Yo tengo otros datos - Trump y su osadía.
En opinión de Carlos Galicia

Las medidas que recientemente anuncio el gobierno de Donald Trump en contra de los intereses de la universidad de Harvard, una las universidades más prestigiadas de los Estados Unidos de Norteamérica, marcan un precedente en la historia de los Estados Unidos.
No existe registro de que haya existido algún gobierno norteamericano que hay negado apoyo a alguna institución educativa. Como reciente ocurrió con el gobierno de Trump.
“El gobierno ha amenazado con revocar la exención de impuestos de la que se beneficia la universidad y ha congelado miles de millones de dólares en subvenciones gubernamentales a la institución académica”.
https://www.bbc.com/mundo/articles/c3e5n0l8k90o
El simple hecho de negar la inscripción de estudiantes extranjeros a la Universidad de Harvard y en particular aquellos estudiantes que este a favor de algún movimiento social que no simpatice con la forma de pensar del gobierno americano.
La perorata de que Estados Unidos es el país de la libertad, justicia y democracia, cada vez se presenta más turbios dichos principios, desde la llegada de Donald Trump al frente de la dirección del gobierno.
Pensar en estos momentos que el país del norte es el paraíso de las oportunidades es una simple utopía.
En la actualidad el país en el que reinaba la diversidad de razas; el encuentro de diferentes culturas del mundo, el crisol de las identidades del mundo se encuentra en duda. Ya no es considerado el refugio de la protección de los derechos humanos, que esta en contra de los abusos, o imposiciones de los gobiernos autoritarios.
Este tipo de situaciones era más frecuente en países de África que solían cometer atropellos, abusos y excesos en contra de su población. Se decía que eran naciones que no había logrado un avance económico, que no contaban con un crecimiento ni tampoco gozaban de un nivel de bienestar. Se consideraban países en condiciones de atraso e incluso de retroceso.
Estados Unidos siempre se había visto como la nación rica, poderosa, en la que avanzaba al ritmo de la dinámica histórica. En pro del progreso y la civilización.
Pero hoy, las decisiones que toma el presidente de los Estados Unidos al interior de su país y en el mundo, despierta mayor sospecha que es una nación que se encuentra en decadencia; algunos opino logos consideran lo contrario, que Estados Unidos es un país poderoso, el más poderoso del mundo.
Sin embargo, cuando un gobierno atenta contra la “intelligenzzia” de su país; en perjuicio de los centros de inteligencia; donde se produce conocimiento, arte, ciencia, técnica, tecnología y se encuentra la gente pensante, los creadores de ideas y promotores del pensamiento crítico.
Hay que tener cuidado, porque sólo en los países que existen dictaduras se puede observar este tipo de comportamientos. Sin embargo, en la actualidad en pleno siglo XXI, podemos observar los gobiernos con una tendencia populistas, que muestran actitudes antidemocráticas, con una directriz autoritaria sin que revistan la característica de dictaduras en el sentido lato.
Tratar de configurar el mundo desde una perspectiva única sin respetar identidades, cultura y pertenencia de los pueblos y naciones obedece a los viejos imperios romanos y medievales que iban en busca de la conquista de los territorios.
Pretender que un individuo quiera en pleno siglo XXI convertirse en el gran emperador del mundo, porque el planeta está equivocado. Es una locura total.
Esta guerra no se detendrá con armas, balas y fuego, sino con argumentos, con movimientos sociales de resistencia que estén en lucha.
No puede estar el mundo en manos de un hombre ególatra, que gobierna bajo ocurrencia y practicas xenofóbicas, antinmigrantes y racistas.
El mundo es de todos los seres humanos que habitan este planeta. Los gobiernos solo conducen los destinos. No hagamos de nuestro destino un caos, solo por la osadía de un hombre extraviado.