Serpientes y escaleras - Es la inseguridad, idiota

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Es la inseguridad, idiota

La frase original es de James Carville, asesor de campaña de Bill Clinton en 1992.

 

Es la inseguridad, idiota

La estrategia de seguridad implementada por el gobierno federal y replicada en los estados es un fracaso, los índices delictivos en lugar de disminuir han aumentado y la presencia de grupos delictivos es notoria en todo el país; en algunas entidades, como Morelos, las organizaciones criminales controlan gran parte del territorio, intervienen en los gobiernos y patrocinan políticos. Prometer seguridad como argumento de campaña es un buen camino para ganar votos.

De acuerdo con la agencia TResearch durante el primer año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se documentaron y reconocieron oficialmente 30 mil homicidios, cifra que se ha incrementado anualmente al punto que, estadísticamente, se cometen 95 asesinatos al día, uno cada quince minutos. En este momento la administración actual es ya la más violenta en la historia de México con un 30 por ciento más muertos, hasta ahora, que en todo el régimen de Felipe Calderón.

Pero el problema no es sólo numérico, también es de percepción y de manejo informativo, explico: Morelos enfrenta un inicio de año sangriento, con más de una decena de asesinatos y delitos de alto impacto que acaparan la atención; lo que se vive en la entidad no es distinto a lo que está sucediendo en gran parte del país, pero a pesar de lo crudo que pueda sonar, es menos malo que lo que viven los habitantes de Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes, Michoacán, el Estado de México, Querétaro, Sonora…

La violencia y la inseguridad están presentes en todo el territorio nacional y aunque pareciera tratarse de lo mismo, por ser conceptos relacionados, no es igual: la violencia se refiere al uso deliberado de la fuerza física, la agresión, intimidación, coacción o daño dirigido a alguien o a algo, persona o grupo, con el objetivo de lastimar, mientras que la inseguridad es la falta de confianza y la percepción o realidad sobre un riesgo significativo derivado de diversos factores, como la criminalidad.

Morelos es desde hace al menos veinte años un estado donde ha aumentado la inseguridad y se han multiplicado los delitos de alto impacto; los índices delictivos son mayores año con año, pero lo que más llama la atención y genera incertidumbre es la violencia que, a pesar de ser dirigida, provoca malestar colectivo e incrementa la sensación de miedo.

Pongámoslo de esta manera: la inseguridad en Morelos es similar a la de la mayoría de los estados, pero la violencia es menor que en entidades vecinas; el problema es que el manejo de las autoridades de seguridad es terrible no solo porque se trata de modelo policiaco fallido, carente de resultados y que a nadie convence, lo es también porque los responsables de la CES son insensibles, indolentes y visiblemente incompetentes para comunicar.

Las ejecuciones de los últimos días son terribles, pero no pueden considerarse exactamente como un problema de inseguridad: no es lo mismo el robo de un vehículo o de autopartes, los asaltos en el transporte público o en una casa habitación, las extorsiones o los secuestros, que el ataque directo contra alguien con el objetivo de privarlo de la vida. Todo es terrible, pero se trata de cosas diferentes.

La semana pasada en Guerrero ocurrió un atentado en un palenque: un grupo armado llegó al lugar, asesinó a varias personas y dejó heridas a una decena más; ese hecho es llamativo porque el ataque alcanzó a gente inocente que nada tenía que ver con la pugna entre los grupos criminales; en ese caso específico hubo muchos daños colaterales, gente cuyo único error fue estar en el momento y lugar donde sucedieron las cosas. Eso no está sucediendo todavía en Morelos, pero a la CES no le interesa explicarlo.

En la agenda de los candidatos a los distintos cargos de elección popular va a estar presente la inseguridad y los hechos de violencia; la primera en enarbolar la bandera es Lucía Meza Guzmán y lo está haciendo bien a pesar de lo subjetivo que pueda ser a veces su mensaje.

Como ocurrió en 1992 cuando en el equipo de campaña del candidato demócrata Bill Clinton identificó el mensaje que quería escuchar la gente, en ese momento la economía, en el proceso electoral de Morelos la candidata opositora ya entendió qué es lo que quiere escuchar el ciudadano y confía que con ese discurso convencerá al electorado de su propuesta. Y puede estar en lo cierto.

En las últimas semanas la senadora ha intensificado su mensaje y aprovecha que la situación de violencia le permite enriquecer su discurso; la pasividad del comisionado estatal de seguridad y de su equipo abona a su causa, porque frente al reclamo pacificador no hay respuesta institucional, ni interés de informar adecuadamente las cosas, explicando la diferencia entre un problema que afecta al ciudadano común y situaciones que atañen de manera específica a quienes están involucrados con grupos delictivos. Con su actitud, parece que la CES apuesta por el triunfo del FAM en el 2024.

Lucía Meza ya encontró un filón electoral que puede aprovechar para llamar la atención y obtener votos; no es que descubriera el hilo negro o que inventara algo novedoso, simplemente está utilizando las circunstancias y las oportunidades que se le presentan en una situación que afecta a todo el país, que es más grave en los estados vecinos, pero que localmente no se quiere o puede explicar.

Digámoslo así: lo que pasa en Guerrero, Puebla, Estado de México e incluso la Ciudad de México es más crítico que lo que ocurre en Morelos, la diferencia radica en que en aquellas entidades las autoridades de seguridad dan la cara, explican su trabajo y tratan de justificar los hechos, mientras que aquí los jefes policiacos se esconden, evaden los problemas y dejan que la crisis le explote al gobernador. Si hay algo peor que una estrategia de seguridad fallida, es una estrategia fallida en manos de personas indolentes.

Lucía Meza acertó al colocar la inseguridad como eje central de su campaña y tiene de su lado la pasividad de la Comisión Estatal de Seguridad; los mensajes de la candidata opositora comienzan a llamar la atención sin que frente a ella surja una idea distinta, ni de la representante de Morena, ni de la policía estatal.

La única que está hablando de la inseguridad es la candidata de la oposición.

·         posdata

A unas semanas de que inicien formalmente las campañas, Morena lleva la ventaja en Morelos; la distancia entre la 4T y el FAM es de dos dígitos, bastante para ganar si hacen las cosas correctamente, pero insuficiente si los morenistas se pelean, la estructura se divide o el equipo de Margarita se confía.

Ninguna de las dos candidatas a la gubernatura de Morelos tiene un liderazgo estatal, cada una tiene cosas que las vuelve competitivas, pero las dos dependen de lo que hagan en los próximos meses para convertirse en la siguiente titular del ejecutivo.

Lucía Meza es una política experimentada que tiene estructura propia, buen discurso y un eficiente manejo de comunicación; Margarita González porta las siglas más rentables de la contienda, tiene de su lado a figuras que tienen presencia en varios municipios y la fuerza que le otorga el obradorismo.

La candidata del FAM carga con el lastre del PRI y necesita impulsar sola a la alianza, porque las siglas que la componen no le ayudan a ganar; la abanderada de la 4T está montada en la marca y en los liderazgos municipales; a una la conocen mucho, pero no totalmente para bien y a la otra la conocen menos, pero tiene mejor imagen.

Para poder consolidar el triunfo, las dos requieren de una adecuada selección de candidatos en los municipios, sobre todo en los que aportan más votos.

·         nota

El esquema de Mando Único de policía que implementó el gobierno de Graco Ramírez no dio buenos resultados, por el contrario, durante su sexenio se recrudeció la violencia, se elevaron todos los índices delictivos y una veintena de alcaldes, dicho por el propio comisionado de seguridad, eran víctimas de extorsión de los grupos de la delincuencia organizada.

A pesar de ello Alberto Capella daba la cara, explicaba lo que ocurría y a través de un video, un comunicado o de frente a los medios de comunicación, le entraba a los temas del momento. Hoy al comisionado José Antonio Ortiz Guarneros no se le ve ni se le escucha por ningún lado no importa lo que pase; ni siquiera existe la certeza de que está aquí.

Algo distinto, pero con los mismos resultados pasa en Cuernavaca: en la capital la secretaria de seguridad pública aparece constantemente dando ruedas de prensa, concede entrevistas y comenta las situaciones; el problema es que Alicia Vázquez Luna es muy mala para comunicar, no tiene carisma, empatía social, todo el tiempo equivoca sus expresiones y termina haciendo que las cosas se vean peor.

En Cuernavaca la violencia se ha desatado, no hay semana que transcurra sin un delito de alto impacto y frente a ello las declaraciones de la titular de Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano son terribles, constantemente culpando a las víctimas o diciendo tonterías como “el problema es que nos avisan de los delitos después de que se cometen”.

Las estrategias policiacas requieren, entre otras cosas, un adecuado manejo de comunicación; la inseguridad es un tema sumamente sensible, que influye mucho en la percepción de la sociedad sobre los gobiernos y que, en tiempos electorales como el actual, pueden volverse una herramienta útil para ganar votos.

Uno porque se esconde y no comunica y la otra porque no sabe hablar y le cae mal a la gente, pero al final en el caso estatal y en el municipal, el manejo informativo de las áreas de policía es terrible.

·         post it

El FAM tiene casi lista su alineación capitalina: el alcalde José Luis Urióstegui buscará la reelección, el exgobernador Sergio Estrada Cajigal competirá por la diputación federal en el primer distrito, la legisladora Andrea Gordillo tratará de refrendar el primer distrito local y uno de los hermanos Martínez Terrazas está apuntadísimo como primer diputado plurinominal.

El menos malo es el abogado.

·         redes sociales

El Jiutepec la lucha por la candidatura de Morena a la presidencia municipal la libran el grupo de Rabindranath Salazar, el alcalde Rafael Reyes y la diputada Ariadna Barrera.

La definición es de pronóstico reservado, lo único claro es que habrá problemas.

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