Serpientes y escaleras- Margarita
En opinión de Eolo Pacheco
La contienda del 2024 es histórica; Morena es el partido a vencer.
Margarita
Margarita González Saravia y Lucía Meza Guzmán compiten por la gubernatura en un proceso histórico que definirá a la primera mujer que estará al frente del poder ejecutivo de Morelos; cada equipo tiene estrategia, virtudes y fortalezas, pero también debilidades e ineficacias. La que iniciará en unas semanas será una campaña muy dura que marcará la vida de las contendientes y definirá el rumbo de la entidad en los próximos años. Una de ellas goza de ventaja estadística, pero ninguna tiene el triunfo asegurado.
Aunque siguen caminos distintos para buscar el triunfo en las urnas, el trabajo de ninguno de los dos equipos políticos puede considerarse equivocado, cada uno hace lo que considera mejor a partir del punto donde están en el proceso y el tiempo dirá quien hizo mejor las cosas. Veamos lo que hace cada una de las partes.
En Morena saben que su fuerza está en la simpatía de la gente hacia el presidente y en torno a ello han definido un camino; la tierra de Zapata es obradorista y el voto a favor del líder moral de la Cuarta Transformación ha sido constante a lo largo de los años: cada vez que AMLO ha estado en la boleta electoral gana la elección estatal, aunque el resultado sea diferente en lo federal. En este momento la aprobación de Andrés Manuel López Obrador entre los Morelenses es superior al 70 por ciento, situación que genera exceso de confianza a la 4T y a su candidata.
Los estrategas de ese lado colocan a la candidata en segundo lugar, apuestan por la imagen del presidente y la estructura morenista. Margarita González Saravia es una mujer de izquierda que toda su vida ha luchado en esa trinchera, es fundadora del partido, seguidora de Andrés Manuel López Obrador, congruente en sus acciones y totalmente leal a Morena. No es la candidata más conocida, pero esa situación ha comenzado a cambiar conforme avanza el proceso electoral.
Bajo la premisa de que, según sus encuestas, tienen veinte puntos de ventaja sobre la oposición, el coordinador de la campaña ha determinado que no contestarán ninguna de las acusaciones, ni entrarán a debate con el FAM; el corazón de esa campaña se ubica en la estructura, en la promoción en tierra de la candidata, la difusión personal del mensaje presidencial y los logros del gobierno federal.
A este equipo le pesa la imagen del régimen local y por ello evitan abordar el tema; es claro que entre la candidata y el jefe del ejecutivo no hay buena relación a pesar de que ella participó de su gobierno, pero este distanciamiento lo saben muy pocos, igual que el hecho que al inicio de la actual administración González Saravia ocupó la titularidad de la secretaría de turismo estatal. El escaso conocimiento que tiene la mayoría de los morelenses de Margarita González es algo que ayuda a que el intento de ligarla con Cuauhtémoc Blanco no resulte tan sencillo como lo pretende la oposición.
El hecho que Morena deje el terreno libre al FAM en la narrativa de campaña es algo que, según los operadores de la 4T, está perfectamente medido y no representa ningún riesgo; esa óptica la definieron los cerebros electorales enviados de México, los que ocasionalmente vienen al estado y atienden varias campañas de Morena al mismo tiempo. Esa opinión, por cierto, se nutre con la postura del coordinador de campaña, para quien el triunfo está fundado en el voto que controlan a través de las estructuras.
Vamos a ganar, pero no nos confiamos, repiten insistentemente los margaritos a pesar de su evidente exceso de confianza. Ausentarse del debate público, despreciar el manejo informativo y colgarse de la imagen de Andrés Manuel López Obrador son tres elementos distintivos de su plan. Morena tiene en Margarita González Saravia una muy buena propuesta de gobierno: se trata de una mujer decente, honorable y sensible que conoce perfectamente el estado y se identifica con la gente; en paralelo tiene también un coordinador de campaña de trato difícil que choca con muchas personas, que ha dividido a la gente de confianza de la candidata e impone su voluntad a pesar de las advertencias morenistas de que ello está provocando (más) división.
Los problemas internos de la 4T no son exclusivos de Morelos, están presentes en todo el país y han sido constantes bajo la conducción de Mario Delgado. Más que una ayuda, la dirigencia nacional representa un punto más de fricción en los estados porque no dialogan, imponen y luego trasladan los problemas a las entidades, donde los conflictos se vuelven caos.
En Morelos como en el resto del país se ha actuado de forma autoritaria, se procesó mal la candidatura gubernamental y se repite la historia en el resto de los espacios; ahora las bases están confundidas, nerviosas y sospechando que una vez habrá imposición de candidatos. Regresemos un poco en el tiempo: el proceso para elegir al coordinador estatal fue un desastre porque el comité nacional les dio alas a todos los aspirantes y luego de manera unilateral dejó fuera a quienes quiso; de ello derivó una encuesta en la que no permitieron participar a las figuras mejor posicionadas, ni tampoco se tomaron la molestia de dialogar con los heridos.
Si la idea era imponer candidato a gobernador, pudieron acomodar en otros espacios a sus figuras mejor posicionadas y ello habría evitado que hoy tengan enfrente a uno de sus activos peleándoles mano a mano la gubernatura. Más claro: si a la senadora Lucía Meza le hubieran permitido la reelección, la oposición en Morelos no tendría hoy ninguna oportunidad de competir por la gubernatura y todos los demás espacios de elección podrían resolverse de mejor manera, sin el riesgo de que se sumen a la oposición.
Pero el hubiera no existe y lo que hoy tenemos es una contienda que no está definida y que podría cerrarse si los dos equipos de campaña siguen por la misma línea, es decir, uno atacando y el otro cuidando el marcador. Margarita González Saravia es en este momento la candidata puntera, lidera todas las encuestas y cuenta con la estructura electoral más sólida, pero también es la figura más atacada, a quien le pretenden cargar todos los negativos de la administración estatal saliente y a quien van a culpar de las fallas de la estrategia federal se seguridad.
Si la elección dependiera exclusivamente de las estructuras de los partidos, el triunfo de Morena sería seguro, porque se trata de la marca mejor posicionada, la que controla los gobiernos federal, estatal y la mayoría de los municipales, la que cuenta con las organizaciones más numerosas y el soporte de los programas federales que benefician a miles de personas.
Pero también es el partido donde habrá más convulsión interna y riesgo de división porque existen múltiples aspirantes, convergen muchos intereses y se nota una casi absoluta ausencia de operación política de parte de las dirigencias nacional y estatal; el peso del problema se lo están dejando a la candidata y esta a su vez delega el tema con su coordinador, experimentado sin duda en temas electorales, pero sin el tacto y sensibilidad política que amerita una situación como la actual.
De cara al inicio del proceso electoral el panorama no es sencillo para Margarita González Saravia, primero porque deberá enfrentar a una candidata muy dura, con muchos argumentos muy difíciles de rebatir y luego está el riesgo de una ruptura interna mayor derivada de la definición de las candidaturas locales y del enfado de muchos actores que se quedarán sin posibilidad de competir y que aún sin hacerlo oficialmente, podrían apoyar a frente opositor.
La candidata de Morena tiene que aguantar que liguen su imagen a la de Cuauhtémoc Blanco, que le carguen el fracaso de la estrategia de seguridad y todo esto ocurre sin que ni ella ni su equipo respondan; el gobernador no es un hombre de personalidad sencilla, pero Margarita González Saravia tampoco se deja ayudar.
Morena es el partido a vencer en la elección, pero aún está lejos de poder cantar victoria.
· posdata
Con el diputado Agustín Alonso la senadora Lucía Meza se topó con la horma de su zapato. Durante varias semanas la candidata del FAM acaparó el discurso de la inseguridad, habló de los malos resultados de la estrategia y culpó al gobernador. Ya entrada en gastos denunció desvío de recursos del área de seguridad y se aventó la puntada de decir que Cuauhtémoc Blanco se había robado 3 mil millones de pesos.
Como nadie le respondía, poco a poco la senadora fue construyendo una historia de campaña en torno a este tema, con los ingredientes que sirven a su proyecto político y sin la necesidad de tener que probar ninguna de sus acusaciones o detallar cualquiera de sus propuestas de seguridad, porque nadie se lo solicitaba. Hasta que apareció Agustín Alonso.
El diputado no se anduvo con rodeos y luego de señalar que él lleva abordando el tema desde hace muchos años, calificó de oportunista a la candidata porque desde la oposición utiliza el dolor de la gente para su campaña, pero nunca lo abordó cuando era parte de Morena.
“Me da mucha tristeza que en tiempos electorales saquen la cabeza muchos que a los que ahora sí les preocupa el tema y antes nunca alzaron la voz; hoy su agenda diaria (la de Lucía Meza) es la seguridad de los morelenses, pero se trata de una bandera política. Es oportunismo político”.
Reitero: el diputado Agustín Alonso no es militante de Morena, ni es amigo del gobernador, por el contrario, ha sido un severo crítico de su administración y en particular de la estrategia de seguridad. Pero a la vez es el único personaje de la 4T que responde a la oposición; al hacerlo defiende a la candidata de Morena e indirectamente hasta al gobernador.
Paradojas de campaña: resulta que el más duro opositor del régimen estatal es ahora la voz más firme contra el FAM.
· nota
Se definieron las dos senadurías de Morena: Víctor Mercado y Juanita Guerra. Siguen los abanderados a las presidencias municipales de Cuernavaca, Jiutepec y Cuautla.
· post it
Si Morena postula a Javier Bolaños como su candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca, la reelección de José Luis Urióstegui en la capital se complica; si se decanta por alguno de los otros aspirantes, la ventaja estadística de la 4T en la ciudad de la eterna primavera no será suficiente para evitar que el PAN repita.
· redes sociales
Si alguien tiene duda de que Cuauhtémoc Blanco y Margarita González no caminan de la mano en esta elección que observe la última declaración del gobernador respecto a las candidaturas locales:
“¿Morena podría perder espacios? Por lo que estamos viendo podría perder muchos espacios en los ayuntamientos cuando se den a conocer las candidaturas para contender por las presidencias municipales. Sí se podría perder”
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