A Nivel Banqueta - En Morelos, la vida no es sagrada
En opinión de Francisco Valverde Prado
¿Con cuántos muertos nos amanecemos día tras día en el estado de Morelos? Lo único cierto, es que por estas tierras, la vida no vale nada o por lo menos no mucho. Cifras expresadas en números, siempre ausentes de un rostro con nombre y apellido. La historia de una muerte evitable (en la mayoría de los casos) y el profundo dolor que algún familiar, amigo o ser querido, hereda. La realidad es que en el estado de Morelos, morirse es una historia que pronto se olvida y en la que el principal protagonista puede ser el número doscientos, mil o cuarenta y tres mil, ya sea en un día, un mes o un año pero lo único seguro, es que el Gobierno del Estado de Morelos ha fracasado en una de sus principales responsabilidades, proteger la vida de sus gobernados.
Feminicidios, accidentes de tránsito, atropellamientos, desapariciones, asesinatos relacionados con la delincuencia organizada y ahora también, una pandemia que nos tiene de rodillas. En todas ellas existe un hilo conductor, un gobierno rebasado por la propia realidad. Un gobierno que carece de estrategia y correcta planeación.
Es mucho lo que puede hacerse en materia de preservación de la vida. Bien podemos comenzar por valorarla y para ello, el gobierno estatal debe ser también un ente comunicador, acciones pedagógicas que construyan ciudadanía. Empecemos por el no matarás y la herida que deja una muerte violenta. Vergüenza, dolor, culpa y siempre, una acción evitable.
Hace algunos años, un grupo de ciudadanos decidimos realizar la pinta de estrellas sobre el pavimento, una estrella por cada vida perdida. Casi un centenar de ellas, fueron las que pudimos realizar. En muchos de los casos, de la mano con los familiares y amigos. “Estrellas por la Vida”, una acción colectiva que pronto se convirtió en un ritual necesario para lograr cerrar un ciclo y valorar la ausencia de un ser querido, la consecuencia de una acción contraria al ciclo de la vida.
Un ciudadano que vive una acción como ésta, un ejercicio de conciencia, no vuelve a ser el mismo. Algo en él, habrá sido transformado para siempre. Más aún si de manera constante pudiéramos contar con programas gubernamentales que buscaran construir ciudadanía, una nueva cultura que lograra el ponernos de acuerdo en torno a conductas y valores en nuestras comunidades.
Una de las grandes ventajas de un gobierno activo en términos pedagógicos, es la posibilidad de un cambio verdadero con muy pocos recursos. Históricamente se nos ha dicho que el gobierno necesita de miles de millones de pesos para lograr cualquier resultado. Hoy sabemos que esto es falso. Los miles de millones de pesos han estado ahí y seguimos igual, sobretodo igual de violentos y salvajes.
Apostarle a una nueva forma de cultura ciudadana es quizás una de las necesidades más urgentes que tenemos frente a nosotros. Construir ciudadanía, es contar con ciudadanos con los cuales podamos transformar nuestra realidad, una realidad a la que le urge encontrar paz y recuperar el valor de la vida humana.
"La vida es sagrada": Antanas Mockus
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