Punto Kairo - Retos sustentables
En opinión de Juan Salvador Nambo
Hacer investigación y de manera particular hacer investigación-acción en las escuelas públicas, implica transformar la mirada (Rockwell, 2009), es decir, transformar nuestras maneras de pensar y mirar, asumir el poder de la palabra, olvidar la libreta y la grabadora y poner manos a la obra con responsabilidad y ética.
La transformación es un proceso que habita al estudiante y al docente. Ambos tienen que adaptarse a las condiciones que les depara una sociedad en constante cambio. Descubrir teóricos que, para el caso de las ciencias sociales y, en este caso, de la educación, van interpretando la realidad a través de problemas que se muestran en su propio contexto, luego entonces profesor y estudiante van retomando algunas de estas teorías para abordar los problemas de su propio contexto y a partir de ahí generar nuevos conocimientos, incluso sin saberlo.
Encontrar nuevos problemas, interpretarlos, analizarlos y si se da el caso, encontrarles solución, es solo una parte del camino. La relación alumno-docente, en efecto, atraviesa por vaivenes impredecibles. A veces, el estudiante sufre horrores tratando de sistematizar la información, hacer entrevistas, hacer las transcripciones, buscar información y volver a buscar más y más información para hacer algo congruente con todo lo hallado (no es gratuito que las redes sociales estén llenas de memes relacionados con la tesis y el sufrimiento de los estudiantes al hacerla). Así también se encuentra el disfrute (por supuesto): nuevos libros, la generación de redes o grupos de personas, la consulta de especialistas, la visita de ciertos lugares, ciertas películas, y el encuentro con otras ideas seductoras que emergen por todas partes.
Lo anterior, forma parte de un artículo publicado en el libro denominado Arar, sembrar y cosechar: Planteles educativos sustentables, la cual surgió a partir de la iniciativa de la investigadora canadiense Gisela Frias, quien a lo largo de casi una década comenzó a trabajar el tema en México y que se ha vuelto una necesidad luego del regreso de los estudiantes a las aulas, luego de la pandemia.
La sustentabilidad en las aulas es vista no sólo como una forma de hacer conciencia sino como una forma de vida en torno a los ambientes que nos rodean. En el proyecto encabezado por Gisela Frias y en el que tuve la suerte de participar, se plantearon distintos retos a las instituciones participantes, principalmente entre los estudiantes y otros actores educativos dispuestos a trabajar pese a toda la responsabilidad que de por sí ya tienen.
Dichos retos fueron denominados “Retos Sustentables”, en los que se pretende abordar la investigación-acción desde el aprendizaje basado en proyectos (Tobón, 2014). En este sentido, la educación se orienta a la toma de retos y problemas del contexto social, cultural, ecológico y laboral, teniendo presente un fuerte compromiso por el proyecto ético de vida de las personas.
Consiste en que los estudiantes promuevan la búsqueda del conocimiento mediante la solución de proyectos, desarrollar competencias, habilidades, actitudes y valores que soportan la parte personal y profesional del alumno, para que aprendan a aprender y emprender.
Algunas de las iniciativas planteadas en las instituciones del país, específicamente del estado de Morelos fueron, entre otros, los encabezados por la profesora Gloria Rodríguez, de la Universidad Pedagógica Nacional, sede Galeana, con proyectos de sustentabilidad como el Jardín por la Salud y la recuperación de espacios para la convivencia, con estudiantes de la Licenciatura en Intervención Educativa; en la Sede Cuernavaca, Ruth Bustos, encabezó los trabajos realizados por estudiantes de la Licenciatura en Educación Preescolar y Primaria para el medio Indígena, en el que destaca una lombricomposta y el desarrollo de storyboard y personajes que buscan sensibilizar sobre estos temas.
Por su parte la Universidad Politécnica del Estado de Morelos, tiene el Centro de Capacitación Ambiental, encabezado por la investigadora Valeria Dávila, quien cuenta con una reconocida trayectoria desarrollando intervenciones de este tipo.
Asimismo, Jorge Alberto Viana Lases, ha propiciado la generación de propuestas de este tipo en la Preparatoria Comunitaria de Tres Marías en Huitzilac, perteneciente a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, como fue el caso del teatro comunitario, aprovechando el vínculo que se tiene con los pobladores de dicho municipio.
El trabajo colaborativo ha sido esencial para el desarrollo de los retos sustentables, sin el cual pocos proyectos hubieran prosperado. La paciencia y la pasión para hacer investigación son indispensables, ya que de eso está hecha la rigurosidad de la que tanto hablamos los académicos.
Al final, el aprendizaje es invaluable, estar acompañado de uno o varios expertos, pero principalmente de un grupo de amigos que te ayudan a tomar decisiones en esta sociedad del conocimiento, te permite transformarte y retransformarte, solo o acompañado, desde el escritorio o el campo.
Los invitamos a conocer más sobre los proyectos antes mencionados y sobre la iniciativa México-Canadiense en: Frias, G. y Montes, L. (Coord.). (2019). Arar, sembrar y cosechar: planteles educativos sustentables. UAEM, SSHRC. ISBN: 978-607-8639-37-3 http://investigacion.uaem.mx/archivos/epub/arar-sembrar-cosechar/arar-sembrar-cosechar.pdf