Tiempos inéditos
En opinión de Hertino Avilés Albavera.
La humanidad atraviesa hoy, tiempos inéditos. No solo, por la contingencia sanitaria impuesta por los gobiernos del Mundo, que impone el aislamiento en casa y la interrupción de actividades laborales no esenciales, sino que medularmente, por la reflexión que genera, la fragilidad del ser humano, ante un evento como el que hoy presenciamos, causado por un ente microscópico, altamente contagioso.
Este momento histórico, traerá sin duda, diversas secuelas. Una de ellas, será la económica. La pérdida de empleos y la quiebra de infinidad de empresas en el mundo, avizora una rescisión, como pocas se habrían visto en la historia internacional.
El modelo global permitió advertir, que la internacionalización de políticas públicas, no solo genera movimientos del capital en el planeta, sino que también, se globalizan las enfermedades. De hecho, hoy el ciudadano del mundo ha sido contagiado por este virus, de una o de otra manera. Esta encrucijada, permite advertir que los nacionalismos o regionalismos no son quizás la mejor de las recetas, pero hemos visto a Estados Unidos y a Europa, cerrar sus fronteras.
Sin embargo, trajo también otra consecuencia. Regresar a nuestras raíces, regresar a nuestra casa, quedarnos en nuestro hogar y darnos la oportunidad de hacer un alto, para platicar, para jugar y deliberar. Es un momento, extraordinario, que nos acercará más a los nuestros y a valorar su presencia.
En todo caso, el ser humano se encuentra ante una contingencia que le hace pensar en sí mismo, en su dimensión, contexto y fragilidad.
Ojalá que pronto las condiciones se normalicen por aquellos que se arriesgan en sus trabajos y profesiones para que podamos estar bien. Ojalá que en ese recuento, podamos encontrar a la menor de las ausencias.
Es momento de quedarse en casa, y de cuidarse, procurarse, pero sobre todo, valorarse y apreciarse. Son tiempos inéditos en el que la sociedad se pone a prueba y valora que el máximo de sus tesoros se encuentra en la salud de cada persona.