Serpientes y escaleras - ¿Son confiables las encuestas?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Son confiables las encuestas?

En cada elección las casas encuestadoras anticipan al ganador. Y muchas veces fallan.

 

¿Son confiables las encuestas?

Los estudios de opinión se han convertido en un elemento central de las campañas, pero no como un instrumento para tomar decisiones y definir estrategias, sino como un artículo de promoción. Morena es afecto a usarlas así: en todas las elecciones del sexenio han recurrido a ellas presumiendo decenas de puntos de ventaja y tratando de influir en el electorado con una percepción de triunfo. El plan funciona cuando verdaderamente van adelante.

Aunque este tipo de herramientas es útil y más eficiente que el “melatómetro”, su manejo excesivo puede resultar contraproducente, porque la gente se da cuenta de que se trata de información falseada y datos irreales. Partamos de una premisa: para que una mentira sea aceptada debe ser creíble… y la mayoría de las encuestas que manejan las dos casas de campaña son inverosímiles.

La contienda por la gubernatura de Morelos en este 2024 es la más larga y tediosa de la historia electoral morelense porque aunque oficialmente es una campaña corta, de apenas 60 días, en realidad venimos escuchando este tema desde hace casi dos años, cuando el Movimiento de Regeneración Nacional arrancó sus procesos internos y los interesados comenzaron a promocionarse.

Lo largo de la precampaña, empero, en lugar de fortalecer al partido y a sus candidatos derivó en un desgaste interno generalizado que cansó a la gente; en Morelos la contienda interna no tuvo reglas, la dirigencia estatal del partido nunca fue parcial porque impulsó sus propios candidatos y al hacerlo perdió la credibilidad y el respeto de la militancia, por ello hoy está fuera de todo, es un cero a la izquierda, alguien que nadie quiere tener cerca.

La historia electoral rumbo al 2024 en la entidad ha girado casi totalmente en torno a Morena y a sus integrantes porque hasta que Lucía Meza rompió con la 4T, la oposición local era invisible y no tenía ninguna posibilidad de ganar. El problema para los morenistas es que la narrativa de campaña ha estado siempre relacionada con problemas internos, acusaciones mutuas y descalificaciones que ahora son retomadas por sus adversarios.

El Movimiento de Regeneración Nacional tenía todo para ganar porque no tenía oposición enfrente y no había candidatos que les hicieran sombra; todo estaba dispuesto para que el refrendo del gobierno estatal se diera en automático a pesar de los problemas del gobierno actual, pero no fue así: la mala conducción del partido, las ambiciones internas y la definición de candidaturas a partir de cuotas de poder en lugar de reconocimiento público, liderazgo y capital político los tiene hoy en un escenario de riesgo, a pesar de lo que presuman. Hablemos de encuestas:

En la elección de Guerrero los estudios de opinión daban a Morena una ventaja de 36 puntos sobre sus adversarios, pero a pesar de que en las encuestas Evelyn Salgado superaba a su rival por más de treinta puntos, su triunfo se cerró a menos de tres. Lo mismo ocurrió en el Estado de México, donde los escrutinios de la 4T colocaban a Delfina Gómez con una ventaja de 48 puntos sobre Alejandra del Moral, pero tras el conteo final de votos la victoria de la representante del Movimiento de Regeneración Nacional fue de solo 8 puntos.

En Morelos también hemos visto como los datos de las casas encuestadoras resultan ser distintos a la hora de la votación; recordemos tres momentos: en el proceso electoral del año 2 mil el priísta Juan Salgado Brito arrancó la contienda con una ventaja superior a 20 puntos, todas las encuestas repetían que el PRI iba a ganar, pero en las últimas semanas todo cambió y el PAN arrasó.

En el año 2018 el perredista Rodrigo Gayosso Cepeda se postuló por la gubernatura de Morelos con todo el respaldo del gobierno estatal y cientos de millones de pesos en la bolsa; la del perredista ha sido una de las campañas más ostentosas de la historia, con múltiples estructuras pagadas y dinero de sobra para comprar todo y a todos. Aunque ese año hubo varios candidatos en la boleta, la elección se centró en dos: él y Cuauhtémoc Blanco; muchos priístas como las maricelas Sánchez y Velázquez, Francisco Santillán, Francisco Moreno, Alberto Martínez, Beatriz Viscera y en general toda la legislatura 53 apoyó la candidatura de Gayosso porque creían que iba a ganar, porque todas las encuestas así lo advertían, pero el hijastro incómodo terminó en tercer lugar.

Jorge Argüelles Victorero inició el proceso electoral de Cuernavaca en el 2021 con 20 puntos de ventaja y a lo largo de la campaña su equipo compartió múltiples encuestas en las que mostraba que su aprobación crecía; una semana antes de la elección un periódico estatal anticipó su victoria por más de 40 puntos apoyado en una encuesta. Y perdió.

En la elección del 2024 la historia se repite: una y otra candidata muestran números favorables a su causa, las dos aseguran que llevan la delantera y una de ellas, la de Morena, no tiene empacho en vaticinar una victoria aplastante porque así lo dicen sus números.

Hagamos una pausa en esto: en febrero la empresa Demotecnia daba 46 puntos de ventaja a Margarita González Saravia sobre Lucía Meza, en marzo Parametría ponía a Margarita 36 puntos arriba de Lucía y en abril Mendoza Blanco y Asociados afirma que la candidata de Morena supera por 26 puntos a la representante del FAM. En todas las encuestas González Saravia va arriba, pero quien entienda del tema notará un elemento principal en esta historia: la tendencia.

Los estudios de opinión son muy importantes en un proceso electoral, representan una herramienta sustantiva para conocer las preferencias del votante, las tendencias y a partir de ello tomar decisiones. La confiabilidad de las encuestas depende de varios factores como la metodología, el tamaño de la muestra, su diseño y las tendencias, pero sobre todo la confiabilidad del encuestador y objetivo del documento: hay encuestas para uso interno y otras para tratar de generar percepción de triunfo. Estas últimas son las que se hacen públicas.

En la carrera por la gubernatura de Morelos los equipos de campaña han abusado de las encuestas, han saturado a la gente con documentos falsos o alterados, con información que no coincide con lo que se ve y se siente en las calles. Precisamente por esto muchas veces el resultado de la elección es opuesto a lo que dicen las encuestas.

Confiar a pie juntillas en lo que dice una encuesta es un severo error de cálculo.

·         posdata

Las elecciones no solo renuevan los gobiernos y las representaciones legislativas, también son un momento que permite el regreso de políticos que estaban en la banca; la del 2024 no es la excepción.

Al lado de las candidatas hay figuras que en el pasado ocupaban posiciones relevantes en el gobierno o que fueron referente de la vida pública en el estado desde el congreso o algún municipio; algunos de ellos son personajes que el tiempo dejó en el olvido, otros tuvieron que esconderse por su mal desempeño o porque representan lo peor de la política local y por lo mismo tuvieron que autoexiliarse.

Pero como la memoria del ciudadano es corta en cada proceso veamos a los villanos disfrazarse de héroes, reclamar por lo que ellos causaron y exigir lo que no hicieron cuando ostentaron el poder. Un caso extremo es el de Graco Ramírez, el peor gobernador que ha tenido el estado, alguien que ahora se viste de oveja para hablar de autoritarismo.

Ponerles nombres a estos personajes es ocioso porque están a la vista y su trayectoria es del dominio público; algunos datan del graquismo o antes, pero otros son más recientes, estuvieron activos al inicio de este sexenio.

En las campañas es normal sumar a todos sin reparar en su historia, sobre todo cuando se viene de atrás en la carrera; este tipo de mezclas son más comunes de lo que se piensa, pero no por ello dejan de ser llamativas y deleznables.

Las elecciones sexenales podrían ser un tiempo de renovación total, no solo de gobiernos, sino de la clase política, con figuras distintas, mejores, no compostaje del pasado.

¿Qué candidata nos ofrece un gobierno distinto, mejor, con gente diferente?

·         nota

El equipo de campaña de Margarita González Saravia se ha cansado de mandar encuestas, obviamente todas favorables a su causa; a lo largo de los últimos meses han manejado muchos documentos de este tipo elaborados por diversas casas encuestadoras y en todas, obviamente, van adelante.

Retomo lo escrito unas líneas atrás:

En febrero Demotecnia los colocaba a la delantera con 46 puntos de ventaja, en marzo Parametría los ponía 36 puntos arriba y en abril Mendoza Blanco y Asociados dice que superan por 26 puntos. Las tres encuestas las ha difundido el equipo de González Saravia en su idea de manejar la percepción, lo que tal vez no notaron es que con sus propios números están mostrando una tendencia a la baja que, de ser cierta, implica que la elección se va a cerrar y el triunfo, si lo consiguen, será por un dígito.

Antes de que peguen el grito en el cielo y comiencen los reclamos vale la pena recalcar que son sus propios datos, los que ellos hicieron públicos y cualquiera puede observar.

Se llama tendencia.

·         post it

Ojo con esto:

Un estudio de Integralia elaborado con información oficial y de reportes de los partidos políticos registra que 15 estados de México están en riesgo alto y muy alto de intervención del crimen en sus elecciones locales.

“En el último sexenio hemos visto una expansión de los regímenes criminales, nuestra democracia se ha convertido en un mecanismo para que los grupos delictivos asuman el control de los territorios y a partir de ahí comiencen con la regulación de la vida política, económica y social del país”

Los estados de Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Chiapas y Morelos se identifican como entidades con riesgo “muy alto”, en las cuales hasta 80% de su territorio está controlado por el crimen organizado o es disputado por  grupos criminales.

Los estados que concentran más víctimas de violencia son los territorios disputados por el crimen organizado, siendo éstos Guerrero (73), Michoacán (56), Morelos (36), Chiapas (34) y Jalisco (32).

“La intervención del crimen en las elecciones tiene varios mecanismos y nosotros identificamos al menos cinco, que son la violencia política, la movilización o desmovilización del voto, el financiamiento a campaña, la imposición de candidaturas y también la intervención directa en casillas. Estos niveles de riesgo pueden tomarse como una advertencia, es muy probable que en estos territorios veamos varios incidentes el día de la elección en las casillas electorales, particularmente en algunas zonas de estas entidades” dijo Armando Vargas Hernández, consultor senior de Integralia.

·         redes sociales

Para que una mentira se acepte debe ser creíble. Y las encuestas que vemos hoy no lo son.

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