Serpientes y escaleras - Red de corrupción

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Red de corrupción

Graco tejió una red de protección para que no lo juzgaran. Cuauhtémoc quiso hacer lo mismo

 

Red de corrupción

Antes de dejar el gobierno, Graco Ramírez tejió una red de protección que funcionaría cuando dejara el cargo; a la mitad de su mandato el tabasqueño estaba seguro de que volvería a ganar el gobierno estatal a través de alguien de su confianza y también de que su trabajo al frente del ejecutivo lo proyectaría al plano nacional, pero no dejó las cosas a la suerte y colocó incondicionales en posiciones clave, para que en cualquier escenario, lo protegieran. El perredista es corrupto, no tonto.

La habilidad del tabasqueño para anticipar un escenario político adverso le permitió actuar con mucho tiempo de anticipación, ubicando a su exconsejero jurídico en la Fiscalía Anticorrupción y a un notario nombrado por él en la fiscalía general.

Los movimientos en estos espacios no fueron los únicos, pero son claves para que cualquier movimiento jurídico en su contra o en contra de sus colaboradores sea frenado. El manejo de la legislatura 53 permitió a Ramírez Garrido ubicar a Juan Salazar y a Uriel Carmona en dependencias que, además, fueron reforzadas legalmente desde el congreso, dotándolas de autonomía, libertad de actuación y blindaje total para sus titulares.

La falta de sanción a los actos de corrupción cometidos en el sexenio de Graco Ramírez no deriva solo de la incapacidad profesional del equipo de Cuauhtémoc Blanco para armar carpetas sólidas, documentadas y probatorias de las faltas cometidas en la administración anterior, también se debe a que las querellas interpuestas fueron inmediatamente encapsuladas por el fiscal anticorrupción Juan Salazar, para que en ningún caso procedan.

Hace algunas semanas el titular de la Hacienda estatal confirmó que sería muy poco lo amortizado por esta administración de la deuda heredada por el gobierno del PRD; aunque Cuauhtémoc Blanco no contrató ningún empréstito, la carga financiera que tendrá Margarita González Saravia producto de los créditos adquiridos por el graquismo serán enormes y limitarán la capacidad económica futura.

Hablamos de pasivos por más de seis mil millones de pesos, avalados por las dos legislaturas que acompañaron a Graco Ramírez durante su sexenio y que teóricamente servirían para impulsar el desarrollo estatal a través de obras clave que detonarían el crecimiento económico en todas las regiones y mejoraría la seguridad de sus habitantes.

Pero en lugar de ello lo que Ramírez Garrido hizo fue sacar provecho del dinero de la seguridad y de la obra, porque aunque se construyó un centro de comando policiaco de última generación con una inversión que superó los mil millones de pesos y se adquirieron cientos de cámaras de seguridad, no hubo resultados tangibles en la pacificación de la entidad y por el contrario, se agravó la situación con la llegada de más grupos delictivos.

En el tema de la obra pública la historia no fue mejor: se destinaron miles de millones de pesos en proyectos que no se reflejaron en el crecimiento económico de las regiones, ni proyectaron al estado a una mejor situación. La remodelación-reconstrucción del estadio Agustín Coruco Díaz de Zacatepec fue una ocurrencia que permitió a la familia de Graco Ramírez acceder a cientos de millones de pesos a través de un proyecto que si bien mejoró el campo deportivo de una comunidad históricamente futbolera, lo hizo sin considerar el hecho que desde hace años Morelos no tiene un equipo en primera división. El resultado es que hoy tenemos un estadio de fútbol profesional, sin estacionamiento y vacío, porque no hay quien juegue en él, ni hubo de parte del gobierno la intención de atraer alguna franquicia de primera división para darle uso al inmueble. Lo único que les interesó fue hacer negocio con la construcción.

Y como el Coruco está el cambio del piso en la plancha del zócalo, el miniparque en Patios de la Estación o las remodelaciones de las calles del centro histórico de Cuernavaca, por mencionar algunas; se trata de obras realizadas a sobre precio, de muy mala calidad y que desde el principio mostraron fallas estructurales que nunca fueron reclamadas a las empresas constructoras.

El de Graco Ramírez fue un sexenio donde los negocios se convirtieron en el eje de actuación de todas las áreas: en lo macro las transacciones las decidían y autorizaban sus familiares: su esposa y sus hijos; pero como esa era la regla del gobierno, en todas las dependencias los secretarios se sirvieron con la cuchara grande e hicieron del cargo un espacio para hacer negocios y ganar dinero.

El pináculo de la corrupción sexenal apareció de la mano de la tragedia que dejó el sismo del 2017; el 19 de septiembre de ese año Morelos fue epicentro de uno de los terremotos más devastadores que se han vivido en México, lo que provocó la destrucción casi total del poblado de Jojutla y afectaciones en gran parte de la entidad, incluyendo la capital.

La tragedia pudo ser el punto que proyectara las aspiraciones políticas de Graco Ramírez, si hubiera actuado de manera responsable; la crisis era una plataforma social natural para que el gobernador se convirtiera en un líder frente a la desdicha, pero la ambición de la familia gobernante se impuso y como depredadores lo primero que hicieron fue robarse el apoyo humanitario para los damnificados y posteriormente hicieron de la reconstrucción un negocio multimillonario que a la fecha sigue sin ser castigado.

Son muchas las historias de corrupción, represión y abusos cometidas en el periodo graquista, la mayoría de ellas a la vista de todos. De principio a fin Graco Ramírez gozó de la protección del gobierno federal y la complicidad del entonces secretario de gobernación, quien a través de su familia se convirtió en proveedor para la comisión estatal de seguridad.

Con toda esa carga negativa a cuestas el discurso de Cuauhtémoc Blanco se centró en un único punto: encarcelar a los corruptos. En enfado social hacia el tabasqueño se notaba desde la mitad de su sexenio, pero se volvió incontenible luego del terremoto, cuando Graco Ramírez y su esposa Elena Cepeda lucraron con el dolor de la gente.

Un sexenio después la impunidad prevalece y pareciera que la historia se repite, porque la administración siguiente no solo incumplió su promesa de castigar a los ladrones, en muchos casos replicó las prácticas corruptas de esa administración y al final del sexenio también intentaron construir una red de protección similar a la graquista, ahora en el TJA con Mónica Boggio.

Margarita González Saravia se va a encontrar con muchas historias de corrupción de dos sexenios en donde las ocurrencias, las simulaciones y las complicidades fueron el sello distintivo. El futbolista prometió justicia y no cumplió, por el contrario, permitió que bajo su sombra aparecieran nuevos actos de saqueo en donde sus amigos y familiares fueron figuras principales.

A la primera gobernadora que tendrá Morelos en su historia le corresponderá atender las necesidades históricas de una sociedad severamente lastimada por los malos gobiernos, pero también ansiosa de que se haga justicia y se castigue a quienes han lastimado al estado, a sus instituciones y a la gente.

El reto de Margarita González Saravia no es solo hacer un gobierno mejor que los anteriores, empieza por la demanda de justicia y castigo a los ladrones.

Para hacerlo, se requiere voluntad.

·         posdata

El próximo bloque de funcionarios estatales que presentará la gobernadora electa serán la parte medular de una administración que ha prometido recuperar la política, el diálogo y los acuerdos como esencia del actuar gubernamental.

Desde que fue nombrada candidata, Margarita González Saravia dijo que el suyo sería un gobierno diferente porque no llegaría a pelear, porque dialogaría con todos, pondría un alto a los enfrentamientos estériles, erradicaría las prácticas de corrupción entre poderes y reconstruiría los puentes de comunicación con todos los sectores de la sociedad.

Primero el pueblo y primero los pobres, ha dicho insistentemente la dama en un discurso que ha ganado simpatía porque está respaldado con la historia de vida de una mujer que nunca ha estado vinculada a hechos de corrupción, que no carga con historias personales o profesionales que la avergüencen y ha demostrado con hechos que no roba cuando está en un cargo público.

La definición del secretario de gobierno, el jefe de la gubernatura, el consejero jurídico y el secretario de seguridad son esenciales en cualquier administración y serán sustantivas en la que iniciará el próximo primero de octubre, porque será en estas personas en donde la jefa del ejecutivo se recargará de manera permanente y en quienes estará la nada sencilla tarea de mantener la gobernabilidad.

Los nombramientos anteriores no han estado exentos de polémica, han generado aplausos en el caso de algunos (as), pero también abucheos en el caso de otros (as). El próximo bloque de funcionarios podría ser el primero donde la aprobación sea generalizada, porque las figuras nombradas provocan simpatía colectiva.

La duda en esa historia, porque se trata de la única área donde no se identifica a quien será el titular, es seguridad.

·         nota

La estabilidad en el congreso local se mantiene con alfileres, dado que la 4T no ha logrado los votos suficientes para revertir las modificaciones hechas por la legislatura pasada.

Y como no tienen los sufragios necesarios, lo representantes de Morena reconocen que no buscarán dar marcha atrás a los cambios y respetarán lo que establece la ley orgánica actual.

La gobernabilidad parlamentaria recae en dos figuras: Rafael Reyes en su calidad de coordinador parlamentario de Morena y Jazmín Solano, desde la presidencia de la mesa directiva.

Ninguno de los dos es experto en cuestiones legislativas y se nota, ambos son buenos políticos, tienen carrera en la administración municipal, pero están lejos aún de entender la manera como se mueve un congreso, sobre todo luego de los abusos cometidos por los diputados anteriores.

La confianza de la gobernadora para que las cosas salgan bien en la cámara está puesta en estas dos figuras, pero puede cambiar en cualquier momento si no se logran buenos resultados.

La nueva regla en este periodo es que ya no habrá enfrentamiento con el ejecutivo, pero tampoco moches para que los diputados aprueben lo que el gobernador propone.

La lucha más fuerte que se librará al interior del poder legislativo es contra la corrupción.

·         post it

Lo dicho: el cambio de gobernador, aunque sea por un mes, es benéfico para el estado: Samuel Sotelo hizo de lado los rencores de Cuauhtémoc Blanco y está dando paso a un proceso de transición tersa, como debe ser.

En treinta días Samuel Sotelo puede ser mejor gobernador que Cuauhtémoc Blanco en seis meses.

·         redes sociales

Luego de una activísima campaña, Lucía Meza desapareció del escenario político.

¿La volveremos a ver?

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