Serpientes y escaleras - Duelo de poderes
En opinión de Eolo Pacheco
El presupuesto es el primero de varios enfrentamientos que veremos antes del 2024
Duelo de poderes
Con menos adjetivos, pero con la misma firmeza, el gobernador Cuauhtémoc Blanco acusó nuevamente a los legisladores de ponerle piedras en el camino y, en este caso en particular, de politizar el presupuesto del próximo año. “Tiene tintes electorales” dice el mandatario al tiempo de anunciar que ante la falta de diálogo el ejecutivo recurrirá a una controversia constitucional. El duelo entre poderes es político, es electoral y apenas empieza.
Sin descontar el interés económico personal que los diputados tienen en el presupuesto del próximo año, el tinte electoral en las decisiones legislativas está fuera de dudas: todas las acciones que llevan a cabo los representantes populares morelenses apuestan al proceso de sucesión del 2024.
Suponer que la discusión por el paquete económico es estrictamente financiera y jurídica es un error; los señalamientos que hace el gobernador Cuauhtémoc Blanco y las lágrimas que en tribuna derrama el diputado Agustín Alonso forman parte del espectáculo, es un duelo de poder que durará hasta que se instalen las urnas en la siguiente elección.
Ambos poderes han llevado el enfrentamiento a niveles peligrosos para todos: el intento de imposición de un presupuesto en las condiciones como lo pretende la legislatura 55 no tiene antecedente en el país, lo mismo que el tono en que el jefe del ejecutivo se refiere a los diputados. Los dos se han ofendido y los dos le perdieron el respeto a las instituciones que representan.
Lo que ocurre es una lucha por el poder y se enmarca en el proceso electoral que concluirá en el 2024. La apuesta de los diputados va más allá de limitar las libres transferencias en el ejecutivo y obtener una jugosa remuneración económica, representa, además, un golpe directo en dos áreas fundamentales para el gobierno de Cuauhtémoc Blanco: comunicación y transportes; el primero afecta severamente la capacidad del gobierno estatal para comunicarse en el momento más complejo del sexenio; el segundo golpea al delfín político de Cuauhtémoc Blanco.
En el tema hay cosas que sobresalen: es la primera vez en la historia morelense que tres cuartas partes del congreso se enfrentan de esta manera con el jefe del ejecutivo; lo que ocurre en el congreso no es poca cosa, se trata de quince legisladores que abiertamente han decidido desafiar al ejecutivo sin importarles, en el caso de los legisladores de Morena, las implicaciones partidistas que esto conlleva. Aunque en otros momentos han existido diferencias entre poderes, nunca pasó algo como lo que ahora estamos viendo.
El enfrentamiento tiene un origen político: empezó con el pleito al interior de Morena y se ha prolongado hasta la negociación presupuestal; el descontento al interior del Movimiento de Regeneración Nacional ya pegó en la gobernabilidad, pone en riesgo la estabilidad del ejecutivo y afecta a la mayoría de los ayuntamientos. El enfado de los representantes populares morenistas es claro, por eso se sumaron al bloque opositor.
En independencia de cómo resuelva el ejecutivo lo concerniente al tema presupuestal, de cara a la sucesión es imperativo que ponga orden en lo político, para que las decisiones que se toman en el partido no influyan en el gobierno del estado. La actitud parlamentaria es inédita, pero comprensible ante un proceso electoral en donde muchos se van a jugar todo; la falta de prudencia política tiene hoy al ejecutivo en una situación incómoda que, además, afecta considerablemente la precandidatura de Víctor Mercado.
Al bloque de legisladores de oposición le interesa dejar sin voz al ejecutivo en la recta final del sexenio, porque así minan las posibilidades de quien lo representaría en la sucesión; por eso golpean la oficina de comunicación social; para que el odio opositor se tradujera en una acción concreta contra el gobernador fue clave el enojo morenista: si el manejo partidista hubiese sido más prudente y más generoso con las tribus que conforman el obradorismo local, los votos de los diputados de Morena no estarían hoy del lado de la oposición, boicoteando el trabajo del gobernador.
Resolver el tema presupuestal a través de una controversia es solo uno de los pasos que debe dar el gobernador Cuauhtémoc Blanco para cerrar bien su ciclo como jefe del ejecutivo; poner orden en su círculo cercano y permitir a los operadores políticos de su gabinete hacer su trabajo es sustantivo no solo en materia electoral, también para que cuando deje el cargo (antes o al concluir su periodo), no tenga problemas que lo afecten en lo personal.
Los diputados tienen claro que la única manera de detener el avance de Morena y frenar al proyecto político de Cuauhtémoc Blanco es atacando áreas sustantivas de su gobierno, como la comunicación y las finanzas; del lado opositor no hay en este momento una figura que haga contrapeso electoral a la propuesta obradorista (cualquiera que sea), de ahí la importancia de torpedear a la figura más representativa de ese partido y fortalecer el discurso opositor.
Estratégicamente hablando el jefe del ejecutivo debe entender algunas cosas: 1- No es lo mismo la fuerza de un gobernador al iniciar el sexenio que al terminar. 2- El apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador es importante, pero no le resolverá todos los problemas locales, particularmente aquellos que derivan de un mal manejo político en el partido. 3- A Cuauhtémoc Blanco puede no quitarle el sueño la política porque, como lo dijo, podría convertirse en comentarista deportivo; empero la responsabilidad legal de un jefe del ejecutivo va más allá de su periodo y las implicaciones de un ambiente hostil como el que se está gestando frente a él, lo pueden colocar en una posición de alto riesgo cuando deje el cargo.
El primer paso para que el panorama del gobierno estatal se estabilice está en dejar hacer su trabajo a quienes hacen política; de nada sirve que el secretario de gobierno, la jefa de la gubernatura y el secretario del transporte abran canales de comunicación, si dentro del primer círculo hay un constante boicoteo a su trabajo. El rompimiento del congreso con el ejecutivo es precisamente por eso.
La anulación de la cláusula de transferencias y los ajustes en el presupuesto del próximo año son un duro golpe contra el ejecutivo, pero es apenas el principio de varias acciones que el bloque opositor del congreso dará al gobernador Cuauhtémoc Blanco ahora que tienen la mayoría. Observemos que ya aprobaron la ley de revocación de mandato y a nadie debe sorprender que en el futuro cercano los legisladores den cauce al juicio político que hay en contra de Cuauhtémoc Blanco.
En independencia del número, por su habilidad política, los enemigos que el gobernador tiene en la cámara de diputados no son cosa menor; por medio de una controversia el ejecutivo puede evitar que se aplique el presupuesto aprobado por los diputados, pero eso no resolverá el problema de fondo que hay en el congreso.
El gobierno estatal tiene que hacer política y Cuauhtémoc Blanco tiene que dejar que sus operadores políticos hagan los que saben.
Su futuro, el de su gobierno y el de su equipo depende de ello.
· posdata
Cuando Cuauhtémoc Blanco relevó de su cargo a Pablo Ojeda y a José Manuel Sanz muchos imaginamos que las cosas mejorarían en el gobierno estatal. Y había razones para creerlo: a la secretaría de gobierno llegaba un abogado respetable, un hombre con identidad, con prestigio y sobre todo con sensibilidad y conocimiento de los morelenses; a la jefatura de la gubernatura se perfiló a una dama con una basta preparación profesional y una sensibilidad que la destacó como una de las funcionarias más importantes y eficientes del gabinete.
El reacomodo implicó un cambio de fondo en la estrategia gubernamental: Samuel Sotelo y Mónica Boggio saben hacer política y combinaron sus habilidades con las de Víctor Mercado, quien en paralelo a la secretaría de movilidad se había convertido en un operador político del gobierno.
Todo comenzó bien: la tripleta comenzó a dialogar y a establecer canales de comunicación con todos; de la noche a la mañana el gobierno estatal tendió la mano y el jefe del ejecutivo fue ubicado en una nueva dinámica de trabajo, recorriendo los municipios todos los días y dialogando con la gente sin las barreras físicas que anteriormente lo alejaban de los ciudadanos.
Todo iba bien hasta que se renovó el consejo de Morena y las historias se combinaron; lo ocurrido al interior del partido de la esperanza afectó el trabajo político del ejecutivo y lo que parecía ir por buen camino de pronto se complicó. Ahí se comenzó a gestar la mayoría opositora.
El tema es sensible por las consecuencias de las acciones que derivan del funcionamiento de Morena; ante un escenario tan complejo como el actual, los operadores formales e informales del régimen deben caminar en una sola vía, dejando la política gubernamental en manos de quienes formalmente están encargados de ello.
Mezclar el actuar del gobierno con el objetivo de un partido nunca ha terminado bien. El último ejemplo de ello lo vimos en el gobierno de Graco Ramírez, cuando Rodrigo Gayosso manejó el partido e intentó manejar la política interna del estado.
· nota
El gobernador Cuauhtémoc Blanco adelantó que ante la falta de diálogo de los diputados, el camino que seguiría su gobierno en el tema presupuestal será la controversia. Así lo señaló el mandatario:
“Mira, como no nos pusimos de acuerdo y como los diputados nunca se quisieron sentar con el gobierno del estado, vamos a meter la controversia y ojalá y la ganemos.
¿Ya recibieron los dictámenes?
No, no los hemos recibido, yo creo que los están alargando, los estamos esperando.
¿Lo hacen a propósito, para evitar que se lleve a cabo en tiempo y forma la controversia?
Yo creo que lo están haciendo a propósito, porque lo están alargando; ojalá y nos entreguen los dictámenes porque ellos ya los tienen desde la semana pasada y no los han mandado. Pero vamos con la controversia y espero ganarles a estos diputados que no quisieron apoyar a otros municipios; su discurso es: sí apoyamos a la CES, a la fiscalía y al poder judicial… si mi hermano, estamos de acuerdo en eso, pero deben de apoyar a todos los municipios. Si Dios quiere ganaremos esa controversia”.
· post it
El alcalde capitalino enfrenta un escenario complejo al interior de su cuerpo edilicio; lo que al principio era armonía y unidad hoy es caos y reclamos permanentes.
Obvio: el encargado de la política interna y responsable de la gobernabilidad en el cabildo brilla por su ausencia y en lugar de conciliar, se pelea con todos. Eso sí, dicen, nada hace por resolver la corrupción que prevalece en las áreas a su cargo, ni por acabar con la cuota que muchos inspectores afirman reportar “arriba”.
· redes sociales
Son rumores, es falso que quiero renunciar, afirma la directora del Sapac Evelia Flores. ¿No sé quién inventó eso? Dice ofendida la responsable del sistema de agua.
Quien informó que se quería ir porque estaba cansada fue el presidente municipal. Que le reclame a él por andar inventando chismes.
Comentarios para una columna optimista: eolopacheco@elregional.com.mx
Twitter: @eolopacheco
Facebook: Eolopachecomx