Sugiere investigador de UAEM cambiar a restauración forestal

Sugiere investigador de UAEM  cambiar a restauración forestal
Sugiere investigador de UAEM  cambiar a restauración forestal
Sugiere investigador de UAEM  cambiar a restauración forestal

La reforestación, una práctica común en México durante la temporada de lluvias, se encuentra en el centro de un debate crucial. ¿Se trata de una simple plantación de árboles con fines políticos o de una verdadera restauración forestal que garantice la supervivencia de las especies?

 

Julio César Lara Manrique, secretario de investigación de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), arroja luz sobre esta problemática y destaca la diferencia fundamental entre reforestación y restauración.

 

“La primera se limita a la plantación de árboles sin un seguimiento posterior, resultando en una alarmante tasa de supervivencia: solo uno de cada mil árboles plantados llega a los 10 años. Esto representa una significativa pérdida de recursos económicos y desincentiva la participación comunitaria, ya que la falta de éxito genera frustración y apatía”, explicó.

 

En cambio, la restauración forestal es un proceso mucho más amplio que incluye la mejora del suelo, la prevención de la erosión y un seguimiento exhaustivo para asegurar una supervivencia superior al 80 por ciento de las plántulas.

 

Julio César Lara enfatizó la necesidad de un cambio de paradigma: “debemos enfocarnos en la prevención de la deforestación, no solo en sus consecuencias, porque la tasa de deforestación, un indicador primordial en la política forestal, debería ser reemplazada por un indicador que mida la conservación de las áreas forestales”, señaló.

 

Esta problemática se extiende a la elección de las especies y el método de plantación. Lara Manrique advierte sobre el uso de árboles demasiado pequeños (30 cm o menos) en las campañas de reforestación, lo que compromete su supervivencia.

 

Por todo esto, recomienda árboles de al menos 3 años de edad, con un crecimiento de 50 cm y un diámetro de tronco de 1.5 cm o más. Además, la densidad de plantación debe ser cuidadosamente considerada para evitar la competencia entre los árboles, y se debe priorizar el uso de especies nativas, especialmente en áreas forestales, para mantener el equilibrio ecológico. En áreas urbanas, la estética y el mantenimiento deben ser factores determinantes en la selección de las especies.

 

El investigador explicó que la Universidad Autónoma de Tabasco implementa un modelo único de servicio social que exige a los estudiantes plantar y monitorear un árbol durante toda su carrera.

 

Este modelo, aunque viable y exitoso, no se ha replicado a nivel nacional, lo que refleja una resistencia al cambio de paradigma dijo Lara Manrique, al destacar la importancia de contar con datos e indicadores que demuestren la viabilidad de implementar este tipo de iniciativas.

 

El experto recomienda el uso de tecnologías como geles que retienen agua para asegurar la supervivencia de los árboles durante la temporada de sequía y hace un llamado a la participación ciudadana y a la colaboración entre instituciones públicas y privadas para lograr una verdadera restauración forestal en Morelos, particularmente en la región.

 

 La tecnología ha revolucionado la forma en que se llevan a cabo las labores de reforestación en la actualidad. La utilización de herramientas y técnicas tecnológicas permite una mayor eficiencia y precisión en la plantación y cuidado de árboles, lo que a su vez contribuye a la restauración de ecosistemas degradados y la conservación de la biodiversidad.

 

Una de las formas en que la tecnología está siendo utilizada en la reforestación es a través de la creación de viveros de alta tecnología. Estos viveros utilizan sistemas de control climático y riego automatizado para producir plantas de alta calidad y resistencia, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia de los árboles en el campo.

 

La tecnología también está siendo utilizada para monitorear y evaluar el estado de los bosques y las áreas reforestadas. Los sensores remotos y las imágenes satelitales permiten a los científicos y conservacionistas obtener información precisa sobre la salud y el crecimiento de los árboles, lo que les permite tomar decisiones informadas sobre la gestión y el cuidado de los bosques.

 

Además, la tecnología está siendo utilizada para involucrar a la comunidad en las labores de reforestación. Las aplicaciones móviles y las plataformas en línea permiten a las personas participar en la plantación de árboles y monitorear el progreso de las labores de reforestación. Esto no solo aumenta la conciencia sobre la importancia de la reforestación, sino que también fomenta la participación ciudadana en la conservación del medio ambiente.

 

La tecnología también está siendo utilizada para mejorar la eficiencia en la plantación de árboles. Los drones y las máquinas de plantación automatizadas permiten plantar árboles en áreas de difícil acceso y en grandes cantidades, lo que reduce el tiempo y el costo de la plantación.

 

La utilización de la tecnología en la reforestación también permite una mayor precisión en la selección de especies de árboles adecuadas para cada área. Los análisis de suelo y clima pueden ser realizados utilizando tecnologías como la teledetección y los sistemas de información geográfica, lo que permite a los científicos y conservacionistas seleccionar las especies de árboles más adecuadas para cada área.

 

La tecnología también está siendo utilizada para proteger los bosques y las áreas reforestadas de amenazas como los incendios forestales y la tala ilegal. Los sistemas de monitoreo y alerta temprana permiten a los conservacionistas y autoridades tomar medidas rápidas y efectivas para prevenir y controlar estos incendios.

 

En la actualidad, existen varias organizaciones y empresas que están utilizando la tecnología para apoyar las labores de reforestación en todo el mundo. Una de ellas es la organización sin fines de lucro "One Tree Planted", que utiliza la tecnología para plantar árboles en áreas deforestadas y degradadas, y para involucrar a la comunidad en las labores de reforestación .