Serpientes y escaleras - El reto parlamentario

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El reto parlamentario

La numeralia favorece a Morena, pero los votos no alcanzan, se necesitan más.

 

El reto parlamentario

Aunque numéricamente tienen mayoría, la posibilidad de que Morena controle el congreso local depende de la operación política que se haga antes de que inicie la nueva legislatura. Rafael Reyes es un político experimentado, con habilidad para negociar y el apoyo de la gobernadora, pero necesita hacer un esfuerzo extraordinario para que la situación no se le vaya de control. Su primer reto es interno.

Recapitular los abusos, excesos, arbitrariedades y tropelías cometidas por la actual legislatura (55) llevaría mucho tiempo, se trata de la peor en la historia local, la más mediocre, corrupta, abusiva y torpe, por ello logró superar al congreso graquista (53) que se había condecorado como el más nefasto.

El problema en el escenario legislativo es que las cosas en lugar de mejorar empeoran y el actuar de los representantes del pueblo es cada vez más parecido al de la delincuencia organizada que al de una soberanía popular.

Pongámoslo en perspectiva: históricamente los parlamentos han sido una extensión de poder del ejecutivo porque aunque en el papel exista una división de poderes, el gobernador siempre ha estado por encima porque desde ahí se distribuye el presupuesto y se controlan las instituciones.

Hace años el congreso se manejaba a través de un órgano interno denominado Gran Comisión, siempre encabezada por un diputado del PRI que oficiosamente acataba a pie juntillas las indicaciones del jefe del ejecutivo. En esos tiempos el parlamento era una oficialía de partes, un área de gestoría y atención ciudadana que servía para premiar a los amigos y como plataforma para quienes buscaban una posición.

La debacle del PRI dio paso a una nueva etapa legislativa que en principio fue equilibrada, obligó a las partes a negociar, buscar acuerdos y dialogar de manera permanente. Por supuesto que el grupo mayoritario, generalmente afín al partido gobernante, mantuvo su postura incondicional con el ejecutivo, pero la conformación multipartidista impedía que una u otra parte avasallara.

Los problemas se agravaron cuando comenzó el llamado “pago por evento” y los operadores legislativos en lugar de negociar, dialogar o convencer comenzaron a comprar voluntades. El primero en institucionalizar este mecanismo fue Javier López Sánchez: con él comenzó el mercantilismo legislativo y la solicitud de dinero por cada acción legislativa.

A partir de ahí la historia ya no cambio: la política fue sustituida por convenios económicos y comenzó una prostitución legislativa que se reflejó directamente en el presupuesto del congreso, que exponencialmente ha crecido de 100 millones de pesos anuales al inicio del milenio a hasta los casi 600 millones que actualmente ejercen los diputados.

Referirse al congreso es hablar de lo peor de la política local, de un espacio que ha perdido legitimidad, representatividad y respeto generalizado. Quienes llegan a ese espacio inician con promesas que arrastran de la campaña, pero rápidamente se olvidan de ellas en una dinámica en donde lo que importa es enriquecerse.

Rafael Reyes entiende perfectamente esta situación porque como presidente municipal fue víctima directa e indirecta de los diputados; desde la distribución presupuestal y la creación de fideicomisos para hacer negocio hasta la toma de decisiones que modifican leyes e impactan en los ciudadanos, el actuar del congreso es un cúmulo de abusos que en un escenario ideal pondría a más de uno de sus integrantes tras las rejas.

En su calidad de coordinador parlamentario del bloque mayoritario, el ex alcalde de Jiutepec prometió que se dignificaría el servicio público, lo que implica actuar en sentido contrario de lo que han hecho los legisladores en los últimos años.

No es una tarea sencilla porque algunos de los peores personajes de la legislatura 55, como Francisco Sánchez, Andrea Gordillo, Tania Valentina y Alberto Sánchez volverán a estar en una curul y juntos van a tratar de prolongar la bazofia parlamentaria. Imposible pensar en acordar políticamente con este tipo de personas porque su naturaleza no se los permite y el dinero es lo único que los mueve.

Item más: los diez votos que tiene Morena en la siguiente legislatura no están sólidos, es decir, no se pueden considerar seguros porque dentro del grupo existen intereses encontrados y figuras que desde ahora comienzan a golpearse entre sí en un claro intento de desestabilizar para ganar espacios de poder.

Para lograr los objetivos trazados Rafael Reyes debe, primero, convencer y unificar a su grupo, para luego ir sumando a los aliados y posteriormente conseguir el voto de quienes, desde la oposición, sean susceptibles de caminar en un mismo sentido.

La apuesta opositora, empezando por el PAN y el PT, es que el escenario legislativo continúe con la misma dinámica: sin acuerdos, con enfrentamientos y divisiones que obliguen a una negociación económica.

El reto para el jefe parlamentario de Morena no es sencillo a pesar de que los números parecerían favorecerle. Con doce votos semi seguros, diez de Morena, uno de Nueva Alianza y uno del Verde, no tiene capacidad de avanzar en temas sustantivos, empezando por revertir los cambios hechos hace unas semanas a la ley orgánica del congreso.

Ese es el primer paso que debe dar Rafael Reyes y para ello necesita al menos un par de votos más que difícilmente obtendrá del PT y de ninguna forma logrará en el PAN, porque fueron ellos los que impulsaron el cambio. Las rutas que puede seguir Morena para esta primera votación están en las dirigencias nacionales o en la suma de los votos de Movimiento Ciudadano y PRI.

Un punto sustantivo en esta historia es que a diferencia de lo que pasó en el gobierno de Graco Ramírez, cuando el ejecutivo exigía obediencia y sumisión del congreso o con Cuauhtémoc Blanco, con quien todas las pláticas terminaban en enfrentamientos, con Margarita González Saravia la historia será muy diferente.

Revertir los cambios hechos a la ley orgánica del congreso y a la del servicio civil es una exigencia ciudadana y de los abogados; a partir de ahí todo que venga, empezando por el presupuesto, se negociará de manera distinta, porque la gobernadora no amenaza, no impone, ni mucho menos hará de los acuerdos políticos una moneda de cambio económica.

Representar a Morena en el congreso no es una encomienda sencilla, pero con un ejecutivo que no pelea será sin duda un trabajo más fácil, porque el dinero dejará de ser el factor determinante y el diálogo marcará la pauta.

En la víspera de que arranque la legislatura el coordinador parlamentario de Morena debe hacer trabajo fino dentro y fuera del grupo, necesita fortalecer alianzas, convencer a propios y extraños y cuidar su imagen pública, porque es ahí donde comienzan a pegarle y desde donde tratarán de golpear a Morena.

Estratégicamente la 4T debe mantener el control de dos áreas parlamentarias: el dinero y la comunicación.

Con ellas el PAN logró construir un bloque opositor mayoritario.

·         posdata

El miércoles pasado la gobernadora presentó al segundo bloque de funcionarios que integrarán su gabinete económico.

Nuevamente aparecen rostros conocidos, figuras que formaron parte de otras administraciones o se estrenan en el servicio público.

Durante cuatro miércoles consecutivos Margarita González Saravia mostrará a quienes la acompañará en el gobierno estatal en las distintas áreas.

Estos dos primeros bloques generan expectativa, aunque también provocan dudas; no se trata hasta ahora de un equipo uniforme que, como ella, eleve el ánimo de la mayoría, por el contrario, hay nombres que dividen opiniones, causan dudas y hacen pensar que se trata de un cambio para seguir igual.

Si se observa desde un ángulo crítico, la posibilidad de que con este gabinete estatal Morelos salga del hoyo en el que se encuentra desde hace al menos dos décadas es mínima; pero también se puede ver bajo la óptica de una gobernadora que está decidida a trabajar incansablemente para que las cosas mejoren y no tiene empacho en revertir decisiones o mover personas cuando sea necesario. Un ejemplo: antes de iniciar su gobierno, ya dejó fuera a dos personajes que se perfilaban a una secretaría.

Confiemos en las decisiones de Margarita González y démosle un voto de confianza a su equipo.

Al menos al inicio del sexenio.

·         nota

La Comisión Estatal de Seguridad solicitó a la Fiscalía General del Estado que deje de brindar protección individual a algunas personas, porque no hay elementos suficientes para brindar seguridad a los ciudadanos.

Recordemos que la FGE concedió desde hace más de dos años escoltas a todos los diputados integrantes del G15 y en algunos casos hasta a sus familias; también brinda protección personal a magistrados, exmagistrados, actores políticos y durante la campaña, a algunos candidatos.

La seguridad de sus amigos e incondicionales es prioridad para Uriel Carmona y cuesta cientos de millones de pesos al año al erario, porque se trata de elementos armados, vehículos y gasolina. En el caso del congreso los acuerdos incluyen plazas laborales para los representantes populares.

Pongámoslo de esta forma: el número de elementos asignados para seguridad personal de algunos actores políticos es mayor al total de policías que tienen algunos municipios para el cuidado de toda la población.

·         post it

A unos días de dejar el cargo, el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo asegura que él “no se clavó lana” como su antecesor Graco Ramírez.

¿Y los integrantes de su gabinete tampoco?

·         redes sociales

La gobernadora electa y el gobernador en funciones se contrapuntearon por el aumento a la tarifa mínima del transporte público.

Es el segundo encontronazo de Margarita González con la administración saliente. La primera fue con el comisionado de seguridad.

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