El Tercer Ojo - Breve historia de la medicina y de la relación médico-paciente (cuarta parte)

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El Tercer Ojo - Breve historia de la medicina y de la relación médico-paciente (cuarta parte)

Siguiendo con la exposición, presentaréalgunos ejemplos de creencias hebreasdescritas en los textos bíblicos en cuestiones de salud e higiene.Como es sabido, la circuncisión es ampliamente recomendada y era obligatoria en el recién nacido; asimismo, las normas y cuidados para amamantar al neonato son prescritas en el primer libro del Pentateuco. (Génesis21: 1-3). De igual modo, en el Levítico (13:45-46) se explica la conducta o el comportamiento a seguir ante la lepra y su obligatorio aislamiento; de igual modo en el libro de Números (19: 11-19) se advierte que el “que tocare cualquier cadáver humano, se hace impuro por siete días, previo lavado al tercer día”. También en el Libro Deuteronomio (23: 12-13) se indica: “tendrás fuera del campamento un lugar donde agacharte para hacer tus necesidades y después taparás tus excrementos”.

 

Como podemos apreciar, estas normas muestran claramente que la tradición hebrea privilegiaba la higiene, la prevención, asi como la profilaxis.

 

Asimismo, a lo largo del antiguo como del nuevo testamento, recurrentemente se mencionan una serie de enfermedades que conviene hacer explicitas aquí: lepra, peste, disenteria, acromegalia, epilepsia, infecciones venereas (ETS); además de referir una serie de fenómenos que implicaban la existencia de las deficiencias fisicas o mentales que hoy son consideradas discapacitantes, bajo ciertas circunstancias, entre estas conviene mencionar la ceguera, las parálisis, la sordera, así como diversos trastornos mentales.

 

En la relación médico-paciente la biblia refiere prácticamente dos mecanismos de atención, uno es las curaciones milagrosas realizadas por el Nazareno, por los apóstoles que le siguieron o, antes, por algunos profetas, como es el caso de Moisés. El segundo es propiamente dicho el de la medicina hebrea, consistente en curaciones profilácticas y algunos brebajes con hierbas.

 

MEDICINA GREGORROMANA. Michel Foucautl, en su texto el Nacimiento de la Clínica, cita a P. Moscati, a propósito de su texto De L'emploi des sytèmes dans la medecine pratique; resaltando que: «"En los tiempos remotos, el arte de la medicina se enseñaba en presencia de su objeto y los jóvenes aprendían la ciencia médica en el lecho del enfermo"; éstos, con mucha frecuencia, estaban alojados en el domicilio mismo del médico, y los alumnos acompañaban a los maestros, mañana y tarde, a la visita de sus clientes»

 

Gracias a Hipócrates, Grecia disponía de una medicina racional basada en una ética rigurosa, a la cual se vinculaban mediante un juramento. Es este mismo Juramento Hipocrático el que los médicos, aún hoy en día, deben pronunciar cuando defienden su examen profesional.

 

En aquel momento se curaban muchas enfermedades, pero los médicos que tenían el perfecto derecho de no aceptar más que a los enfermos que pensaban sacar adelante con ventajas para ellos, renunciaban a tratar determinadas enfermedades crónicas o confusas, la “histeria” en primer lugar. A estos enfermos sólo les quedaba el auxilio de la religión y de la magia, con las que el pueblo contaba enormemente.

 

Pero para ellos y sobre todo para ellas, las histéricas, se levantó la gloria de una tercera medicina, basada en los sueños.

 

Los sueños habían sido siempre mensajeros de los dioses, que establecían así un contacto vivo con los seres humanos, tomándose la molestia de dirigirse a ellos para darles explicaciones u órdenes. A lo largo de la antigüedad se han visto destinos enteramente fundados sobre un sueño: el gran Galeno debió, según se cuenta, su carrera a un sueño, por ejemplo. El advenimiento del monoteísmo vio a Dios, o a sus demonios, o a sus santos, venir a perturbar el destino de los seres humanos. Este influjo del sueño ha durado desde la Antigüedad remota, con el libro de la clave de los sueños en la mano, hasta que S. Freud hace de ellos la expresión de las “bromas del inconsciente” de cada uno.

 

La nueva terapéutica basada en el sueño se dirigía principalmente a la histeria, que la medicina hipocrática, deliberadamente, abandonó. Esta terapeútica dependía del culto de Asclepios, Dios de la medicina, Asclepios que encarna la pasión de curar. (CONTINUARÁ)