Certidumbre y seguridad
En opinión de Juan Salgado Brito
Entre lo más importante para las personas es tener certidumbre y sentirse segura en el día a día y frente al porvenir, esto no es solamente un estado de ánimo o emocional de cada quien sino una percepción que impacta en el quehacer cotidiano, en el rendimiento personal y en la convivencia social, contribuir o hacer lo necesario para que la gente se sienta bien es todo un reto para los gobiernos y las autoridades de todos los niveles, obligadas como están a generar un clima político y social que propicie certeza y que garantice seguridad a la población, evitando miedos y sobresaltos en la comunidad. Los vacíos de liderazgo político y de autoridad gubernamental siempre generan sentimientos de orfandad, soledad y a veces hasta frustración social, lo cual en nada ayuda a la paz pública y a la gobernabilidad.
Ninguna autoridad está exenta de responsabilidad sino es capaz de darle certidumbre y seguridad a los gobernados., la estabilidad empieza por que cada ser humano se sienta seguro en el acceso a oportunidades y posibilidades de empleo, salud para él y su familia, educación para sus hijos, la protección y defensa de su libertad, sus derechos, integridad física y patrimonial., para eso fue creado el Estado, para eso se elige a los gobiernos, para garantizar tranquilidad y estabilidad social, económica y política a la ciudadanía y población en general. En este compromiso de hacer efectivo el Estado de Derecho para todas y todos, también está la capacidad de cada gobernante para convocar e involucrar a los sectores de la sociedad para que participen en la construcción del ambiente más favorable para el humor colectivo y la convivencia social.
Certidumbre y seguridad es lo que clama y reclama la gente en todas partes, un grito que debe escucharse y atenderse, más ahora que los tiempos políticos nos acercan a lo electoral donde lo más importante y el objetivo central será siempre las personas como seres humanos, y las familias como base de nuestra estructura social. El cómo, con qué y con quienes garantizar al pueblo certeza y seguridad, corresponde a los gobiernos y gobernantes resolverlo.