Serpientes y escaleras - Águila que desciende

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Águila que desciende

No hay mal que dure seis años. Ni pueblo que lo resista.

 

Águila que desciende

“Con poco que hagas superaras al gobierno pasado; el reto no es grande”. La frase la he escuchado varias veces en distintos momentos, se trata de un cliché político que parte de una lógica simplista y una visión mediocre. A pesar de ello, la receta no siempre ha funcionado y en muchos casos los que tuvieron un reto fácil terminaron peor que sus antecesores. Margarita González puede fácilmente superar el trabajo hecho por Cuauhtémoc Blanco, pero quiere más. Mucho más.

La administración que está por concluir tenía condiciones para trascender, para proyectar a su titular y ganarse la simpatía de la gente. El gobernador electo en 2018 no era un político cualquiera, es un hombre que forma parte de la cultura popular contemporánea, con más fama que cualquier otro personaje de la vida pública local y el respaldo del presidente más poderoso e influyente que ha tenido México en su historia moderna.

A pesar de ello lo que parecía un paseo en carrusel se convirtió en un viaje en montaña rusa; desde el principio quedó claro que el jefe del ejecutivo no iba a ejercer directamente el poder, que había a su alrededor a personas que lo manipulaban y lo encapsularon para que nadie fuera de su primer círculo tuviera acceso a él y le contara una realidad distinta a la que ellos le dibujaban.

Envolver a un gobernante en una burbuja mediática es común, le ocurre constantemente a la gente de poder, pero depende de ellos aceptar esa circunstancia. Por comodidad muchos actores de la vida pública prefieren escuchar solo las versiones de sus aliados, sus incondicionales y sus amigos, de quienes no le exponen los problemas, le dicen que todo está bien y que él (o ella) es el mejor.

Por su propia personalidad e intereses Cuauhtémoc Blanco se dejó envolver por un reducido grupo de personas entre las que destacaron su hermano Ulises Bravo y su representante José Manuel Sanz; otro círculo de amistad y francachelas lo conformaron los exfutbolistas, Germán Villa, Isaac Terrazas y Efrén Hernández, los tres integrados al organigrama gubernamental y todos con una fuerte influencia personal en el jefe del ejecutivo, porque son ellos con quienes comparte historias, vivencias, se va de fiesta y hace negocios.

Aunque todas las administraciones tienen peculiaridades que derivan del temperamento del gobernante, en la que está concluyendo la historia giró en torno al carácter de los hermanos y su gusto por pelear con todos por cualquier motivo.

Cuauhtémoc Blanco será recordado por haber sido gobernador, pero también porque  bajo su mando Morelos entró a una espiral de enfrentamientos que provocaron daños sociales muy severos y una gravísima descomposición de las instituciones. Aunque su antecesor es un hombre corrupto y profundamente rencoroso, el futbolista replicó algunas de esas actitudes y además rebajó la investidura gubernamental a niveles que no habíamos visto.

Por su origen humilde e historia de vida son comprensibles las limitaciones culturales, educativas e intelectuales de Cuauhtémoc Blanco; por las mismas razones en un momento electoral en donde lo que importaba era ganar la elección a como diera lugar, se aprovechó la fama de un hombre desconocedor de la administración pública y de las leyes. Lo que no debió suceder es que la mayoría de sus colaboradores fueran igual de ignorantes, que actuaran de la misma manera y tuvieran tan poca empatía con el estado y con gente.

“Me tienen hasta la madre estos cabrones… ya me urge irme de Morelos” dijo hace unos meses Cuauhtémoc Blanco, aún gobernador en funciones, en una reunión privada con otros dos gobernadores en una cumbre de seguridad celebrada en Chilpancingo Guerrero.

Y no mintió: desde que tomó el cargo el futbolista ha aprovechado cualquier oportunidad para irse del estado, para separarse de la responsabilidad y poner tierra de por medio de un lugar que no le gusta y gente con la que no siente ningún tipo de empatía. Oficialmente un par de veces el jefe del ejecutivo estatal tuvo que ser reemplazado por el secretario de gobierno por sus viajes al extranjero; extraoficialmente fueron muchas más ocasiones.

Los hechos confirman su desapego por esta tierra: desde que llegó a Morelos en el año 2015 para competir por la presidencia municipal de Cuernavaca y hasta el día de hoy Cuauhtémoc Blanco Bravo renta la casa en donde vive; en nueve años nunca se interesó por adquirir una propiedad el estado porque jamás pasó por su mente quedarse a vivir aquí una vez que concluyera su encargo.

El fin de este gobierno alegra a muchas personas que consideran al futbolista peor gobernador que Graco Ramírez. Más o menos malo, en ambos casos hablamos de gobiernos encabezados por gente sin arraigo, identidad ni cariño por esta tierra, son fuereños, errores de la democracia, tipos que gobernaron compartiendo el poder, que dejaron a su familia hacer negocios y con sus actos, omisiones y complicidades provocaron daños muy severos al estado y a las instituciones.  

Amén de lo que la nueva administración encuentre en la revisión de las dependencias, es evidente la degradación de la investidura gubernamental, porque en estos últimos seis años el jefe del ejecutivo nunca cuido las formas, no respeto al cargo, ni valoró lo que implica ser la cabeza de un estado.

Fueron constantes y vulgares expresiones del americanista, retando a golpes a sus opositores, presumiendo con chabacanería su hombría, utilizando palabras altisonantes para referirse a sus críticos o despreciando los problemas sociales y la opinión ciudadana. Con Cuauhtémoc Blanco tuvimos un gobernador como nunca habíamos visto, es un hombre que jamás se ha preocupado por respetar la ley, ni a las personas o la moral.

Resulta imposible pensar que la llegada de una administración como la que encabezará Margarita González Saravia pase por alto tantos y tantos excesos, abusos y acciones que no solo afectaron las finanzas públicas y pusieron en vilo la estabilidad de las instituciones, también dañaron irreversiblemente la confianza del pueblo en sus autoridades y dividieron a la población.

Quizá el manto protector del presidente Andrés Manuel López Obrador alcance todavía para proteger al futbolista de todas las malas acciones cometidas como gobernante, pero no será suficiente para salvar a los funcionarios que actuaron mal, que desviaron recursos, que violaron la ley, que se enriquecieron a costa del estado, que lastimaron a mucha gente y se volvieron parte de un entramado de corrupción tanto o más grave que el que construyeron los graquistas.

En campaña Cuauhtémoc Blanco prometió castigar la corrupción y meter a la cárcel a Graco Ramírez, pero nunca lo cumplió. Seis años más tarde la promesa incumplida podría tratarse de una omisión adrede porque se repitieron las mismas acciones y se cometieron los mismos delitos.

Pregunta obligada ¿La gobernadora también perdonará a los futbolistas y a sus familiares?  

·         posdata

La gobernadora presentó a más funcionarios de su gabinete, sobresale Margarita Estrada, una mujer que ha estado a su lado desde hace más de una década, que la conoce, la entiende, con quien comparte una misma visión y a la que brinda su confianza.

El reto de los funcionarios recién nombrados va más allá de la responsabilidad que deriva de sus encargos y de la firma plasmada en un documento que pone en letra de molde los compromisos. Todos y cada uno de los futuros integrantes del equipo de gobierno están obligados a comportarse de la misma manera que la gobernadora, a respetar su visión de gobierno y cumplir con la regla de no mentir, no robar y no traicionar.

Es la primera vez que veo a un gobernante presentar de esta forma a quienes estarán a su lado en el gobierno: en etapas, por bloques y bajo una norma de honestidad y valores que se hace firma a manera de compromiso público.

Me entusiasma el gobierno de una mujer como Margarita González Saravia, a quien su historia de vida y trayectoria pública la muestran como una dama honesta, con valores y un profundo compromiso con la gente; también me alienta su comportamiento y sus cualidades como ser humano.

Aunque como a muchos, hay nombres que me generan dudas, confío en sus nombramientos, en la selección de figuras con distintas características y cualidades; en algunos casos veo personas que nada tienen que ver con ella, con su forma de pensar y actuar, con su trayectoria de vida y sus valores, pero la gobernadora tiene una perspectiva más amplia y clara de las cosas; sin duda sabe lo que hace.

La oportunidad que les concede la gobernadora a sus futuros colaboradores no solo refleja la visión que tiene González Saravia del estado, también demuestran que es un gran ser humano, capaz de perdonar ofensas y traiciones, como las de Mario Caballero.

La próxima semana se presentará el último bloque de funcionarios, gobierno, gubernatura, consejería y seguridad. Con este grupo y los que han aparecido cada miércoles desde hace algunas semanas, la gobernadora pretende llevar a Morelos a una mejor situación; todos y cada uno reflejan su decisión y su confianza.

Confiemos que lo logre. Confiemos también que, en caso de ser necesario, Margarita González Saravia rectificará cuando sea necesario.

Ya lo ha hecho en esta etapa como gobernadora electa.

·         nota

Se aprobó la reforma judicial con la mayoría aplastante de Morena. Lo que sigue es que las leyes locales se armonicen y comiencen los cambios implícitos.

Los diez magistrados locales recientemente nombrados podrían perder gran parte de lo invertido en las posiciones que les dieron los diputados.

Hay razones por las cuales la reforma judicial recientemente aprobada puede ser criticada, pero también existen motivos para aplaudirla, porque hablamos de un poder que poco a poco desde hace muchos años se ha descompuesto, que está pervertido, en donde hay figuras que no tienen ni la capacidad ni los merecimientos para juzgar y, peor, donde existen fundadas sospechas de redes de complicidad con grupos de la delincuencia organizada.

Cierto, no todos los juzgadores son así, pero hay muchos que venden la justicia al mejor postor.

·         post it

La gobernadora no quita el dedo del renglón: Uriel Carmona debe ser relevado del cargo.

Los días del abogado Carmona como titular de la Fiscalía General de Morelos están contados.

·         redes sociales

Los troleadores de hoy serán los troleados del mañana.

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