Los informes de gobierno

En opinión de Juan Salgado Brito

Los informes de gobierno

Hoy por sus resultados serán medidos. Antes los informes de Gobierno servían para rendir culto a la personalidad del gobernante en turno y en muchos casos  para dar rienda suelta a sus egocentrismos y organizar la gran fiesta por el día del Presidente, del Gobernador o del Presidente Municipal; había suspensión de labores, movilización de acarreados para echar porras y un gran despliegue de recursos financieros, materiales y humanos para el jolgorio, era un evento en dos pistas, una revestida de solemnidades para leer el recuento o resumen de lo realizado con un mensaje político para invitados y la opinión pública y otro evento con fiesta para el pueblo. Tradicionalmente el informe era esperado porque era un día de asueto y porque se podrían anunciar cambios en las políticas públicas o en el equipo de gobierno, por una o por otras razones el informe era esperado porque también se generaba entre la población un ambiente de expectación, lo cual podría definirse como cierto interés de la ciudadanía por los temas de la vida pública.

 

Hoy los informes de gobierno que como siempre, por mandato de ley deben rendir los gobernantes se espera que sea la expresión más puntual de la transparencia y rendición de cuentas del Presidente, del Gobernador o del Alcalde, la gente espera que sin tanta alharaca y sin demagogia se le informe realmente el estado que guarda la administración pública, como están las finanzas en el gobierno, que se está haciendo en obras, programas y acciones para mejorar la economía y el bienestar de las familias en la sociedad que gobiernan, en que se están gastando los impuestos y participaciones que reciben los gobiernos; los ciudadanos quieren ver realidades, hechos tangibles de beneficio común. Hoy la ciudadanía es más crítica y participativa, la sociedad es más observadora y más exigente, cuenta con muchos medios para incursionar en las esferas gubernamentales e informarse, inclusive investiga y usa instrumentos como las redes sociales para comunicarse, generar percepción y opinión sobre los gobernantes y los funcionarios públicos; por eso quien rinde su informe está obligado a un deber mayor de responsabilidad presentando a la ciudadanía resultados reales, tangibles y suficientemente transparentes para que no dejen lugar a dudas, ni sospecha sobre la capacidad y honorabilidad de quienes gobiernan.

 

Benditas redes sociales, bendita libertad de expresión y bendita fuerza de la sociedad civil que cada día se muestra más exigente y menos dejada del engaño y la simulación de quienes están en el gobierno y deben informar.