Feminismo de nuevo cuño. ¿Qué sigue después del 9 de marzo?

En opinión de Aura Hernández

Feminismo de nuevo cuño. ¿Qué sigue después del 9 de marzo?

Cuántas mujeres olvidadas porque ellas mismas ni siquiera pudieron, pueden o podrán decir: esta boca es mía, este cuerpo es mío, esto es lo que yo pienso.

Virginia Woolf.

 

Muchas han sido las personas, mujeres y hombres, que han pasado una gran parte de su vida, luchando por visibilizar y combatir las desigualdades de género que ha padecido nuestro país a lo largo de su historia. ¿Cuántas personas tildadas de locas y radicales por exigir lo obvio, igualdad entre los hombres y las mujeres?

¿Cuántas personas han sido estigmatizadas por exigir el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, cuando del tema de aborto se trata? ¿Cuánto padecieron las sufragistas que a principios del siglo XX exigieron su derecho al voto? ¿Cuánto se tuvo que luchar porque en la legislación se incluyera un tipo penal que castigara el asesinato de las mujeres por razones de género, y cuántos de los que hoy enarbolan la bandera contra los feminicidios antes combatieron esa tipificación por considerarla inútil? 

¿Qué ha tenido que pasar para que se reconociera el derecho de las mujeres a trabajar también fuera del hogar y que “las labores propias de su sexo” no se le cargaran solo a ellas? ¿Hasta cuándo se reconoció la contribución a la generación de la riqueza que hacen las mujeres que trabajan únicamente en su casa realizando labores de cuidado familiar? Y, ¿cuánto tiempo tuvo que pasar para que los impartidores de justicia lo reconocieran y lo incluyeran en sus sentencias? ¿Y cuánto para que el sistema patriarcal dominante no lo combatiera?

En este país, la lucha histórica feminista está de plácemes, el día feliz ha llegado. El próximo 9 de marzo (9M) marcharán codo a codo colectivos de mujeres, mujeres y hombres que en lo individual han participado en esa lucha histórica, personas convencidas de que es necesario alzar la voz, pero también opinadores y líderes políticos oportunistas. Todos con una solo exigencia por demás justificada ¡alto a los feminicidios!¡Ni una más! Como dijera Marthin Luther King, “I have a dream”, y yo pregunto ¿porqué hasta ahora?

Sin duda el feminicidio es la violencia contra las mujeres llevada a su extremo y es cierto también que las agresiones a las mujeres, por su condición de mujeres, parece haberse exacerbado en los últimos tiempos paradójicamente cuando más se han empoderado algunos sectores, y también es verdad, que hoy, el problema es más visible y en general tenemos más información sobre la violencia machista que antes se normalizaba.

Aunque nunca es tarde, creo que como sociedad nuestra capacidad de indignación ha sido tremendamente lenta y prejuiciosa. Muchos grupos conservadores no han dejado de ver con recelo el ingreso masivo de las mujeres al mundo laboral, las exigencias y movimientos de grupos organizados a favor de los derechos sexuales y reproductivos, la paridad de género en política y una diversidad de acciones afirmativas que el Estado ha debido tomar para compensar la deuda histórica que como país tenemos con las mujeres.

Por eso ahora, que el feminismo ha sumado a su causa a grupos que ni soñando se sumarían a movimientos como lo es el paro nacional de mujeres, es el momento incluir entre las demandas del próximo 9M, muchas otras reivindicaciones que estructural e históricamente laceran a las mujeres como género, como por ejemplo el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, igualdad en el ámbito laboral, pugnar por una educación con perspectiva de género, por mencionar algunas.

El feminismo de nuevo cuño debe también acompañar la lucha de los colectivos y de todas las personas comprometidas con el tema, para que 9M no sea solo un día de protesta, sino un gran movimiento que rinda frutos, que contribuya a que la discusión sobre los derechos de las mujeres siga en la agenda pública.

De no ser así, el 9 de marzo pasará a la historia como el día de los oportunismos y como el día en que el verdadero movimiento feminista, que ha luchado históricamente, se dejó robar el discurso para utilizarlo políticamente. Cosa por demás mezquina.

El feminismo no es una moda, ni es una situación coyuntural, es una forma de ver el mundo y eso deberían saberlo quienes se están montando en esta acción colectiva para lucrar políticamente. A ellos habría que recordarles las palabras de la gran Simone de Beauvoir: el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente.

 

 

 

 

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