Serpentes y escaleras - Graco el caco
En opinión de Eolo Pacheco
Por enésima ocasión el gobernador de Morelos acusó a su antecesor.
Graco el caco
En la víspera de su primer informe de labores, el gobernador Cuauhtémoc Blanco arremetió de nuevo contra su antecesor, el perredista Graco Ramírez: “Nosotros no pactamos con el crimen organizado como lo hizo la administración pasada”. No es la primera ocasión que el futbolista apunta hacia el tabasqueño y lo culpa de todos los males que enfrenta el estado, aunque hasta ahora ninguna de las demandas presentadas ha prosperado. Además de convocar a la unidad, al futbolista le urge sancionar a los corruptos para que la gente vuelva a confiar en su gobierno.
Como presidente municipal de Cuernavaca el ex seleccionado nacional enfrentó muchos problemas que se combinaron con su falta de experiencia en administración pública; como edil capitalino Blanco iba y venía de la ciudad, combinaba la agenda municipal con sus compromisos deportivos al tiempo que intentaba entender el embrollo en el que se había metido.
A su alrededor había, en ese momento, algunos personajes que trataban de orientarlo en materia política, pero ninguno fue honesto con él, ni era conocedor de la materia; los hermanos Yáñez intentaron llevarlo a la cancha del gobernador Graco Ramírez y de su hijo Rodrigo Gayosso, se lo presentaron (al mandatario) como un político profesional, pero sobre todo como un hombre que podía ayudarlo a administrar la capital y a construir un proyecto para el futuro si lo obedecía y le dejaba manejar la ciudad.
A pesar de su falta de experiencia en política, Blanco Bravo se dio cuenta que ese no era el camino ni la gente adecuada; casi de inmediato marcó su distancia con el perredista y eso provocó un golpeteo que duró los tres años de su gobierno y que incluyó varios intentos de deponerlo del cargo, con la ayuda de todos los diputados.
La primera experiencia de Cuauhtémoc Blanco con la política fue terrible, por eso su rechazo a convivir con la clase gobernante local. El futbolista no entendía muy bien cómo funcionaba un ayuntamientos y entendía mucho menos que en este ámbito las traiciones, los chantajes y los golpes fueran cosa normal, todos los días.
Aunque los ataques en su contra fueron intensos, el futbolista aguantó la presión; la permanencia de Cuauhtémoc Blanco en la presidencia municipal de Cuernavaca y su triunfo en las elecciones del 2018 tuvieron un elemento en común: Graco Ramírez.
Como edil, Cuauhtémoc Blanco Bravo se convirtió en el estandarte de quienes habían sido agredidos por la administración perredista, de todos los que no estaban de acuerdo con la forma como el tabasqueño ejercía el poder y particularmente de quienes advertían (y rechazaban) la posibilidad de que el régimen de Graco Ramírez se prolongara a través de su hijastro Rodrigo Gayosso.
Por su fama, el futbolista fue la voz de todos los que no tenían voz y fueron perseguidos por el graquismo; luego vino la campaña y esa postura firme contra Ramírez Garrido convirtió al ex seleccionado nacional en el personaje ciudadano que podría hacer justicia a los morelenses, llamando a cuentas a tan oscuro personaje. La campaña de Blanco Bravo, recordemos, se basó en una premisa y una promesa: la enorme inseguridad en el estado y encarcelar a Graco Ramírez y a los suyos.
Diecisiete meses después de haber protestado el cargo el gobernador Cuauhtémoc Blanco aún no ha podido dar un golpe certero contra la corrupción del gobierno pasado; han presentado varias denuncias contra diversos personajes del gabinete anterior, pero ninguna con el sustento jurídico suficiente para avanzar.
Aunado a ello hay que decir que el área de su gobierno encargada de documentar las irregularidades y actuar en consecuencia ha sido inconsistente, omisa o cómplice de los personajes señalados. El jefe del ejecutivo ha sido puntual en el tema, pero su equipo de abogados y su asesor anticorrupción no han podido avanzar.
Hasta ahora todos los procesos jurídicos se encuentran dormidos en la hamaca de la burocracia sin que ninguna autoridad estatal presione o cabildee para que los asuntos revivan. Cuentan los enterados que algunos imputados fueron contactados por un funcionario de gobierno actual para llegar a un “acuerdo económico” que les evite ir a juicio o les “garantice” que los expedientes irán mal armados. También contra esto debe luchar Cuauhtémoc Blanco.
Esta semana el mandatario morelense concedió una entrevista al periódico El Universal en donde habló de su primer año de trabajo: el jefe del ejecutivo dijo que la mejor calificación a su labor (la única válida desde su óptica) es la calificación ciudadana. Al abordar el problema de violencia e inseguridad repitió lo que si gabinete se ha cansado de decir: ¡así está todo el país!, aunque abundó que este clima es consecuencia del saqueo y las malas decisiones que se tomaron en el gobierno anterior.
“Encontramos un Morelos en ruinas” dijo el gobernador; y añadió: “Yo no me califico, la que me tiene que calificar es la gente… La clase política es la que me ataca, porque les estorbo… Nosotros no negociamos con los delincuentes, somos frontales… No pactamos con el crimen organizado, como lo hizo la administración pasada… Hemos metido muchas demandas en contra del ex gobernador y ex secretarios”.
Cuauhtémoc Blanco tiene claro que necesita proceder en contra de los funcionarios del gobierno pasado, sabe que de eso depende mucho de lo que pueda lograr como gobernador, pero también lo considera un asunto de justicia pública y personal. Como presidente municipal de Cuernavaca Cuauhtémoc Blanco fue perseguido y atacado por Graco Ramírez y los suyos; como gobernador de Morelos ha tenido que cargar y padecer los problemas que le dejó el graquismo.
Ahora que públicamente retomó el tema y vuelve a señalar al ex gobernador como cómplice de la delincuencia, Cuauhtémoc Blanco debe probar que no solo son palabras: como autoridad estatal está obligado a actuar contra los corruptos y como ídolo personal de muchas personas necesita dar golpes contundentes a los pillos.
Llevar a juicio político a Graco Ramírez no es suficiente, por el contrario, eso dará al tabasqueño la oportunidad de defenderse y exhibir a sus enjuiciadores; lo que el gobernador Cuauhtémoc Blanco necesita y la sociedad de Morelos demanda, es que se actúe en otras vías contra del ladrón, que se llamen a cuentas a los exfuncionarios, que se finquen responsabilidades a sus familiares y que se haga justicia a Morelos.
Para que eso suceda, lo primero que necesita el gobierno estatal es cambiar de abogados e identificar a los protectores de los graquistas.
En este punto en específico, Cuauhtémoc Blanco está durmiendo con el enemigo.
- posdata
Al rendir su primer informe de labores, el gobernador Cuauhtémoc Blanco anunció un incremento muy importante al salario de los policías que menos ganan; de poco más de 4 mil 200 pesos mensuales ahora recibirán diez mil. Además, los elementos de la Policía Morelos recibirán cobertura médica y un seguro de vida.
El mensaje del mandatario fue claro y abordó en lo general todos los aspectos de su gobierno; detalló la situación de seguridad y el esfuerzo que se ha hecho en la lucha contra la delincuencia, hizo un llamado a la unidad y a la suma de voluntades para sacar al estado adelante; también advirtió a su gabinete que no permitirá abusos o actos de corrupción como en el pasado.
Desde el principio de su mensaje el exfutbolista recordó la grave situación en la que recibió el estado e hizo un llamado a las autoridades judiciales a dar celeridad a las denuncias presentadas en contra de exfuncionarios de la pasada administración, incluyendo a Graco Ramírez.
El mensaje de Cuauhtémoc Blanco fue breve, aunque mucho más largo de lo que muchos pensaban; a lo largo del discurso el jefe del ejecutivo tuvo variaciones en sus expresiones: se mostró molesto cuando habló de Graco Ramírez, preocupado por el problema de inseguridad, triste cuando refirió el salario y las muertes de policías y orgulloso al presentar las acciones del DIF.
El primer informe de gobierno de Cuauhtémoc Blanco puede servir para hacer cambios, empezando por la actitud general del gobierno y el ritmo de algunos secretarios; como en el futbol, es un buen momento para hacer ajustes.
- nota
La inseguridad es percepción. Cuando la gente no se siente tranquila en su entorno y percibe que las cosas están mal, habla de inseguridad.
La percepción no es solo imagen y manejo de medios; la percepción implica el trabajo coordinado de prácticamente todas las autoridades de un gobierno.
Una calle sin luz o llena de baches y grafiteada provoca una mala percepción que da pie a un sentimiento de miedo. La falta de oportunidades de trabajo, de inversión pública y privada, la recesión económica o los malos servicios públicos generan una mala percepción que provoca malestar.
El problema delictivo en México y en Morelos es real y se agudiza porque no existe un plan integral que ayude a cambiar la percepción con otro tipo de elementos y satisfactores. Sí solo se habla de incidentes delictivos o número de muertos y no se comunican otras acciones, la situación se complica.
La percepción debería ser un aspecto fundamental en todas las estrategias de gobierno; debe ser una política transversal que involucre a todos los sectores de la administración pública e incluya a la ciudadanía.
Si no se trabaja la percepción, es imposible que un gobierno sea bien calificado.
- post it
Decir que fueron amables es poco; son militares de carrera, experimentados, conocedores de la seguridad, comprometidos con México; son personas de primera en todos los sentidos, generosos al compartir sus conocimientos durante el Curso Introductorio de Seguridad Nacional en el Colegio de Defensa Nacional en el Campo Militar Número 1 de la Ciudad de México.
Personalmente agradezco al General de Brigada Armando Gómez Mendoza, director del Colegio de Defensa Nacional; también al Capitán Luis Cuauhtémoc Guerra Chacón, al General Arturo Solano, al General José Francisco Camarena Hernández y al Capitán de Navío Jaime Arístides Mijares Vallejo, expositores y magníficos anfitriones.
La Seguridad Nacional, explicaron todos los ponentes, va más allá de las fuerzas armadas; implica la participación de toda la sociedad. “La seguridad nacional es multidimensional, es responsabilidad de muchos sectores, no solo de las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad civiles”.
Estudiar este tema nos permite entender mejor la situación que vive nuestro querido México; el tema es profundo y complejo, fundamental para que el país salga adelante.
“Como mexicanos nos hace falta unirnos a una voluntad nacional para poder alcanzar nuestras metas. El mexicano entiende de forma punitiva cuando un ente o un gobierno lo castiga, pero para que un estado se desarrolle, necesita de una política de seguridad nacional donde coincidan todos.
“Si no hay seguridad no hay desarrollo, y si no tenemos desarrollo no podemos tener seguridad”
- redes sociales
Puede tener muy buenas intenciones, pero no sabe hablar. Tampoco sabe de turismo ni de cultura.
Una vez más la secretaria de turismo estatal Margarita Saravia tuvo la ocurrencia de declarar acerca de la inseguridad y los impactos de ello en el turismo; de nueva cuenta afirmó que la violencia no afecta la llegada de visitantes.
Y remató: “Lógicamente siguen los asaltos… y seguirán porque así es el ser humano y es imposible que se terminen esas cosas”.
Funcionarios como estos no ayudan en nada al gobernador Cuauhtémoc Blanco. Si se trataba de pagar un favor político o cumplir con un acuerdo de campaña, la secretaria Saravia ya fue muy bien pagada con un año en el cargo.
Comentarios para una columna sonriente:
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