La inclusión Educativa en la UAEM - El CISE de la UAS en los 80s: UNAM/DIE-IPN/Plan NL

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

La inclusión Educativa en la UAEM - El CISE de la UAS en los 80s: UNAM/DIE-IPN/Plan NL

En los años 80s lo que fue el Centro de Investigación y Servicios Educativos (CISE) incursionó en desarrollar una réplica en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Para la formación de cuadros, en lo que sería una necesidad inminente, la investigación educativa para la propia universidad. La UPN, en esos mismos tiempos, desarrollaba Talleres Regionales de Investigación Educativa (TRIE) en las Unidades de los Estados. Se trataba de una sinergia que buscaba descentralizar la producción del conocimiento en educación.

 

Uno de los investigadores que protagonizó a sus inicios la erección del CISE de la UAS, fue el profesor Horacio Radetich de la UNAM. Que por diversas circunstancias puso en riesgo la viabilidad del centro de investigación, en la que colaboraba, también la insigne investigadora Raquel Glasman. Antes de que encallara el estratégico proyecto, hubo maniobras para su salvamento desde otro polo de la investigación educativa en el país, como fue el Departamento de Investigación Educativa (DIE-CINVESTAV-IPN). Entra en escena el ínclito investigador educativo Eduardo Remedi (Q.E.P.D.), una joven promesa proveniente de Argentina, que coordina el proyecto a aguas más serenas, que se hace necesario para la vida académica de la investigación en educación. Predominaba los enfoques de la investigación curricular, en ese tiempo. Había una pléyade de exiliados argentinos que influyeron en los temas, metodologías y epistemología de la investigación educativa. Era innovador del enfoque de la hermenéutica que revelaba secretos de la vida y de la cotidianidad educativa.

 

Allá por los años de 1985, Raquel Glazman no podía acudir a impartir su seminario y pidió a Martha Casarini, profesora argentina de Pedagogía de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) que la supliera en el CISE-UAS, en Culiacán. Casarini, cordovesa exilada en Monterrey, llegada la fecha, tampoco podía asistir y le solicitó a Dora Antinori, argentina en Monterrey y exilada, igualmente, en Monterrey. Ésta, pedagoga del, entonces, Plan Nuevo León que dirigía la Dra. Margarita Gómez-Palacio. Como un centro experimental para los problemas de aprendizaje de Educación Especial en el Estado. Discípula del eminente psicólogo psicogenético Jean Piaget. Resultó que Antinori, tampoco podía cumplir con el encargo a trasmano que se cernía para el multicitado CISE de la UAS. La argentina Dora Antinori, comentó conmigo si finalmente pudiera cubrir el Seminario en Culiacán. Me pasó el documento con los contenidos del programa. Venía Ausubel y el aprendizaje significativo y demás.

 

En Nuevo León, no había investigación en la UANL, se reducía a lo sumo a una buena y documentada docencia. Menos, si se trataba de temas de psicología del aprendizaje. Pero el que no lo hubiera en la UANL, no significaba que no lo hubiera fuera de la universidad autónoma. La Dra. Gómez-Palacio promovía la investigación desde el Plan Nuevo León. Una de estas investigaciones eran las primicias de los procesos psicogenéticos de la Lengua Escrita, con la primerísima participación de Emilia Ferreiro que, exilada desde Ginebra visitaba Monterrey dos ocasiones al año para dirigir y recabar los datos que levantaba el equipo del Plan Nuevo León.

 

Recuerdo que cuando vi el Programa de contenidos del Seminario que Antinori ponía a mi disposición. Y le dije, Dora, a mi no me acaba de convencer el enfoque de Ausubel. Y no lo conozco plenamente. Y no pienso ponerme a estudiarlo del viernes a lunes que comienza el curso. Y me dijo, tu sabes qué puedes ofrecerles a los estudiantes de Maestría en Educación del CISE-UAS. Le dije, voy a ver los datos frescos que hemos investigado con Emilia Ferreiro, que es lo que mejor sé en este momento.

 

Viajé de Monterrey a Culiacán, vía Guadalajara. Con la ventaja de que no iba ni del CISE de la UNAM, ni del DIE del Poli, ya que estaban hechos bandos de simpatía entre los estudiantes para uno y otro lado. Tuve una muy buena acogida. Y pude instalar cuatro tesis muy prometedoras en ese Centro de Investigación Educativa. Dos sobre Lengua Escrita, uno en Educación Básica y otro en Bachillerato. Dos sobre matemáticas, uno sobre las proposiciones lógico-matemáticas al estilo de Gerald Vergnaud y otro para un estudio comparativo de los procesos matemáticos en un Bachillerato General de la UAS y otro de un Instituto Tecnológico.

 

Las cuatro investigaciones eran todas con datos empíricos para interpretarlos desde la Psicología Genética. Así conocí a los tesistas Héctor Jacobo García, Elda y América Ibarra, así como a Liduvina. Pioneros de la investigación educativa en Sinaloa. En la UAS, en la Normal de Especialización y en la UPN local. También, así conocí a Basilisa Torres Núñez quien administraba los recursos del CISE de la UAS, amistad que dura hasta nuestros días de todos nosotros.

 

Así hay historias institucionales e historias personales donde habitamos muchos.

 

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