La temporada de destapes: ¡A la caza del hueso crujiendo!

En opinión de Tania Jasso Blancas

La temporada de destapes: ¡A la caza del hueso crujiendo!

Bienvenidos a la temporada favorita de los políticos mexicanos: ¡la Temporada de Destapes! Sí, ese momento tan mágico donde los políticos se lanzan al ruedo, apuntan al cielo y caen... donde los pongan. No importa si es una alcaldía, una diputación o hasta la mesa de un café, mientras el hueso crujiente siga sonando.

Es como un show de talentos políticos, pero sin el talento. Las estrellas de esta función nos recuerdan que son el rostro más fresco y dulce del entarimado político. Han entregado su alma y espíritu para hacernos creer que el lugar en el que vivimos es un paraíso idílico, aunque el único paraíso que conocemos sea el de los spots publicitarios.

Sonríen a las cámaras, disparan metrallas de logros alcanzados (o no, total, ¿quién va a notar la diferencia?), y su ego crece más rápido que una bola de nieve en una avalancha. Y cómo olvidar ese momento crucial cuando abrazan a la primera señora que los guardaespaldas permiten acercarse, o cuando muerden una gordita de chales. ¡Ahí es cuando se ganan el corazón de todos!

Pero sabemos de estrategia, porque estos eventos son todo un arte. Un político mexicano es capaz de convertir cualquier reunión en EL evento del año. Ahí están, rodeados de quienes quieren, con vallas para los no tan deseados, iluminadas como estrellas de Hollywood antes de un estreno. ¿Qué partido no querría ponerles la zapatilla de cristal?

Claro, algunos dirán que estos eventos están dirigidos a los gobernados. ¡Pero las elecciones están a la vuelta de la esquina! ¿Cómo van a perder el tiempo gobernando cuando podrían estar en un escenario brincando y cantando el himno del "Sí, quiero ser elegido"?

Así que, queridos políticos, si no se han posicionado en el espectro político local, o si no le han guiñado el ojo a su compadre de otra comunidad para asegurar una posición nacional, mejor bajen del escenario y sigan abrazando a la gente que nunca volverán a ver.

Pero si resisten y siguen con el micrófono en mano, recuerden que no solo los ven los políticos, sino también los poderosos. Esos que estarán dispuestos a soltar billetes para que sean los elegidos. Ah sí, los logros, esos solo úsenlos como relleno. Porque en estos eventos es donde construyen su base de seguidores y recaudan fondos. ¡Viva el circo político!

Y no se preocupen por las reglas, total, ¿quién necesita una autoridad electoral? Brinquen sobre sus rivales como champiñones en Mario Bros. Aplástenlos y ¡a lo que sigue! Al fin y al cabo, dispararle al cielo para caer en algo blandito ha sido, es y será parte de la esencia de nuestra querida clase política mexicana.

¿Hasta cuándo seguirá esta comedia? Quién sabe, pero mientras tanto, disfrutemos del espectáculo y recordemos que, en México y por supuesto en Morelos, la política es como un juego de azar: ¡suerte, apostadores del poder!