Inclusión Educativa en la UAEM - La Inclusión y la línea de pobreza: UAEM

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - La Inclusión y la línea de pobreza: UAEM

Hacia los años 70s Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron desentrañaban la composición de la matrícula en la universidad francesa. A lo que se refieren estos sociólogos de la educación es que “…El hijo de una familia de clase alta tiene ochenta veces más veces más chances de entrar a la universidad que el hijo de un asalariado rural y cuarenta veces más que el hijo de un obrero; sus posibilidades incluso el doble de las de alguien de clase media”. Lo que propició investigaciones como las de Baudelot y Establet acerca de trayectorias académicas de los niños que perdían su cohorte generacional desde el primer grado de primaria por motivos de reprobación en lecto-escritura. El ingreso a la universidad tenía una exigencia del dominio de la lengua escrita, cuya competencia se forma antes del ingreso a la educación primaria. Como lo demostraron las investigaciones de Emilia Ferreiro. Esto es, este requisito lo cumplían las familias ilustradas y el dominio temprano de las raíces griegas y latinas de la lengua, francesa en este caso, definían el ingreso y permanencia en la universidad en Francia. Los que fracasaban tempranamente en lecto-escritura, accedían a las escuelas tecnológicas.

En América Latina, Claudio Rama, por encargo del Instituto de Educación Superior para América Latina y el Caribe (IESALC) de la UNESCO y la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL), realizó un amplio estudio sobre la “Feminización de la matrícula de educación superior en América Latina y el Caribe”, en el que revela que la presencia de las mujeres en las universidades en una cantidad del 50% o un poco más, no significa que hay igualdad de género en la Educación Superior. Señala que la elección de licenciatura en las mujeres no es, precisamente, en las que precisan de mayor presupuesto por su infraestructura, en laboratorios e insumos, por ejemplo. Se inclinan en los estudios que están en el campo social o de las letras. Las licenciaturas en ingenierías, las de ciencias, las farmacobiologías, las de la medicina hospitalaria, predominan los jóvenes varones.

El mismo Claudio Rama, explica las etapas de las universidades en nuestro continente, desde que aparecieron en la América Hispánica, como la de Perú, Santo Domingo y la Pontificia de la Nueva España, en los años 1500s, tuvo continuidad hasta el Siglo XIX ya como países independientes de América Latina. A grandes rasgos señala que hubo una primera etapa aristocrática de varones sin mujeres en las universidades. Una segunda fue la democratización y masificación de las universidades, en las que irrumpieron las mujeres y pasó de una matrícula aristocrática, a la que se agregó una gran parte de clase media. Y, la etapa contemporánea que es la de la descentralización de las universidades, con sedes en la periferia en regiones marginales, donde la población marginada y con pobreza se hace presente. En realidad, esta etapa actual de las universidades no sólo se advierte la presencia de población pobre, sino población diversa y heterogénea. Como es el caso de la presencia de jóvenes, hombres y mujeres, con discapacidad, población indígena de distintos grupos originarios y diversidad en la orientación sexual, de todo el grupo de la LGBTTIQ (Lesbianas, gay, bisexuales, trasvestis, transgénero, intersexual y “qeer”).  

Volviendo sobre la población en pobreza, tenemos que de acuerdo con Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL) la línea de la pobreza se mide con los siguientes criterios: estar por debajo del nivel de ingreso de la pobreza que es de $ 11, 290.80 de una familia de 4 integrantes. Esta línea para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU es de $ 9,172.30 y para el Banco Mundial es de $ 4, 322.72. Obviamente, en el censo de inclusión 2021 de la UAEM se tomará en cuenta la línea de CONEVAL. En la metodología para la medición de la población en pobreza de CONEVAL no es suficiente el ingreso económico para su definición. Se trata de una medición multidimensional.

Esta medición multidimensional comprende: 1, ingreso económico; 2, rezago educativo; 3, acceso a servicios de salud; 4, acceso a seguridad social; 5, calidad de espacios de vivienda; 6, acceso a servicios básicos de la vivienda; 7, acceso a la alimentación; 8, grado de cohesión social; 9, grado de accesibilidad a autopistas urbanas para el traslado. Entonces, estar por debajo de la línea del ingreso económico y de dos a tres aspectos negativos de cualquiera de las otras 8 dimensiones.

Para cada caso de las dimensiones señaladas, tenemos que el rezago educativo se refiere a que haya un miembro en las familias mayores de 15 años que no hubiere terminado la secundaria (en 2030, será rezago los mayores de 15 años que no hayan terminado el nivel bachillerato, porque en 2015 se hizo obligatorio este tipo educativo y los que nacieron en 2015 tendrán 15 años en 2030). Para los servicios de salud es no contar con IMSS, o ISSSTE, o algún servicio de salud estatal. Acceso a seguridad social, es para el trabajo formal; se tiene un salario, aguinaldo, vacaciones, préstamos para vivienda o para gastos imprevistos, entre otros. La calidad de la vivienda se refiere a si cuenta con piso firme, con techo de losa y no de lámina metálica, de cartón, de paja, etcétera. Acceso, a la electricidad, al agua potable de la red hidráulica, al drenaje. Acceso a la alimentación tres veces al día todos los días. Cuánto tiempo consumes para llegar a los servicios básicos, como la escuela, la universidad. Y el contexto social donde vives, el indicador Gini del Municipio y su razón de ingreso, en cuestión de desigualdad de la entidad.

La UAEM tiene antecedentes relevantes que pueden considerarse como criterios de inclusión para la población en condiciones de pobreza. En 2013 se realizaron esfuerzos significativos de descentralizar la Sede de Chamilpa en Cuernavaca, en Cuautla y Jojutla. El Consejo Universitario aprobó para que se extendieran las Unidades Académicas para que haya al menos una escuela o facultad en cada municipio de los 33 (ya 34) que existen en Estado de Morelos. También, el consejo Universitario ordenó se suprimieran las cuotas de inscripción en la Universidad, que iban de 200 a 2, 700 pesos. Y en 2019, 2020 y 2021, el examen de selección de ingreso se ha realizado presencial, teniendo la capacidad para que pudiera ser en línea, con el principal criterio por parte de la Dirección General de Servicios Escolares de la UAEM, de dar acceso a toda la población de aspirantes que quedarían excluidos, por la sencilla razón de no contar con equipo de cómputo o servicio de internet en sus domicilios.

Teniendo los datos del censo 2021, se podrá tener un mejor panorama de la diversidad de la población, para eliminar o minimizar al máximo las barreras de exclusión en la población de las mujeres, la indígena, la de discapacidad, la del LGBTTIQ y la catalogada como de pobreza, según CONEVAL. Sabremos, también, la población que está en interseccionalidad. Esto es, que forma parte de más de un grupo en condiciones de vulnerabilidad, como contar con discapacidad, ser mujer y formar parte del grupo LGBTTIQ, o cualquier otra combinación, pobreza y discapacidad, etcétera.

Larga tarea la de la inclusión educativa en la UAEM, como se va pudiendo apreciar

 

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