LA UNIDAD POLÍTICA UN RETO

En opinión de Juan Salgado Brito

LA UNIDAD POLÍTICA UN RETO

Los llamados a la unidad de parte de políticos, políticas y algunos actores sociales se dejan escuchar en discursos, mensajes, redes sociales, declaraciones periodísticas, como si bastara con esas invitaciones y convocatorias para lograr un nuevo ambiente de armonía y de concordia que nos coloque más allá de la crispación social en que se vive por el clima de inseguridad, impunidad, incertidumbre y encono popular hacia muchas autoridades por su indiferencia hacía las exigencias y reclamos de la sociedad. De suyo,  la construcción de la unidad hasta en el seno familiar, no es tarea fácil sino partimos del respeto a la individualidad, al tiempo y el espacio de cada quien y no conducimos con prudencia y tolerancia hacia los demás.

En política la unidad no se da ni se logra por decreto, por simple exhorto, ni mucho menos por interés personal, la unidad política siempre será fruto y consecuencia de serios esfuerzos de conciliación y armonización de intereses, de hechos y actitudes de suma, apertura y de inclusión, para ello quienes inviten o convoquen a la unidad deben ser respetables por su autoridad moral, liderazgo y sentido de compromiso con los intereses más elevados del Estado y de la sociedad. Lo hemos dicho la autoridad y el liderazgo no se imponen, se merecen, se logran con hechos y actitudes de respeto y reconocimiento a los demás, a sus derechos, a sus libertades, a sus legítimas aspiraciones de mejorar y superarse; sin duda todos quisiéramos vivir condiciones de unidad en objetivos y propósitos comunes y en beneficio de todos, unidos en lo fundamental para sumar esfuerzos y voluntades que se traduzcan en mejores condiciones de bienestar, paz y tranquilidad para todos.

La unidad política que propugnan algunos dirigentes de partidos y aspirantes a cargos de elección popular es todo un reto que sólo podrá avanzar si además de mirar hacia adentro de sus partidos y de sus intereses voltean a ver al pueblo y antes de pensar en ellos y sus grupos o incondicionales piensan en los desafíos por venir para responder a la gente con propuestas serias y hechos tangibles para mejorar la seguridad, la justicia y el bienestar. Esto amplia desde luego y sobre todo, despojarse de la soberbia que es la peor consejera de la política.