El Tercer Ojo - Nota conmemorativa del Programa de Funcionalización Cognoscitiva de Personas con Autismo de la UAEM, a 20 años.
En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara
El próximo 02 de abril se verificará el Día Internacional de Concienciación sobre el Autismo, por acuerdo de la Asamblea General de las Naciones Unidas; por ello estos días observaremos una serie de acciones, actividades y eventos orientados en tal sentido. De esta manera, la UAEM, el último día de marzo, ha organizado un evento que denomina: “Acción Interdisciplinar en Autismo y los Trastornos del Neurodesarrollo”, como acto conmemorativo, además, del cumplimiento de 20 años de existencia del Programa de Funcionalización Cognoscitiva de Personas con Autismo dentro de la misma institución de educación superior pública.
Quiero, esta ocasión, amables lectores, presentar unas notas breves de carácter historiográfico sobre los orígenes y los primeros pasos de este programa y algunas de las vicisitudes por las cuales tuvo que atravesar.
Conviene recordar a este respecto que, desde el año 2000, hasta el 2006, el Psic. René Santoveña asumió el encargo de Rector de la UAEM y, desde ese momento, además de las actividades de docencia que ya realizaba yo, me integré al equipo de la Coordinación de Asesores del Rector.
Ya para ese entonces, mediante las actividades académicas y conceptuales que realizamos desde una década anterior —1990-2000–, manteniendo una relación estrecha de colaboración con la Facultad de Psicología de la UNAM, a través del Dr. Felipe Cruz Pérez, pudimos estructurar una concepción teórico-metodológica en torno a la atención educativa de los menores con un diagnóstico de Espectro del Autismo (EA), asunto que era de mi interés académico y profesional. En virtud de ello, a partir del año 2001 presenté el Programa Académico para desarrollar el Seminario: Autismo Infantil; Trastorno Generalizado del Desarrollo.
Debido al interés suscitado entre algunos de los participantes en el Seminario del año 2001, el año 2002 volví a promover dicho curso académico, pero ahora en la modalidad de taller y con la participación adicional del Dr. Felipe Cruz, como ya expresé, catedrático de la Facultad de Psicología de UNAM.
Finalmente, por razones similares a las recién expuestas, en el 2003 se presentó nuevamente el programa académico, pero ahora con una demanda legítima por parte de los participantes que cumplían tres cursos sobre el tema, más los nuevos alumnos: Revisar casos reales de personas con autismo, específicamente menores. De esta manera, se invitó a tres familias, con al menos un menor con diagnóstico presuntivo de EA cada una.
Con los menores participantes se realizaron las primeras observaciones e interacciones por parte de los copartícipes en el Taller del año 2003. La visita de estos niños al “espacio de actividades” se hizo de manera permanente un día a la semana. Debo decir que tal “espacio de actividades” eran los jardines que se ubican en la parte exterior del entonces edificio uno porque allí estaba la oficina que ocupaba como asesor del Rector y porque carecíamos, en ese entonces, de un lugar para ello dentro de la Facultad de Psicología o la UNISEP; posteriormente, el Dr. Fernando Bilbao, Director de la Facultad, designó un espacio para ello dentro de las instalaciones de la UNISEP.
A partir de este momento las familias de estos niños invitaron a otras familias al programa que recién comenzaba, de esta manera fueron llegando más niños para recibir atención. Fue así como se formalizó un Programa de Investigación-Intervención que atendiera las necesidades de la familia y en especial del niño con diagnóstico de EA.
Con la institucionalización del programa, se contaba con una estructura de estudiantes de psicología y comunicación humana que participaban en el programa realizando sus prácticas escolares o su servicio social, además de hacer uso de las instalaciones de la Unidad de Investigación y Servicios Psicológicos (UNISEP), de la Facultad de Psicología, para la atención de los niños con EA. En ese entonces los Psic. Itzel Díaz Peredo y J. de Jesús Cruz Suárez coordinaban el programa.
Por otro lado, los familiares de los menores que asistían al programa fueron encontrando un aliciente en el mismo y determinaron constituir –a partir del año 2004— una estructura organizativa que se constituyera como una red de apoyo y organización que les permita encontrar opciones de atención con calidad a sus hijos y a sí mismas. De este modo constituyeron la Asociación de Familiares de Menores con Autismo: Caritas de Niños Autistas (AFMA); más tarde algunas familias se separaron de ésta y constituyeron la Asociación de Familiares de Menores con Autismo: Comunidad Autista de Morelos A.C. “COAMOR”.
Fue así como el Programa de Funcionalización Cognoscitiva de Menores con Autismo dio comienzo desde el año 2003, en los jardines del edificio de la rectoría y dentro de la oficina que ocupaba yo como asesor del rector y, luego, en el año 2004, dentro de la UNISEP.