Se acabó la era de las Maricelas en el PRI Morelos; ya, expulsadas
Velázquez Sánchez acusa a Jonathan Márquez de violencia política y de género
El dirigente estatal priista aseguró que el proceso fue legal y desestimó cualquier actuación misógina
Hasta ayer se confirmó, pero fue el pasado lunes cuando la Comisión Nacional de Justicia Partidaria (CNJP) del Revolucionario Institucional determinó la expulsión de Maricela Sánchez Cortés y Maricela Velázquez Sánchez (madre e hija) de las filas del Instituto político donde militaron por lustros o décadas.
Tras un proceso legal iniciado por parte de Jonathan Márquez, dirigente en Morelos del partido en el poder federal durante más de siete décadas, se determinó que ellas son responsables de la comisión de diferentes faltas graves, así como hechos considerados desleales en contra del PRI y sus militantes.
Se las acusa de hacer proselitismo en favor de partidos contrarios al tricolor, abusar de cargos de dirección y utilizar irregularmente patrimonio del Revolucionario institucional, con el fin de beneficiar a candidatos de otros institutos políticos, según puede leerse en el expediente CNJP-PSMOR-101/2021.
Aunque los está tutos internos priistas abren la posibilidad de que todavía las hoy expulsadas litiguen sus casos para poder ser re incorporadas al partido, no parece que sea la intención al momento, según las palabras de ayer de Velázquez Sánchez.
En rueda de prensa, este jueves, la acusada de haber sustraído una camioneta del partido ofendido para, presuntamente, ponerlo a disposición de otro instituto -entre otros señalamientos- acusó un perseguimiento político y de género por parte de Jonathan Márquez, desde hace muchos meses.
En respuesta, el señalado por la expriista, a través de un comunicado, aseguró que la expulsión en comento fue el resultado de un proceso legal interno. "Las pruebas aportadas, que quedaron documentadas, demostraron que las aludidas cometieron faltas graves y actos desleales en detrimento del PRI", argumentó.
Sobre la acusación de violencia de género, Márquez desestimó por completo algún comportamiento de parte suya en ese sentido, del que no hay prueba alguna, según su postura. Y criticó:
"Que una persona privilegiada y poderosa lucre con esta situación para pretender manipular a la opinión pública y ocultar sus ilegalidades sólo trivializa el sufrimiento y daña la causa de las verdaderas víctimas de la violencia de género".