Vejez y vida adulta, la diferencia

En opinión de Lorena Elizabeth Castillo

Vejez y vida adulta, la diferencia

El pasado lunes 28 se conmemoró, como todos los años en México y otros países, el Día de la Adulta y el Adulto Mayor. Desde 1982, el octavo mes del año es considerado como el mes de la vejez en todo el mundo, por lo que en México se determinó que aquella fecha fuera considerada como el Día del Abuelo, recordando que en 1998 se decretó esta misma fecha como el Día del Anciano.

Desde la perspectiva de género, hay mucho que aportar sobre el tema, a partir del cambio del nombre de dicha conmemoración. En primer lugar, todavía hoy la condición de vejez, aparece como un fenómeno exclusivamente femenino, a diferencia de la denominación “edad adulta” que tiene una connotación asertiva y de permanencia en la dinámica familiar y social.

Es decir, al hablar de mujeres mayores se las considera como “abuelas”, encasillando a la mujer en el rol como madre, ligada al cuidado del hogar y asumida a partir del rol de cuidadora; mientras que, en el caso de los hombres, prevalece el estereotipo de que ellos llegan a “la edad interesante”, con la ventaja de consolidar su realización personal y profesional, muchas veces, por encima de las aspiraciones de una mujer.

En este punto es necesario detenernos y preguntar ¿Cuáles son los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres al convertirse en adulta mayor? Todas quisieran que no existieran dificultades y que, al arribar a esta etapa, gozar de desarrollo y plenitud en los aspectos personal, económico, y social. Pero en una gran mayoría de casos no es así.

La pregunta anterior y su respuesta ideal, son por demás pertinentes si consideramos datos como los siguientes: Del total actual de un millón 971 mil 520 mujeres en Morelos, aproximadamente, el 20 por ciento está en el grupo de 60 a 75 años y más, es decir, 394,304 mujeres adultas mayores.

La proyección de la población de mujeres adultas mayores en Morelos, entre 2017 a 2030 es que este sector pasará de 123,328 a 193,766 mujeres entre 60 a 75 años, o sea, un incremento de 70,438 mujeres en 13 años.

De ahí la importancia de que tanto las instituciones oficiales, así como las asociaciones y colectivos de mujeres, intensifiquen sus respectivas acciones y se preparen para colaborar con las mujeres en la búsqueda de su realización personal, profesional o familiar.

En otras palabras, se trata de erradicar las desigualdades de género que prevalecen a lo largo de su vida. Por citar uno de muchos ejemplos, la mayoría de mujeres en Morelos y en México, no cuentan con seguro médico o seguro de ahorro, debido a su bajo nivel educativo y a la poca participación en trabajos remunerados. Esto las pone en desventaja y las hace dependientes de otras personas, que pueden ser parejas o hijos.

Con la expectativa del aumento en la población de mujeres adultas mayores, es urgente trabajar, no en la atención a la vejez, sino en apoyarlas para que se incorporen a una vida adulta y de adultas mayores en plenitud y desarrollo personal y de contribución a su entorno familiar y social. Por lo tanto, no es lo mismo vejez que adulta mayor.