Caricatura Política - El aprendizaje de inglés en México
En opinión de Sergio Dorado
El inicio del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER), que es actualmente la autoridad internacional en materia de enseñanza, aprendizaje y evaluación de lenguas adicionales a la materna, se sitúaa mediados del siglo pasado. Fue en Europa donde se pensó primero en crear un criterio estandarizado para evaluar niveles de dominio de lengua. Hoy sabemos, en pocas palabras, que tal criterio se concreta con los tres niveles de dominio del inglés propuestos por el MCER, que aplica en el mundo: A1, B1 y C1, con tres subniveles: A2, B2 y C2.
A fines del siglo pasado y principios del actual, el Gobierno Federal empezó a mostrar interés en volver eficiente el dominio de este idioma en Educación Pública; es decir, en la educación masiva de México, que difiere de la élite lingüística. (Incluso, fue el comienzo de la enseñanza masiva del inglés en la Educación Primaria de México, en la que el estado de Morelos fue, en 1992, fue el programa pionero.
Élite lingüística aquí no tiene intención peyorativa alguna, sino la de percibir la distancia entre el México plurilingüe de los pocos hablantes mexicanos eficientes de inglés en el país, que trabajan en corporaciones tales como el British Council, editoriales nacionales e internacionales, empresas y corporaciones privadas; es decir, en puestos donde se exige el Nivel C2 del MCER -que es de dominio nativo.
Sin embargo, cuando se desciende la mirada a la Educación Básica de México, se localiza otro mundo y otra historia. La educación masiva de inglés en México ha tenido alcances pobres.No hay más que hacer un par de preguntas básicas a un alumno que ha culminado su educación básica, primaria o secundaria, para percatarse que la habilidad comunicativa de los alumnos es baja.
La instauración del modelo MCER en materia de enseñanza, aprendizaje y evaluación internacional, se asentó en México al despertar el siglo XXI, con buena intención de la Secretaría de Educación Púbica. Por eso la SEP, quizá con base en que la Gran Bretaña es la cuna del idioma de Shakespeare, decidió adoptar las mediciones de University of Cambridge, que opera en México desde entonces.
El MCER es un documento excelente respecto a varios temas. Establece, por ejemplo, la distinción de los dominios de lengua, pues no es lo mismo sacarse la lotería y memorizar algunas frases del inglés para pasar una vacación en Nueva York que elaborar una tesis de licenciatura en materia de enseñanza de inglés.
También, por otra parte, marca los límites de nivel de manera pragmática, es decir, con base en las capacidades delindividuo al comunicarse en lengua inglesa en situaciones reales. Es un documento que a todas luces tomó años construir a través de lingüistas expertos en ésta y otras materias relacionadas con la educación del siglo XXI.
Diecinueve años después, vale la pena preguntarse entonces por qué el aprendizaje masivo del idioma inglés en México espobre. Todo docente sabe que el aprendizaje es multifactorial, desde luego, por lo que asegurar un peso en importancia de uno los factores es aventurado, pero uno que salta a la vista es que el MCER se implantó en México tal como opera en Europa, sin hacer modificaciones respecto al contexto nacional.
Europa es otro mundo en materia lingüística, que en comparación con México, difiere en varios rubros. Allá, en un par de días puede estar usted en dos o más países de lenguas diferentes, que es de donde surge el concepto de pluriligüismo del MCER.
En México, por el otro lado, sigue en discusión el salvamento de las lenguas indígenas en materia de plurilingüismo, que según la evidencia histórico sociolingüística, ha ido e irá descendiendo con el tiempo, pues la sobrevivencia de una lengua no se efectúa por decreto; ahí está el latín para confirmarlo.
Por eso, una pregunta final –o acaso inicial- sería qué ajustes, en materia de enseñanza, aprendizaje y evaluación del idioma inglés masivo en México, requiere el modelo del MCER para redirigir la tendencia desde la pobreza del aprendizaje actual hacia un modelo tangible y sustentado por los hechos. O si, por otra parte, la enseñanza del inglés en México tomará un derrotero distinto al modelo actual.