las partes pueden rápidamente endurecer su posición y romper el diálogo porque paradójicamente ese es el escenario que más les conviene.

El fondo de infraestructura municipal beneficiaría económicamente a todos los diputados, no solo a los de oposición, pero no haría diferencia de cara a la elección intermedia: echar abajo los impuestos se puede volver una bandera social que influiría en la elección intermedia. Recordemos que la oposición tiene el control de la mayoría de los ayuntamientos de la entidad y desde ahí pueden construir su regreso a la gubernatura en el 2030.

Al Ejecutivo le serviría un presupuesto con actualización de tabuladores tributarios porque obtendría más recursos para operar, pero podrían no estar dispuestos a buscar ese escenario a costa de lo que sea, porque aún sin aprobación presupuestal tienen la cláusula de libre transferencia que les ayudaría a maniobrar con relativa comodidad, sin volverse rehenes de los legisladores.

Lo ideal para el estado es que el presupuesto salga en tiempo y forma, que se hagan ajustes de acuerdo con la perspectiva de las partes sin cargarle la mano a los ciudadanos. Ese sería un buen escenario para el estado y para la gente, porque se evitarían sobresaltos, entraríamos a una dinámica política distinta a la de los últimos años y habría menos desgaste institucional.

Para que eso se logre se requiere algo básico: voluntad… y otros diputados.

·         posdata

La responsabilidad de sacar adelante el paquete económico 2025 recae en los legisladores de Morena, particularmente en su coordinador. A ellos les toca sumar sus doce votos y conseguir al menos dos más para que la propuesta oficial se convierta en ley. Hasta ahora no se ve por donde lo lograrán.

Margarita González Saravia ha sido clara al mencionar que no recurrirá a la compra de voluntades ni al pago de favores o a la corrupción para lograr acuerdos; ¡bravo!

El camino, entonces, es hacer política, dialogar, convencer, consensar y llegar a acuerdos a través la negociación; esa tarea recae en los hombros de Rafael Reyes.

El plazo para que se apruebe el paquete económico 2025 vence el 15 de diciembre y hasta esa fecha no habrá un asunto más importante en la agenda del estado; llegado el momento el coordinador de Morena podrá mirar a los ojos a la gobernadora con la satisfacción del deber cumplido porque se entregaron buenas cuentas en forma de un presupuesto aprobado… o justificará de mil maneras que no se juntaron los votos y por lo tanto será necesario arrancar el nuevo año con la ley anterior.

La capacidad política y el liderazgo de Rafael Reyes está a prueba. El tiempo dirá si la gobernadora tomó una buena decisión al apoyarlo para que coordinara los trabajos del grupo parlamentario de Morena.

·         nota

Muchas historias se están contando en torno a la nueva coordinación estatal de transporte, casi todas hablan de corrupción, malos manejos y la continuidad de las malas prácticas que fueron cotidianas en la administración del exsecretario Eduardo Galaz.

Esa oficina no es la única que está siendo cuestionada por hechos actuales de corrupción, también se comentan los intentos de la nueva directora del Fideicomiso Lago de Tequesquitengo, Keila Celene Figueroa, de revivir y/o mantener el negocio que encabezó en el pasado reciente Dionicio Álvarez. “La exdiputada quiere hacer las mismas cosas que antes” dicen en esa oficina.

Cuidado: en varias áreas del gobierno actual se comienzan a referir actos de corrupción y presencia de figuras que sobresalen por su habilidad para hacer negocios desde las instituciones públicas. El cambio prometido por la gobernadora no se ve tan claro cuando se revisan los nombres de quienes la acompañan en algunas dependencias.

La bandera más importante de Margarita González Saravia es la honestidad; igual que al expresidente Andrés Manuel López Obrador, sus adversarios de campaña nunca le pudieron comprobar una sola acción personal irregular, pero lo mismo que sucedió con el tabasqueño, a la gobernadora le van a cargar las transas de figuras cercanas a ella o que forman parte de su gobierno.

En la administración pública la honestidad individual no es suficiente.

·         post it

Si el paquete económico 2025 no avanza en el congreso local, Margarita González Saravia no iniciará su gestión en las condiciones que ella espera. La propuesta financiera enviada a la cámara de diputados refleja una realidad adversa en el estado, un gobierno que carga con muchos compromisos económicos heredados, múltiples demandas sociales y pocas opciones económicas de donde echar mano.

La marcha del estado no se detendrá si una vez más no se aprueba el presupuesto, de hecho ese escenario se ha convertido en algo común en los últimos años y dada la cláusula de libre transferencia es posible que el ejecutivo opere sin dificultades.

El problema es el mensaje político que deja una situación así, porque se repite el escenario del pasado reciente, donde no existía capacidad de acuerdos, operación política ni suma de voluntades. Y se supone que quienes están hoy en las posiciones clave dej ejecutivo y del congreso son mejores que los anteriores.

El problema más apremiante para la gobernadora no es que Morena no consiga los 14 votos necesarios para aprobar el paquete económico 2025, sino que la oposición les gane la narrativa y venda públicamente que frenaron la creación de nuevos impuestos. Esa se puede volver una marca indeleble en la imagen del nuevo gobierno y una bandera electoral para el 2027.

Si los equipos financiero y político del gobierno fallan, tocará al área de comunicación tratar de minimizar los daños.

¿Están listos?

·         redes sociales

El viernes previo a la elección de la nueva dirigencia de Morena muchos actores de la 4T presumían fotografías con Tadeo Nava, a quien anticipaban ganador del proceso interno.

Alcaldes, exalcaldes, diputados locales y federales, funcionarios públicos y actores políticos de la 4T daban por sentado que Tadeo Nava tomaría las riendas del partido porque representaba la línea oficial y la simpatía de la gobernadora, pero no fue así. La nueva presidenta de Morena en Morelos es Mirsa Suárez Maldonado.

Dos preguntas:

¿Así estaba planeado, confundieron la línea o les volvieron a comer el mandado?

¿Porque figuras muy cercanas a Ulises Bravo festejaron el triunfo de la nueva dirigente morenista?

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