Juego de manos - Perdimos ¿pero ganamos?

En opinión de Diego Pacheco

Juego de manos - Perdimos ¿pero ganamos?

A una semana de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la implementación de aranceles a todos los productos mexicanos a partir del 10 de junio, medida con la que buscaba ejercer presión sobre el Estado mexicano para endurecer su frontera sur y reducir el flujo de indocumentados centroamericanos, el Gobierno de México ha doblado las manos. En medios nacionales esto se ha tomado como una victoria por parte del grupo de negociadores que fueron enviados a Washington, encabezados por el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, para llegar a un acuerdo que resultara de mutuo beneficio para ambas naciones. El acuerdo; sin embargo, no se trata de un convenio para el bien común de nuestros países, sino que se trata de México cediendo a todas las demandas manifestadas por el ejecutivo de Estados Unidos. Vaya victoria. 

            Los principales puntos del trato a que se llegó en Washington, y que ya han sido aplaudidos por el presidente de los Estados Unidos, son: que México desplegará a la Guardia Nacional en 11 municipios de la frontera sur del México con Guatemala a partir del lunes; además, los migrantes que soliciten asilo en los Estados Unidos serán retornados a México sin demora, y esperarán hasta que reciban los resultados de su juicio. Como parte del plan migratorio del Gobierno de México a estos migrantes se les brindará apoyo laboral, educación y protección a sus derechos humanos durante su estancia en el país. En 90 días, el gobierno de Estados Unidos hará una evaluación a estas medidas para determinar si estas han tenido el efecto deseado, de lo contrario, se deberán implementar nuevas acciones más efectivas para frenar la llegada de migrantes sin papeles a los Estados Unidos. 

            Por supuesto que era necesario una conciliación entre ambas naciones, luego de que estas se tensaran a causa de las agresiones del Donald Trump hacia México desde su campaña presidencial, y del impacto social que estas tuvieron en la ciudadanía estadounidense, convirtiendo lo que antes era una xenofobia interiorizada (o por lo menos mal vista a los ojos de la opinión pública) en un discurso aceptado y promovido desde la oficina más importante del país. Sin embargo, es una equivocación tratar el resultado de estas negociaciones como un triunfo para esta administración.  

Sí, se evitaron las penalizaciones comerciales; sin embargo, también se cedió a todas las demandas a las que el gobierno de Andrés Manuel se oponía rotundamente, que contradicen la imagen de México como un país amistoso que le abre las puertas a quienes lo necesitan (ahí está el ejemplo de los exiliados de la Guerra Civil Española acogidos por el gobierno mexicano en 1939), y que van en contra de la política migratoria que AMLO ha buscado sostener desde que comenzó su administración (y que, por cierto, no ha dado los resultados esperados para la protección de los migrantes). Vamos a lo mismo, llenar de aplausos y halagos a todas las medidas tomadas por el presidente y su gabinete es un error fatal.  

            Esto una derrota no solo porque se cedió a las demandas y se contradijo el plan de gobierno de esta administración en materia migratoria; sino porque además se llevó a las relaciones diplomáticas entre ambos países a niveles incómodos para llegar a este resultado. Se trató de llegar a un acuerdo bajando la cabeza y evitando la confrontación, y esto solamente facilitó las cosas para un negociador duro y experimentado como Donald Trump, quien utilizando amenazas y agresiones consiguió lo que buscaba desde un inicio: una barrera en la frontera sur de México que redujera el flujo de migrantes de Centroamérica. Un segundo muro financiado por México. 

  

México Mágico 

Mientras tanto, el muy nuevo titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Víctor Manuel Toledo Manzur, llamó la atención durante la presentación del Plan Nacional de Transición Energética, al señalar que se deben buscar diseños tecnológicos que no sean “las gigantescas aspas que giran para atrapar el aire de las comunidades indígenas”. Vaya, no alcanzo a comprender si esto se trata de una teoría de conspiración que tiene el señor sobre las turbinas de viento, si es alguna especie de metáfora que utiliza para hablar de su funcionamiento, o si simplemente no entiende que estás monstruosidades no se roban este, ni ningún otro, aire, solo lo utilizan para mover las aspas que, a su vez, potencian un motor que transforma este movimiento en energía eléctrica. Pero bueno, ¿qué sé yo? Ni que liderara la SEMARNAT. 

Más allá de risas y supersticiones, vale la pena reflexionar sobre el Plan Nacional de Transición Energética, que se enfoca en los hogares y en cómo hacerlos responsables y pone en segundo plano la construcción de grandes estructuras. Es común pensar en que la energía renovable se genera dentro de grandes instalaciones: presas hidroeléctricas que cortan el flujo de los ríos, granjas solares que se extienden por kilómetros, o monstruosos abanicos que se alzan en las planicies del país; sin embargo, no se toma en cuenta la importancia que pueden tener las contribuciones a nivel micro como la modernización de las casas con elementos sustentables como las herramientas de recolección de agua, las celdas solares en los techos o, si la zona lo permite, la utilización de pequeñas turbinas para generar energía eólica; y la utilización de estos elementos a la hora de construir nuevas viviendas.  

Todo lo anterior no solo con la finalidad de reducir el costo de los servicios, sino para promover la utilización de estas energías y, poco a poco, reducir el uso de combustibles fósiles y otros recursos contaminantes y finitos para dar energía a los hogares, primero, y a las ciudades, después. Vale mucho la pena tomar este camino que beneficia no solo a los propietarios de estos mecanismos, sino al medio ambiente de las comunidades que los promuevan, y a las naciones que incentiven su uso. Es momento de dar un paso hacia las energías renovables y modos de vida más sustentables, y esta me parece una buena forma de comenzar.   

 

Y tú, ¿qué piensas?: 

diegopachecowil@gmail.com