Serpientes y escaleras - Los gobernadores y los presidentes
En opinión de Eolo Pacheco
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Tener un gobernador amigo del presidente no siempre es bueno para el estado
Los gobernadores y los presidentes
La relación entre los ejecutivos locales y el gobierno federal es clave para el desarrollo de los estados; la cercanía que los gobernadores tengan con el presidente o la presidenta se refleja muchas veces en la manera como la federación trata a las entidades a través de las distintas dependencias y en el presupuesto. Margarita González tiene el aprecio y el reconocimiento de Claudia Sheinbaum, pero no es la primera gobernante morelense cercana a Palacio Nacional. ¿Nos irá mejor este sexenio?
La relación de los últimos gobernadores de Morelos con el presidente de México ha sido distinta en cada caso: Jorge Carrillo Olea era un hombre cercano al presidente Carlos Salinas de Gortari, tanto que lo hizo candidato a gobernador de Morelos sin tener arraigo ni relación con los morelenses. El general nació en Jojutla, pero desde muy chico se fue del estado, hizo carrera militar, trabajó en el gobierno federal y regresó a su tierra solo para gobernar. Eran tiempos en los que las elecciones eran de trámite, porque siempre ganaba el PRI.
El problema fue que Jorge Carrillo Olea no compartió el sexenio con Carlos Salinas de Gortari, sino con Ernesto Zedillo Ponce de León, con quien no tenía buena relación porque pertenecían a grupos políticos distintos y cuentan, habían tenido diferencias como compañeros de gabinete. Cuando al general se le complicaron las cosas en Morelos la federación no hizo nada para ayudarlo y a la vuelta del tiempo generó las condiciones para que dejara el cargo. “Su salida se decidió en Los Pinos” decían en los pasillos de poder.
Los gobernadores Morales Barud y García Rubí, sustituto e interino, flotaron durante el tiempo que estuvieron al frente del ejecutivo, su tarea fue evitar que el gobierno colapsara y que la sociedad volviera a salir a las calles, su relación federal pasó a segundo plano porque nunca hubo apoyo para el estado más allá de lo institucional y los presidentes nunca los voltearon a ver.
El cambio de siglo marco la transición política en el país y en el estado; a Morelos llegó un gobernador joven, carismático, que logró empatía con el presidente Vicente Fox y aprecio de Martha Sahagún. Sergio Estrada Cajigal fue cobijado por el gobierno federal y tuvo el cariño de la primera dama, pero esta relación sólo sirvió para que los constantes escándalos en los que se metía el piloto del “Helicóptero del Amor” no escalaran y sus nexos con personajes de la delincuencia no se convirtieran en una actuación judicial. Cuando su jefe de la policía ministerial fue detenido por tener vínculos con grupos criminales, el apoyo de la federación fue sustantiva para que el panista no acabara destituido o en la cárcel.
Del sexenio de los escándalos llegamos a una administración más sobria, cuidadosa de las formas, pero agobiada por la intervención de la familia del gobernador. Marco Adame Castillo ganó al mismo tiempo que Felipe Calderón, ambos eran panistas, pero de corrientes políticas distintas.
El gobernador morelense no era cercano al presidente, pero tuvo la habilidad de construir puentes de comunicación con el gabinete federal y con el propio jefe del ejecutivo; la relación entre ambos mejoró con el tiempo sin llegar a ser cercana en lo personal, pero fue lo suficientemente sólida para que la presidencia protegiera al morelense cuando la PGR actuó contra su entonces secretario de seguridad pública por brindar protección al cártel de los Beltrán Leyva.
Los conflictos que se vivieron en esa administración hicieron que el PAN perdiera la elección del 2012; el triunfo de la izquierda se caracterizó por el discurso incendiario del nuevo gobernador, quien desde el primer minuto dijo que recibía un “narcogobierno” con autoridades vinculadas a la delincuencia e instituciones penetradas por el narcotráfico.
Graco Ramírez llegó arropado por el PRD y asumió el cargo el mismo día que Enrique Peña Nieto. La habilidad del tabasqueño quedó de manifiesto el día de la elección, cuando a pesar de haber recibido el apoyo incondicional del candidato presidencial de la izquierda, se apresuró a reconocer la victoria del abanderado del PRI. El día de la elección, aún sin resultados oficiales y mientras Andrés Manuel López Obrador hablaba de fraude, Graco Ramírez felicitó a Enrique Peña Nieto, antes incluso que los propios priístas.
Como gobernador electo impulsó el Pacto por México, un acuerdo político, económico y social que de fondo buscaba la validación del nuevo régimen. Desde ahí Graco Ramírez negoció en lo personal, obtuvo dividendos millonarios y una patente de corso que le permitió administrar el estado como una ínsula, con el respaldo absoluto de la federación.
El desastroso gobierno perredista, caracterizado por la corrupción, los excesos, la voracidad de su familia, los pleitos constantes y el intento de prolongar el poder a través de Rodrigo Gayosso abrió la puerta al triunfo de un candidato sin cualidades profesionales ni arraigo social, pero con el apoyo del candidato presidencial de Morena.
La 4T arrasó en la elección del 2018 y abrió la puerta a Cuauhtémoc Blanco, quien llegó bajo las siglas del PES, pero con el cobijo personal de Andrés Manuel López Obrador. Hay diversas versiones sobre el origen de la cercanía entre el presidente y el gobernador, pero una sola realidad: AMLO hizo del americanista su segundo gobernante favorito, solo debajo de Claudia Sheinbaum.
A diferencia de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, quien enfrentó momentos críticos en su administración producto de circunstancias propias del ejercicio de poder, en Morelos la narrativa estuvo guiada por los escándalos del gobernador, las torpezas del gabinete, los señalamientos de corrupción, las ausencias constantes del futbolista y las relaciones entre Cuauhtémoc Blanco y líderes de la delincuencia organizada.
La cercanía del mandatario morelense con el presidente fue un blindaje que lo libró de acciones judiciales, lo sacó avante de sus escándalos personales y permanentemente lo protegió de críticas, cuestionamientos y ataques que muchas veces surgieron desde el propio partido. López Obrador apoyó incondicionalmente a Cuauhtémoc Blanco, pero ese respaldo no se tradujo en beneficios para el estado, se redujo a una protección personal para evitar que el futbolista pisara la cárcel.
Hoy México y Morelos son gobernador por mujeres que están construyendo una relación personal a partir de la campaña, basada en la coincidencia de pensamiento, metas y actitudes. Margarita González Saravia no era amiga de Claudia Sheinbaum, pero se ha ganado su aprecio a base de trabajo, congruencia y rectitud.
La personalidad de la gobernadora hace pensar que este no será un sexenio de escándalos, excesos y abusos, como ha sucedido en las últimas administraciones, tampoco un periodo donde se privilegien los negocios personales, se actúe por ocurrencias y sobresalga la complicidad. La destitución de cuatro funcionarios es una muestra de ello.
Quizá estemos por primera vez en un momento donde la relación del ejecutivo estatal con el gobierno de la república se traduzca en beneficios para los ciudadanos, en acciones concretas que mejoren la seguridad, ayuden a recuperar el nivel de vida de los morelenses, detone la obra pública, la inversión privada y el trabajo.
Morelos está rezagado del desarrollo del país, vive una situación crítica en muchos sentidos que se pueden observar en el hecho que muchos jóvenes emigran porque no hay oportunidades laborales en el estado.
En campaña Claudia Sheinbaum vino a Morelos en ocho ocasiones, algo que nunca había hecho un candidato presidencial y su primera gira oficial después de protestar el cargo fue a Morelos. Las expresiones de la presidenta hacia “la gobernadora Margarita” siempre son favorables, afectivas y respetuosas, afecto manifiesto también en la visita y ayuda que distintos miembros del gabinete ofrecen a la entidad.
A diferencia de sus antecesores, Margarita González Saravia no necesita un ejecutivo federal que la proteja de tropelías, le cuide la espalda o justifique sus torpezas; es una dama honesta, congruente y trabajadora que necesita ayuda federal para consolidar al estado. Ella puede traducir la amistad con la presidenta en acciones que beneficien a Morelos.
Recordemos el dicho: “Amigo que no da y cuchillo que no corta, si se pierde no importa”
· posdata
La crisis en la coordinación estatal del transporte está llegando al límite; el cambio en la dependencia logró expulsar a un corrupto, pero dejó entrar a una corrupta e hizo colapsar la operación de la dependencia.
El caos en las oficinas es latente desde hace varias semanas y los reclamos de los usuarios que exigen atención son cada vez más airados. Jorge Toledo puede tener buenas intenciones, pero no domina el tema; Laura Mendizabal tampoco sabe nada de transporte, pero sabe hacer negocios con el dinero público y es lo único que está haciendo en medio de la crisis.
Esto dijo ayer el secretario de gobierno Juan Salgado Brito sobre el tema:
“El nuevo coordinador debe continuar haciendo una sacudida de todas sus estructuras administrativas y seguir saneando la dependencia, porque fueron muchos años de corrupción y desorden administrativo que propicio y permitió una serie de trámites ilegales e irregulares; a eso se está enfrentando, yo creo que no la tiene fácil, es un gran reto, pero tengo fe y confianza en que se va a lograr…. Estamos viendo la posibilidad de que se incremente el personal para atender a la gente, yo creo que frente a la situación que se vive habrá que extremar esfuerzos y hacer acopio de recursos para atender a la población, trabajar hasta sábados, domingos y días festivos”
· nota
La presidenta de la mesa directiva de la cámara de diputados y el coordinador parlamentario de Morena no quitan el dedo del renglón: se debe investigar a los ediles cercanos al crimen.
Hace unos días se difundió un video donde aparecen los presidentes municipales de Cuautla Jesús Corona y Atlatlahucan Agustín Toledano reunidos con Júpiter Araujo Bernal, “El Barbas”, líder de una célula criminal del Cártel de Sinaloa.
El único alcalde que ha hablado sobre el tema es el de Cuautla, quien dijo estar firme en su cargo y no tener miedo de una investigación, pero en ningún momento negó haber participado en esa reunión o ser quien aparece en el video.
“Es importante que la investigación llegue a fondo, que se actúe conforme a la ley sin intereses o circunstancias externas” afirmó Rafael Reyes.
Un día después de esta declaración, en la conferencia de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum, el secretario federal de seguridad confirmó que la FGR ya abrió una carpeta de investigación sobre los hechos e investiga al presidente municipal de Cuautla, Jesús Corona Damián.
Todo apunta a que este caso, a diferencia de otros, no quedará en un simple escándalo; al menos dos figuras importantes de la cámara de diputados, exalcaldes ambos, se han pronunciado porque no sea así.
· post it
En un hecho inédito, el gobierno de México extraditó a 29 narcotraficantes a los Estados Unidos; algunos de ellos, según sus abogados, tenían amparos para evitar ser enviados al país del norte.
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum hizo de lado los abrazos y comienza a mostrar que la lucha contra la delincuencia va en serio.
Esa línea incluye a Morelos.
· redes sociales
Ya hay nuevo jefe de policía en Cuernavaca. Confiemos que dará buenos resultados.
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