El tercer ojo - ¨El cuarto jinete del apocalipsis¨

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El tercer ojo - ¨El cuarto jinete del apocalipsis¨

Estmados lectores que siguen esta columna semanal en el diario El Regional del Sur; habiéndome ausentado la semana precedente por carga excesiva de trabajo, nuevamente me dispongo a compartir con ustedes esta breve recensión. No quiero iniciar sin antes agradecer al Dr. José Antonio Gómez Espinoza la triple generosidad de permitirme escribir este artículo. Primero, por haberme invitado a colaborar con él y con la publicación de su libro, “El Cuarto Jinete del Apocalipsis”, compartiendo un breve texto que aparece a modo de preludio en la misma obra; enseguida, invitándome a participar en el acto de. presentación del libro en la UAEM, el día 29 de noviembre último y, finalmente, porque me dio la oportunidad de escribir este opúsculo.

 

El Cuarto Jinete del Apocalipsis (UAEM, 2023) es una obra que contiene, a manera de ensayos, un conjunto de ideas, pensamientos, sentimientos o reflexiones devenidas de la serie de vivencias que gran parte de la humanidad experimentamos al transitar un sendero que atraviesa a partir del año 2020 hasta el 2023 y que deja aún una estela se secuelas de carácter económico, cultural, político, psicológico (tanto individual o personal como colectivo) y ético-moral, o deontológico.

 

Desde luego que haber vivenciado eventos tales como la “sana distancia”, el encierro dentro de las paredes de nuestros hogares (quienes lo poseen), léase “vivir bajo una especie de arresto domiciliario”, si se debía salir del hogar hacerlo cubiertos por una especie de máscara (el cubrebocas), etcétera; es decir, haber permanecido durante este trance bajo la suspensión de las relaciones sociales tradicionales, marcó definitivamente nuestra formas de relación y comunicación. La vida laboral, escolar, cultural y colectiva se fracturó gracias a la presencia, “sin haber sido invitado” en nuestra existencia y en nuestras viviendas y familias, ese “Cuarto Jinete del Apocalipsis”.

 

No sólo experimentamos estos eventos que debimos haber afrontado. El miedo al contagio, a enfermar y a la muerte como consecuencia de la presencia de la epidemia y pandemia del COVID, fueron algunos de nuestros acompañantes este periodo; el sentimiento de culpa por el contagio de algunos de nuestros seres queridos y sobre todo la muerte de otros tantos más, tuvieron un impacto personal y colectivo.

 

Asimismo, la certidumbre de nuestra vulnerabilidad y mortalidad se magnificaron de manera tal que el famoso “Cuarto Jinete Apocalíptico”, el responsable de las epidemias y enfermedades era acompañado de otro Jinete que le seguía inseparable; era el “Jinete de la Muerte”. Además de un nuevo mosquetero, la infodemia.

 

Como hemos podido testificar, otros jinetes y calamidades preexisten y han ido al lado de los dos jinetes referidos; enuncio aquí las guerras, la violencia estructural que nos agobia, la miseria y la pobreza, el hambre y otras calamidades nos han azotado, nos azotan y, pareciera ser así, seguirán azotándonos durante más tiempo.

 

Y, faltaba más, todas ellas seguidas del jinete de la muerte que parece cabalgar en “caballo de hacienda“.

 

Ahora bien, nos interroga el autor del libro: ¿Qué enseñanzas nos deja haber transitado este camino?

 

Por otro lado, tomando en cuenta lo desoladores que han sido los mensajes que parecen derivar de los párrafos de este artículo, y para documentar el optimismo, se nos recuerda que al haber abierto Pandora la famosa caja que contenía todas estas calamidades, no se percató de que en el fondo de la “Caja” quedó una especie de lucecita que iluminaba ésta, permanecía oculta Elpis, la esperanza que nunca muere y que nos mantiene vivos en una búsqueda constante de lugares y tiempos que no existen todavía (Utopía y Ucronía) pero que pudieran ser posibles, gracias a la fuerza poética de nuestra imaginación y nuestra voluntad.

 

Por lo escrito hasta aquí, no tengo duda de ello, recomiendo ampliamente la adquisición de este libro, su lectura, goce y disfrute y, sobremanera, recuperar como horizonte la esperanza.