Serpientes y escaleras - Políticos y delincuentes
En opinión de Eolo Pacheco
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Primero un gobernador y ahora dos alcaldes. Se está haciendo costumbre
Políticos y delincuentes
Hace unos días se divulgó un video en donde aparece un líder criminal acompañado de dos alcaldes y algunos funcionarios municipales; la imagen muestra a Júpiter Araujo Bernard “El Barbas”, líder del Cártel de Sinaloa, a Jesús Corona Damián y Agustín Toledado Amaro, ediles de Cuautla y Totolapan, ambos electos en junio pasado bajo las siglas de la coalición opositora. Los cuestionamientos sobre la información son obvios ¿Quién filtró el video? ¿Con qué fin? ¿Pasará algo?
Para entender de lo que hablamos hay que poner las cosas en contexto: la difusión de la grabación logró un impacto mediático enorme, saltó de las redes sociales a los noticieros nacionales y de ahí a las primeras planas de periódicos. Lo que llama la atención no es quién captó las imágenes en el lugar, sino quien es capaz de potenciar una información de esa manera y cuál es el objetivo de ello.
La filtración del video no es casual, ni se trata de un asunto menor: fue grabado por uno de los participantes de la reunión, destaca el momento en que se hace público, las plataformas desde donde se difunde y la postura que las autoridades locales asumen sobre el tema, dejando la responsabilidad de actuar al federal.
Como cabeza de la Fiscalía de Morelos Uriel Carmona Gándara era proclive a este tipo de filtraciones, contaba con el equipo, la estructura y los recursos para colocar la información que quería en espacios nacionales, resaltaba lo que le interesaba y hacía contrapeso a los ataques que recibía. Paro Uriel ya no está.
En Morelos solo hay (¿había?) dos instancias capaces de realizar este tipo de operaciones: el gobierno estatal y la fiscalía; el duelo mediático entre ambos entes en el sexenio pasado fue constante y se notaba en los debates entre los titulares, atacándose mutuamente.
Hoy la historia es distinta: el gobierno del estado y la FGE están en sincronía, el fiscal es un hombre cercanísimo a la gobernadora y ninguno le jugaría las contras al otro; luego entonces la filtración no es fuego amigo, pero se trata de un tema sumamente delicado con un alto impacto mediático y político. Manejar este tipo de contenidos de la manera como se difundió no lo hace cualquiera. ¿Quién fue? ¿Para qué se hizo?
Aunque no se precisa la fecha de la reunión, autoridades y federales confirman que el hombre que porta un arma larga es líder de una célula criminal, luego entonces la participación de varias personas en ese encuentro puede enmarcarse en la ley de delincuencia organizada.
Sobre esto el alcalde de Cuautla emitió un comunicado donde dice estar dispuesto a ser llamado a declarar y pide a la gente no dejarse llevar por “información sin sustento”, pero no niega ser la persona que aparece en el video al lado del líder de una célula criminal, ni detalla porqué estaba ahí. El edil de Totolapan no ha dado la cara.
Las imágenes de los alcaldes Jesús Corona Damián y Agustín Toledano Amaro recuerdan la fotografía en donde aparece Cuauhtémoc Blanco Bravo en su calidad de gobernador de Morelos al lado de Irving Eduardo Solano Vera “El Profe”, líder de Guerreros Unidos, Homero Figueroa Meza “La Tripa”, líder del Comando Tlahuica y Raymundo Isidro Castro, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Los cuatro posan para que les tomen una fotografía en una reunión llevada a cabo en la iglesia de Yautepec; la imagen fue encontrada en el teléfono celular de Rosario “N” o Esther Yadira “N”, alias La Jefa, considerada líder del grupo delictivo Guerreros Unidos, capturada por la Marina en noviembre del 2021. A la jefa, por cierto, se le relaciona con diversos actores de la vida pública morelense, líderes de partidos y legisladores locales y federales, algunos de ellos en funciones.
En aquel y en este caso hablamos de reuniones entre autoridades y delincuentes buscados por la justicia, encuentros realizados en privado, pero grabados o fotografiados con la complacencia de los participantes. La difusión pública de las dos reuniones generó polémica, fue potenciada en medios de comunicación y redes sociales y seguramente terminará igual: en un simple escándalo.
No fue poca cosa que el entonces gobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco Bravo apareciera abrazando a líderes criminales considerados objetivos prioritarios del gobierno federal y de su propia administración, eran figuras relacionadas con múltiples hechos delictivos: tráfico de drogas, extorsiones, secuestros, asesinatos y descritos por el entonces comisionado estatal de seguridad como “generadores de violencia”. Y aún así nada pasó.
Ahora se trata de dos presidentes municipales en funciones, uno de ellos titular de uno de los ayuntamientos más importantes de la entidad donde, por cierto, tiene una enorme influencia política la exsenadora y excandidata a la gubernatura por la alianza opositora Lucía Meza Guzmán. En este caso el actor principal es Júpiter Araujo Bernard “El Barbas” , identificado por el gobierno de la república y por el de Morelos como un líder criminal peligroso, buscado y generador de violencia.
La historia de Cuauhtémoc Blanco con tres líderes criminales se difundió en enero del 2022, causó un enorme escándalo nacional, pero el proceso de investigación fue inmediatamente atajado por el presidente Andrés Manuel López Obrador con el argumento de que se trataba de ataques políticos. Bajo ese lineamiento ninguna autoridad investigó y oficialmente se aceptó el argumento del futbolista de que él “se tomaba fotos con muchas personas” porque era un ídolo del fútbol.
¿Qué dirán hoy los alcaldes que aparecen en el video? Pero sobre todo ¿qué hará el gobierno federal y el estatal al respecto? Corona y Toledano son alcaldes de oposición, no cuentan con cobijo político federal, ni tampoco tienen de su lado a un fiscal controlado por la oposición. Lo que digan, cuando hablen del tema, será determinante en lo que suceda después y quizá se incorpore a la carpeta de investigación que sobre esto inicie la FGE. Sí es que la inicia.
Morelos es desde hace muchos años una tierra donde impera la impunidad, donde los actores políticos se relacionan abiertamente con la delincuencia organizada y los partidos son en el camino formal para que grupos delictivos accedan al poder a través de una elección. Esto ocurre a la vista de todos, es secreto a voces, del conocimiento de las autoridades y a pesar de ello nada pasa.
La reacción del fiscal Edgar Maldonado a la difusión del video fue desafortunada porque en lugar de resaltar el hecho, optó por deslindarse del tema, aventar el problema a la federación y hacerse a un lado de uno de los primeros conflictos que enfrenta la dependencia a su cargo. ¿Será esa la línea a seguir por la nueva fiscalía? ¿Huir de los problemas para evitarse complicaciones? Si eso sucediera pasaríamos de la impunidad por complicidad a la impunidad por omisión
Morelos tiene una buena gobernadora, una dama que ha prometido cambios profundos sobre todo en actitudes que daban pie a corrupción e impunidad; la filtración de la reunión de los alcaldes de Cuautla y Totolapan con el líder de una célula criminal representa un nuevo escándalo para el estado y pone a prueba la firmeza de las autoridades en tareas de pacificación.
Aunque el fiscal rehúya el tema y pase el asunto a la federación, para la opinión pública quien representa la primera línea de defensa de los ciudadanos contra los criminales es la autoridad estatal.
Parafraseando al subcomandante Marcos: aquí todo pasa y nunca pasa nada.
· posdata
El fiscal Edgar Maldonado, el secretario de Seguridad Miguel Ángel Urrutia y el secretario de gobierno Juan Salgado Brito fueron cuestionados sobre el video donde aparecen los alcaldes Jesús Corona Damián y Agustín Toledano Amaro; de los tres el único que fue contundente al referir que ninguna autoridad vinculada con la delincuencia puede ser protegida fue el coordinador de la política interna.
Tratemos de entender: el fiscal es un tipo prudente, articulado, pero también cuadrado y tieso al hablar que evita la contundencia para no generar controversia; es su personalidad. El secretario de seguridad es distinto, entiende perfectamente el tema, es un hombre formado en el terreno de la seguridad, bien informado de los hechos, pero que se mueve bajo la lógica de no hablar de más y dejar que sus actos hablen por él; no le interesa comunicar y ahí está su error.
Juan Salgado es un político con una larga carrera en el servicio público en los tres niveles de gobierno, un orador de primera con memoria privilegiada que sabe relacionarse con la gente y entiende mejor que nadie en el gabinete la importancia de comunicar a tiempo las cosas a través de la prensa. El secretario de gobierno no es experto en temas de seguridad, pero sabe lo que la gente quiere escuchar y lo que necesita la gobernadora de él.
La política no es una ciencia exacta o como dijera Dante Delgado: “no es, va siendo”. En el ejercicio de poder moderno es importante actuar y comunicar, sobre todo en historias tan polémicas como las que estamos viendo, porque cualquier traspié abre paso a la especulación y a que se construyan historias en base a rumores.
Ni el fiscal, ni el secretario de seguridad, ni el de gobierno, ni mucho menos la gobernadora tiene necesidad de proteger a nadie vinculado a la delincuencia, en los cuatro casos hablamos de figuras que no tienen pasado oscuro ni muertos en el clóset, por ello pueden actuar con toda libertad y ceñirse a los principios que les marca el proyecto político del cual forman parte.
Después de años de impunidad, de complicidades e impunidad, el gobierno de Margarita González Saravia debe ser contundente en momentos donde se necesita firmeza; no se trata de juzgar a priori, pero sí de ser claro que, como lo dijo Juan Salgado, “personas vinculadas con el crimen no pueden ser protegidas”.
Así de claro.
· nota
La buena: La evaluación de los integrantes del gabinete estatal será cada cinco meses, informa la gobernadora Margarita González Saravia.
La mala: “el balance del gabinete hasta ahora es muy bueno” presume Margarita González Saravia. Muchos no compartimos esa opinión.
La peor: La generosidad de la gobernadora ha sido confundida por algunos funcionarios con falta de carácter, de ahí que varias dependencias están repitiendo las mismas prácticas del pasado, poniendo en duda la probidad del gobierno y traicionando el proyecto. Cinco meses pueden ser muy buenos o muy malos, depende del trabajo que se haga… o de lo que no se haga.
· post it
Se confirma la salida de Andrés Bahena como director del DIF Morelos; el motivo: falta de experiencia.
La falta de experiencia del ahora exfuncionario era notoria desde el principio, razón por la cual nunca debió ser designado como titular de un espacio tan importante como el DIF. Y aún así lo nombraron.
Eso hace pensar que la falta de experiencia no es la única razón que motivó la salida de Andrés Bahena; cuentan en los pasillos de poder que este personaje tutelaba a Josué Fernández, el destituido coordinador estatal de transporte; ambos formaban parte de un grupo dentro del gabinete.
La gobernadora es una buena persona y a pesar de que algunos de sus colaboradores han traicionado su confianza, ha sido prudente al no exhibirlos, ni referir las faltas que cometieron, pero evidentemente hay razones de peso para que corran.
Con el director del DIF Morelos ya son cuatro funcionarios de primer nivel despedidos en este arranque de sexenio.
Las traiciones siguen.
· redes sociales
“Jorge Toledo es un buen hombre, pero se lo están comiendo” me cuenta una persona cercana a él, que lo conoce y que ve de cerca lo que ocurre en su nueva oficina.
“El problema es Laura Mendizabal, es ella quien controla la oficina y desde que llegó tomó el control de los negocios; no vino a limpiar, vino a apropiarse de las ganancias”, me dice la misma persona.
Cuando el río suena…
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