El tercer ojo - Breve historia de la medicina y de la relación médico-paciente (última parte)
En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara
Ahora sí, queridos lectores, tratando de concluir esta Breve Historia de la Medicina y de la Relación Médico-Paciente que, por lo demás, fue muy extensa, quiero a modo de tesis presentar una serie de conclusiones a este respecto.
En El Tercer Ojo del 15/06/19 expresaba la primera idea: “La historia de la medicina siempre que trascienda las crónicas de sucesos inconexos, aunque cronológicamente probables, nos permite conocer, desde sus orígenes, el desarrollo de los conocimientos, prácticas, creencias, explicaciones o mitos sobre los orígenes y el desarrollo de las enfermedades, remedios y relaciones médico-paciente”.
También señalábamos dos principios fundamentales, a saber: que desde los orígenes de la propia humanidad, antes de toda creencia o sistema explicativo, la práctica médica residía en la relación del sufrimiento con lo que lo alivia y, según refieren algunos historiadores de la medicina, es muy probable que los tipos de enfermedades que se manifestaban fueran relacionados con eventos demoníacos, de espíritus malignos o fenómenos de carácter mágico.
Por otro lado, el 23/06/19, expresé en El Tercer Ojo que puede reconocerse que la cirugía encuentra sus orígenes desde el neolítico, período durante el cual aparecieron unos “profesionales” que con técnicas y herramientas rudimentarias practicaron las primeras trepanaciones.
Desde ese entonces hasta el surgimiento de las especialidades como pueden serlo la neurocirugía, la neuropsiquiatría, la neuropsicología, la cardiología, etc., encontramos una serie de eventos y fenómenos que permitieron, de una u otra manera, el desarrollo de la propia medicina y la transformación de la relación médico-paciente.
Más allá del impacto de la yatrofísica, la yatroquímica y la alquimia sobre las explicaciones de la relación entre salud y enfermedad, así como de la relación médico-paciente y de la práctica médica, no cabe duda que las condiciones de vida sociales y culturales fueron un acicate para su porvenir.
Muchas de las pestes (peste negra, peste roja, gripe española, etcétera), fueron fenómenos que permitieron el impulso de la investigación, el conocimiento y la contención, prevención y atención de las enfermedades.
Hemos también resaltado el importante papel que la iatrogenia ha jugado en diversos descubrimientos que favorecieron el desarrollo de la anatomía, la fisiología, la patología y diversos saberes que hoy son fundamentales en la propia teoría y práctica médicas.
No cabe duda que el tema de las guerras, así como sus consecuencias ha ocupado un papel primordial en los orígenes y el desarrollo de la cirugía, la psiquiatría, neurología o neuropsicología, bástenos señalar, por ejemplo, descubrimientos tales como: el miembro fantasma amputado, la explicación más avanzada de la memoria, el síndrome de cerebro dividido, el síndrome por estrés postraumático, etcétera.
No puedo omitir aquí, “el lado oscuro del corazón”. El impacto que la investigación carente de ética, ideológicamente fundada y con fines deliberados y explícitos de exterminio de ciertos grupos sociales se realizaron durante la Segunda Guerra Mundial por el Tercer Reich. Estas prácticas impulsaron significativamente la eugenesia, la psiquiatría infantil y la investigación experimental con humanos, sin el mínimo requisito ético. No puedo dejar de señalar que tanto en los Estados Unidos de América como en la ex URSS al término de la guerra realizaron prácticas similares. ¡Vaya! Ni siquiera durante los procesos de la Guerra de los Balcanes del último período del ex bloque socialista en Europa del Este o las guerras de Oriente Medio dejaron de realizarse tales prácticas.
Pese a ello, hoy, no cabe duda se cuenta con muchos más y mejores recursos para afrontar muchos de los grandes problemas que hoy nos aquejan, como lo es el COVID-19.
Hasta la próxima.