Revelan costosa colección de autos de G. García Luna en Cuernavaca

En lujosa reunión con funcionarios americanos, presumió sus millonarios vehículos
Sale la denuncia al inicio del juicio contra el exsecretario de Calderón

Revelan costosa colección de autos de G. García Luna en Cuernavaca
Esta imagen corresponde a una reunión en 2009 entre Genaro García Luna y la entonces secretaria de Estado, de EEUU, Hillary Clinton.

Junto a las millonarias residencias de Genaro García Luna en Morelos, suficientemente documentadas desde hace años, y cuando se inicia el juicio en Nueva York, Estados Unidos, por los presuntos vínculos del exsecretario mexicano de Seguridad con el crimen organizado -especialmente con el Cártel de Sinaloa-  este domingo se reveló que funcionarios de la nación vecina, que trabajaron codo a codo con él, fueron testigos de una costosa y sospechosa colección de autos que el hoy procesado poseía en Cuernavaca.

En una investigación del organismo de periodistas, ProPublica (ente independiente y sin fines de lucro que produce periodismo de investigación de interés público, con el fin de exponer la corrupción en lugares como los dos países involucrados en esta historia), con autoría de Tim Golden, se revela que en una lujosa y exclusiva fiesta en Cuernavaca, en los tiempos en los que García Luna era el hombre más importante en México en contra de la supuesta lucha al crimen, los huéspedes de éste, funcionarios norteamericanos, pudieron darse cuenta de la enorme riqueza de su anfitrión.

No se precisa ni la fecha ni el lugar exactos de los hechos, pero el relato de ProPublica, de lo acontecido en la capital morelense, es revelador:

"Un exfuncionario de la embajada de EE. UU. recordó haber sido invitado por García Luna a una fiesta en lo que describió en la casa de campo de la familia de su esposa en Cuernavaca, un retiro de fin de semana al sur de la capital, frecuentado por mexicanos adinerados.

"En un momento, García Luna acompañó a algunos de sus invitados estadounidenses a un inmaculado garaje similar a un almacén donde guardaba una reluciente variedad de automóviles antiguos restaurados, recordó uno de ellos. Era imposible estimar el valor de la colección de un vistazo, pero el exfuncionario pensó que no podría haber tenido un valor menor de cientos de miles de dólares, tal vez tanto como la casa misma.

“Estaba justo frente a nosotros -dijo el exfuncionario- quien, como algunos otros, insistió en el anonimato para hablar de información aún secreta sobre el caso de García Luna. Si no era corrupto, era sospechoso. Pero en realidad no teníamos opción más que trabajar con él”.

El fin fundamental del largo texto aparecido este fin de semana, cuando los señalamientos en contra de García Luna irán siendo conocidos día a día, durante los siguientes dos meses, es destacar la “ingenuidad” o complicidad de decenas de funcionarios de las agencias de inteligencia de Estados Unidos que trabajaron con el hombre fuerte de la seguridad mexicana, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, ante las evidencias de riqueza inexplicable y signos extraños que dejaban en, al menos, sospecha, la integridad del exsecretario; tal como quedó evidenciado esa vez en Cuernavaca.

 

Previamente a esta denuncia, y desde hace al menos un lustro, se ha denunciado parte de la riqueza sin explicación de Genaro García Luna, dueño de varias propiedades -junto con varios familiares cercanos- en diversos puntos del país.

 

En Morelos, se ha documentado la existencia de bienes inmuebles del más alto funcionario mexicano alguna vez juzgado en Estados Unidos; residencias con valor de, al menos, 42 millones de pesos, adquiridas fuera de toda proporción frente al salario del que gozaba como un alto funcionario.