ZAPATA Y EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD

En opinión de Juan Salgado Brito

ZAPATA Y EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD

Emiliano Zapata fue quien dio dimensión universal al Estado de Morelos, su levantamiento en armas contra los abusos del poder y los atropellos de las autoridades siempre estuvo  sustentado por  un recio anhelo de justicia que propugnaba el reconocimiento a los derechos y las libertades de los pueblos y de los campesinos. No fue el caudillo del sur un revolucionario anarquista y mucho menos un agitador ambicioso de poder y de dinero, fue un luchador social a quien no le dejaron otro camino más que el del movimiento armado para encabezar la defensa de los desposeídos bajo los principios de Justicia y Ley, Tierra y libertad, lo cual hoy en día siguen siendo causas por las cuales, gobiernos democráticos, leyes e instituciones procuran para  traducir en beneficios tangibles los avances y logros de la revolución y sobre todo los ideales de quién es considerado uno de los más grandes héroes de nuestra historia patria: Emiliano Zapata Salazar.

El principio de autoridad, claro que es básico para tener y ejercer el liderazgo que se requiere para encabezar todo gobierno y movimiento social. En su lucha, Emiliano Zapata fue acompañado de un brillante equipo de ideólogos y pensadores visionarios que contribuyeron con sus ideas y sus propuestas a la Construcción del México de leyes e instituciones que tienen como antecedente los postulados revolucionarios del General Zapata, de su Plan de Ayala y de sus ideales que con reciedumbre de carácter y firmeza de convicciones concurrió a la instauración del orden jurídico y del estado de derecho para lograr la paz, la convivencia de todos los mexicanos pero sobre todo de los más pobres y marginados.

El mejor recuerdo que podemos tener de Emiliano Zapata en el 104 aniversario de su sacrificio, es su entrega a la lucha y hasta la muerte por los derechos y la justicia para los pueblos y las familias más desposeídas., Su legado no solamente es ideológico, sino pragmático y hoy nos motiva a cada quien desde su trinchera a luchar por planes, programas y presupuestos gubernamentales a favor del campo y los campesinos., Así también por un mayor sentido de compromiso y solidaridad de los sectores social y privado, porque cada vez para ellos es más difícil vivir del campo por los bajos precios de sus productos, altos costos de fertilizantes y otros insumos, así como los escasos apoyos oficiales. Todo esto es muy delicado porque todos comemos y vivimos por lo que se produce en el campo.