Serpientes y escaleras - 300

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - 300

Con datos son duros las cifras contrastan de un año a otro ¿Qué cambió?

 

300

¿Qué significa que este año tengamos en Morelos 300 muertes menos y trescientas detenciones más? Por cada cuerpo que ya no llegó a la morgue, un presunto agresor fue apartado de las calles. La cifra por sí sola no borrará de un plumazo el temor que vivimos en el estado, pero obliga a preguntar ¿Qué ha cambiado en la estrategia de seguridad?

Imagina 300 cuerpos apilados, trescientas vidas que se volvieron estadística, 300 familias que tuvieron que enterrar a un hijo, un padre, un hermano o un amigo. En un estado donde la inseguridad nos ha acostumbrado a ver números y hacer de lado los nombres, la cifra puede parecer vacía, intrascendente, pero no lo es. Trescientos es el número que hay que observar.

Desde hace años las cosas no están bien en Morelos en materia de seguridad, los reportes oficiales y la percepción ciudadana echan por tierra cualquier discurso optimista y generan más inseguridades que certeza en un entorno violento que nos agravia a todos por igual, sin importar que se diga que vamos bien porque “se están matando entre ellos”. 

En medio del caos hay datos que merecen observarse, porque aún sin ser una solución definitiva permiten identificar en donde estamos y hacia donde vamos en la agobiante carrera contra la inseguridad. Veamos:

Durante los primeros cinco meses del 2025 se contabilizaron 424 homicidios en Morelos; la cifra es terrible por si sola, expone la gravedad del problema de violencia que se vive en el estado y el enorme reto que tienen las autoridades. Comparado con el mismo periodo del 2024 el número es aterrador: 722. Sin ser un panorama agradable, la disminución en el número de muertes de un año a otro es considerable.

Desde hace muchos años la narrativa sobre el problema de inseguridad en el estado y en el país se comunica con cifras, datos estadísticos y conteos numéricos que deshumanizan el problema, porque hablamos de vidas, de personas, de nombres, de gente que se vuelve parte de una numeralia que desde hace mucho dejó de tener impacto porque no muestra compasión.

Por eso pongámoslo en perspectiva: de un año a otro en Morelos el número de homicidios bajó considerablemente; al momento de escribir esta columna la cifra se ajustó a 300, lo que en volumen representa un camión lleno de cuerpos o una cancha de baloncesto repleta de personas sin vida.

Y no se trata de una metáfora, es una imagen física de lo que significa esa cantidad de vidas, hablamos de un espacio que queda vacío, de 360 metros cuadrados de sangre que representan una pérdida de esperanza, una imagen cruda, un dato imposible de ignorar.

Del 2024 al 2025 Morelos ha registrado un descenso de 300 homicidios y en contraste hay 300 detenciones más; los datos no son irrelevantes, aunque la dinámica social haga que el detalle se pierda. Desde cualquier ángulo tenemos una reducción sustancial de la violencia y más detenciones de personas que delinquen o cortan vidas. Y eso es algo positivo.

El análisis sobre el desempeño del gobierno estatal en materia de seguridad debe hacerse en dos vías: resultados y cambios estructurales. Los primeros meses de la nueva administración se han centrado en fortalecer la capacidad operativa de las fuerzas estatales y el trabajo de inteligencia para detener a grupos delictivos y generadores de violencia; en enero se entregaron patrullas nuevas para mejorar la presencia en los municipios y se reforzó la coordinación entre autoridades estatales, federales y municipales.

En este arranque de administración se han reportado detenciones más frecuentes de delincuentes vinculados a delitos de alto impacto; los informes de la SSP confirman un número de aprehensiones relevante, lo cual sugiere que la estrategia de más presencia y coordinación está funcionando. Pongámoslo de esta forma: en cinco meses el gobierno de Margarita González Saravia ha obtenido mejores resultados que los dos gobernadores anteriores en su último año de gobierno.

Los 300 muertos menos y las trescientas aprehensiones más son un indicador relevante que se combina con la restructuración de las fiscalías, pero la efectividad de la estrategia dependerá de la capacitación continua de los agentes, del fortalecimiento de la inteligencia criminal y la implementación de políticas de prevención social territorial, especialmente en municipios de alta marginación e incidencia delictiva.

Los primeros meses de gobierno de Margarita González Saravia reflejan una apuesta por el fortalecimiento institucional y la coordinación intergubernamental, ausente durante el periodo de Cuauhtémoc Blanco y simulada con Graco Ramírez. Las cifras en los primeros cinco meses del 2025 son interesantes, alentadoras, pero para que se traduzcan en una reducción consistente y permanente de los homicidios, las extorsiones y los delitos de alto impacto, se requiere de la participación de varias instancias y la clausura de la llamada puerta giratoria que opera a través de jueces y magistrados del poder judicial.

El esfuerzo debe ser diario, tiene que ser coordinado y obligadamente requiere un espacio común de mando que fije metas y evalúe resultados, protocolos con plazos, responsabilidades, recursos especializados que eviten la dispersión de funciones, capacitación y evaluación cruzada para alinear visiones y una voz comunitaria que legitime y corrija.

En esta línea la comunicación juega un papel clave porque sin ella los esfuerzos se fragmentan, se diluye la rendición de cuentas y se pierde la confianza ciudadana. Informar a la población sobre los avances, las detenciones significativas, los hallazgos de investigaciones y los cambios organizativos frena rumores que erosionan la confianza en las instituciones y legitima el trabajo institucional.

Con campañas bien diseñadas que comuniquen medidas de autoprotección, alertas de zonas de riesgo y líneas de denuncia anónima se fortalece la cultura de prevención y denuncia, eso genera empatía entre autoridades y ciudadanos. La comunicación no es un accesorio en el modelo de pacificación, es el pegamento que mantiene cohesionada toda la cadena de seguridad y la confianza de la gente en sus instituciones. Sin un mensaje claro y creíble, incluso la mejor estrategia de seguridad puede fracasar en ganar la confianza ciudadana.

En el mismo periodo del 2024 al 2025 Morelos registró 300 muertes menos y trescientas detenciones más que el año anterior, por cada vida que dejamos de enterrar, alguien fue puesto tras las rejas. Son datos duros que muestran que vamos por buen camino, pero mientras eso no se perciba en la sociedad, el número quedará en anécdota y nada cambiará.

Con 300 vidas menos perdidas y trescientos agresores más tras las rejas, la pregunta no es solo si la violencia bajó, sino qué policías, qué investigaciones y qué políticas produjeron este quiebre.

·         posdata

Luego de muchos jaloneos, reuniones e intentos de acuerdo, tuvo que ser el congreso local quien resolviera la crisis del poder judicial.

La salida fue dar por “agotado” el proceso de designación de presidente previsto y el nombramiento del magistrado decano Juan Emilio Elizalde Figueroa como titular del Poder Judicial, para que concluya el periodo hasta el 2027.

“Nos toca cerrar la puerta” dijo Elizalde en una entrevista en referencia a que serán ellos los últimos magistrados nombrados por el formato pasado; los siguientes llegarán a partir del número de votos obtenidos en la elección judicial.

A pesar de que no se lograron los acuerdos, Juan Emilio Elizalde manejó con sobriedad el proceso interno y actuó con prudencia frente a la naquez de su homólogo Jorge Gamboa.

La operación política en el poder judicial fue un fracaso desde el principio: fallaron quienes intervinieron desde el ejecutivo, también los asesores acomedidos que llegaron del congreso y los propios magistrados, porque algunos no pudieron dejar de lado sus ambiciones y en el colmo de los errores, pidieron la intervención del exgobernador Graco Ramírez, alguien cuya sola presencia echa a perder cualquier cosa.

Confiemos que con Juan Emilio Elizalde el TSJ salga de la crisis en la que se encuentra y la última generación de magistrados no electos cierre con dignidad esta etapa del Poder Judicial.

Juan Emilio Elizalde, por cierto, no fue “muy cercano” a Lauro Ortega, como algunos comentaban; es muy cercano a Jorge Carrillo Olea.

·         nota

Pasados los primeros ocho meses de gobierno, la imagen de trabajo y honestidad de Margarita González Saravia sigue siendo fuerte: la gobernadora es quien sostiene a la administración, la que con su esfuerzo personal hace notar la diferencia entre este gobierno y los anteriores y quien personalmente trabaja para que la relación entre el estado y la federación sea buena, a pesar de los errores de su equipo.

En su última visita a Morelos la presidenta de México mostró públicamente su aprecio por la mandataria, se notaba cómoda en los eventos que le organizaron y alegre al lado de Margarita González Saravia; esta vez no hubo sorpresas, ni gritos, ni empujones, ni retrasos, ni problemas en la convocatoria. Y eso es porque ya no dejaron participar en la organización a las secretarías estatales y toda la logística corrió a cargo de las delegaciones federales.

“Aiga sido como aiga sido”, Claudia Sheinbaum estuvo contenta y se fue contenta, atrás quedó el mal sabor de boca que dejó el evento de Cuautla y la pifia cometida por la secretaria estatal de la mujer.

·         post it

Con el 99.83 por ciento de las actas computadas, los resultados del conteo de votos en la elección judicial muestran el porcentaje de participación en los municipios de México.

En total hablamos del 12.92 por ciento de participación ciudadana con un 76.98 por ciento de votos válidos y 23.01 de votos no válidos, lo que hace que la elección del pasado 01 de junio sea la de más baja participación en la historia de las elecciones en México. Un récord de abstención para un proceso electivo nacional.

Dentro de esos números aparecen los municipios de Cuernavaca, Cuautla, Jiutepec y Yautepec se colocaron por debajo de la media nacional. Como estado, Morelos se ubica en el lugar 22 de 32 en participación, también por debajo de la media nacional.

Dígase lo que se diga, con un abstencionismo tan grande, las futuras autoridades judiciales carecen de legitimidad social, arrastran enormes compromisos personales, políticos y delincuenciales, además de que representan un riesgo latente, por capacidad y vínculos, para la justicia en México.

El número de votos obtenidos exponen que la estructura de Morena no es tan grande, fuerte ni sólida como presumen en la 4T.

·         redes sociales

El valor más apreciado de la gobernadora Margarita González Saravia es su honestidad. Incluso sus críticos reconocen que la dama es de una sola pieza: no replica los vicios de los gobiernos anteriores, no es ambiciosa como Cuauhtémoc o Graco, ni tiene familiares incómodos que hacen del estado un negocio personal.

El problema es que como en el pasado, sí hay Gayosso o un Ulises. Los hermanos Pérez Herrera están identificados como las figuras que hacen “bisne” con todo y con todos.

Ahí va a reventar el primer gran problema de corrupción del sexenio.

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