Escala de Grises - Interesante
En opinión de Arendy Ávalos

Durante las últimas semanas, en un intento (ojalá fallido) por darle un giro a su carrera, Javier Hernández, conocido como el “Chicharito”, se ha puesto una vez más bajo el foco de la opinión pública. A pesar de la emoción que podría representar esta noticia para algunos hinchas, lamentablemente no fue por anotar goles imposibles, sino por utilizar sus plataformas digitales para convertirse en un coach de vida.
Para sorpresa de quienes nos hemos encontrado con este contenido gracias a la viralidad y el algoritmo, sus consejos no son sobre entrenamientos o sobre cómo recuperar un balón después de volarlo. Las recomendaciones de Javier (ya que andamos en confianza) están dirigidas a las mujeres, pues afirma que están fracasando.
De acuerdo con el deportista, las mujeres tienen que “aprender a recibir y a honrar la masculinidad” para que ésta no sea erradicada. “No le tengan miedo a ser mujeres, a permitirse ser lideradas por un hombre que lo único que quiere es verlas felices”, sostiene en un video muy entusiasta.
Sumado a este contenido, hay otra publicación en donde también se refiere a las mujeres y las interroga: “¿Entonces, quieres a un hombre proveedor, pero para ti limpiar es opresión patriarcal? Interesante…”, plantea con un tono pasivo-agresivo que descalifica las demandas y exigencias de equidad, que hace a un lado la carga que representa el trabajo doméstico no remunerado.
Aparentemente, basta una pregunta retórica (sin sentido) y un tono sarcástico para invisibilizar una realidad que se vive en gran parte de los hogares en México: las mujeres son las responsables de la mayor parte de los trabajos de cuidado. Para sorpresa del Chicharito (pero de absolutamente nadie más) la desigualdad y la falta de equidad van más allá de “abrazar la energía femenina”.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en nuestro país las mujeres mayores de 15 años destinan en promedio 37.9 horas semanales al trabajo de cuidados no remunerado, mientras los hombres dedican 25.6 horas. ¿Cómo se traduce esto? Las mujeres asumen casi 1.5 veces más estas tareas, en comparación con el género masculino.
Lo más peligroso de estos argumentos sin fundamento alguno no se reduce únicamente al escándalo que representan las críticas hacia este personaje futbolero. Lo realmente alarmante es que su discurso podría convertirse en un modelo a seguir para miles de niños y hombres que lo idolatran por el talento que tiene [tenía] en la cancha.
Este tipo de falacias de falsa equivalencia parecen estar de moda entre hombres que lo único que hacen es propagar una versión distorsionada del autodesarrollo y la supuesta “masculinidad alfa”. Cuestionar la validez del feminismo resulta contraproducente cuando, en realidad, es ahí mismo donde podrían encontrar herramientas que les ayuden a mejorar su salud mental, sus relaciones y su bienestar, en general.
Construir sociedades más justas e incluyentes no es fracasar, no hay que confundirnos. Sólo a partir de la formación y la responsabilidad social, con perspectiva de género, podremos evitar que figuras con influencia mediática perpetúen discursos que ponen en riesgo la integridad de mujeres y niñas.
Necesitamos recordar que las palabras importan tanto como las acciones. Si figuras como el Chicharito utilizan su voz para revivir clichés machistas, el daño se extiende mucho más allá de un escándalo viral. La igualdad de género no es un tema secundario, es una condición que ya no puede pasarse más por alto en todas las esferas de nuestra sociedad, incluido el deporte.
Interesante…
arendy.avalos@gmail.com
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