Serpientes y escaleras - El próximo congreso
En opinión de Eolo Pacheco
Las últimas legislaturas locales han sido terribles para el estado; de todas, la 55 es la peor.
El próximo congreso
Una prioridad para la siguiente gobernadora será su congreso; el parlamento es un espacio que en los últimos años se ha convertido en equilibrio de poder, aunque no siempre en favor de la ciudadanía. La que concluye en unos meses es la peor legislatura de todas: ineficiente, cara, perversa, corrupta y bajo sospecha de estar vinculada a grupos de la delincuencia organizada. Sea Margarita González o Lucía Meza la próxima titular del ejecutivo, necesitan una mejor cámara de diputados.
Las legislaturas locales han mostrado diferentes rostros en los últimos años, casi siempre negativos, aunque en algunos casos, como el actual, abiertamente impresentables. Antes del nuevo siglo los congresos eran una extensión del ejecutivo, sus integrantes obedecían a pie juntillas las indicaciones del gobernador y las curules representaban el pago de favores del mandatario en turno.
Poco o nada importaba en ese momento el perfil, la capacidad o la experiencia de los legisladores, porque su única labor era aprobar lo que el ejecutivo ordenaba; en ese tiempo la ley no obligaba a los partidos a cumplir con la paridad de género o tener representación de los grupos minoritarios, lo único que se buscaba para cubrir las formas es tener algún representante campesino, otro sindical y una mujer. Pero siempre a modo del gobernador.
La llegada del nuevo siglo y el cambio de poder representó también un ajuste en la forma como se conformaban las legislaturas: por primera vez vimos congresos equilibrados, con voces discordantes y mayorías endebles que obligaban al gobernante en turno a dialogar, a negociar y llegar a acuerdos. Pero ahí comenzó también otro problema: la corrupción.
El panismo implementó el formato de pago por evento, es decir, al no tener el control pleno de la cámara de diputados el camino fue comprar a los representantes populares; y casi todos estaban a la venta. Comenzó entonces una nueva dinámica que con el tiempo se fue pervirtiendo cada vez más: los cañonazos de 50 mil pesos se volvieron acuerdos de cientos de miles de pesos y luego de millones, al punto que de un año a otro, en la legislatura 53, los diputados decidieron tomar el control del dinero y elevarse exponencialmente su presupuesto, para poder repartirse los recursos a placer.
Eso no acabó con el formato de pago por evento, solamente lo complementó. Las últimas tres legislaturas han ido de mal a peor, ejercen más de 500 millones de pesos anuales, se etiquetan dinero del presupuesto para obras que ellos deciden y en algunos casos ejecutan, sin descontar que siguen recibiendo bonificaciones monetarias por cada acción que realizan.
La legislatura 53 fue la primera en perder la dignidad y el pudor al entregarse de lleno a los intereses del gobernador Graco Ramírez; en ese periodo vimos cómo se legislaba a escondidas, de madrugada, escondiéndose de la opinión pública y aprobando cosas que luego eran echadas abajo por los tribunales al tratarse de actos absolutamente fuera de la ley. Los diputados graquistas apostaron todo a su bolsillo y en el pecado llevaron la penitencia: ninguno pudo ganar la elección siguiente y todos siguen apestados hasta hoy.
Pero lo que se hizo en ese tiempo palidece ante lo que vemos ahora: la legislatura 55 ha roto cualquier asomo de dignidad: año tras año los diputados han incrementado sus percepciones al punto de que hoy, siendo diez integrantes menos, elevaron en cien millones de pesos su presupuesto anual. Con casi 600 millones de pesos al año etiquetados para el poder legislativo, sin que este realice obra pública o preste algún tipo de servicio, lo que ello implica ha sido denunciado por diversas organizaciones civiles y ciudadanas: cada diputado de Morelos percibe mensualmente más de 2.5 millones de pesos. Nadie en Morelos gana más que un diputado local.
El congreso morelense no solo es el más caro e ineficiente de México, también está considerado un foco rojo para el gobierno federal por lo que ahí ha sucedido. Hagamos memoria: hay legisladores que usurpan posiciones de grupos indígenas o minoritarios falsificando documentos, una legisladora fue ejecutada a plena luz del día sin que la investigación sobre el caso avance y el hermano de otra diputada fue torturado, asesinado y tirado en un predio, al puro estilo de los grupos delictivos.
Paralelamente el gobierno federal y el propio presidente de México han denunciado que esta legislatura apadrina al fiscal estatal, acusado de tortura y de proteger a un feminicida, al tiempo que se acusa que el titular de la FGE resguarda en todos los sentidos a los diputados, al punto que les otorgó escoltas personales con cargo a su dependencia.
Los intereses oscuros y el negro pasado de varios diputados se ha combinado con el pleito personal que el bloque opositor mantiene con el gobernador y que se ha traducido en acciones legislativas que han afectado de distintas maneras al estado y a los municipios. Desde la protección a los fiscales y a exfuncionarios acusados de corrupción, hasta el robo institucional del presupuesto, la actual legislatura representa un daño y una vergüenza para la entidad.
Este escenario debe ser identificado por las dos candidatas a la gubernatura porque aunque le pongan nombres distintos, las prácticas en las que han caído las últimas legislaturas se pueden repetir fácilmente. Ganar la contienda por la gubernatura es la meta obvia de Lucía Meza y de Margarita González, pero ello debe ir de la mano de la consolidación de un congreso que sea diferente al actual, que no repita las prácticas del pasado ni tome como rehén al estado. Por supuesto no se debe caer en el entreguismo del pasado, pero sería terrible mantener la corrupción y virulencia actual.
De la postulación de candidatos decentes al congreso local depende en buena medida que la siguiente administración sea exitosa; ninguno de los veinte integrantes de la legislatura 55 merece repetir en el cargo u ocupar una nueva posición en el gobierno, todos, incluidos los diputados afines al gobernador, han demostrado ser corruptos, mediocres y proclives al mal. Item más: de los votos en los distritos locales depende la vida de los partidos políticos en Morelos.
La que comenzará en octubre del 2024 será la primera administración estatal morelense encabezada por una mujer; sea Margarita o Lucía, la próxima titular del ejecutivo necesita de un congreso diametralmente opuesto al actual, con gente que no llegue pensando en enriquecerse, en pelear para obtener dinero ni ponga precio a sus decisiones.
Es mucho pedir, pero es lo que se necesita.
· posdata
El 19 de enero del 2024, hace apenas unos días, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Programa Anual de Auditorías para la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2023” que en el caso de Morelos contempla “Auditoría Forense” a la Fiscalía General del Estado de Morelos y a los Servicios de Salud.
Conforme al marco de normas profesionales de auditoría emitido por la Organización Internacional de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI, por sus siglas en inglés), existen tres modalidades de auditoría: cumplimiento, financiera y desempeño.
Con base en los alcances y conceptos de dichos tipos de auditoría, en la práctica, la ASF contempla dos tipos de revisiones: de cumplimiento financiero y de desempeño.
La Auditoría de cumplimiento financiero revisa que la recaudación, captación, administración, ejercicio y aplicación de recursos aprobados por el Congreso se lleven a cabo de acuerdo con la normativa correspondiente y que su manejo y registro financiero haya sido correcto.
Bajo esta categoría existen cinco modalidades:
1) Auditoría de inversiones físicas: su materia de análisis son los procesos de adquisición, el desarrollo de las obras públicas, la justificación de las inversiones, el cumplimiento de los estándares de calidad previstos, la razonabilidad de los montos invertidos, así como la conclusión de las obras en tiempo y forma.
2) Auditoría forense: consiste en la aplicación de una metodología de fiscalización que conlleva la revisión rigurosa y pormenorizada de procesos, hechos y evidencias, con el propósito de documentar la existencia de un presunto acto irregular.
3) Auditoría a las tecnologías de la información y comunicaciones: se revisan las adquisiciones, administración, aprovechamiento de sistemas e infraestructuras, calidad de los datos y la seguridad de la información de las entidades públicas.
4) Auditoría a los sistemas de control interno: se evalúan las políticas, procesos y actividades que aseguran el cumplimiento de los objetivos institucionales.
5) Auditoría al gasto federalizado: consiste en la fiscalización del ejercicio presupuestario y el cumplimiento de metas y objetivos de los fondos y programas financiados con recursos federales transferidos a estados y municipios, para renglones como educación, salud, creación de infraestructura básica, abatimiento de la pobreza y seguridad pública. De la misma forma, bajo este rubro se revisan las participaciones federales.
La Fiscalía General del Estado de Morelos y los Servicios de Salud de Morelos están en la mira de la federación por la presunción de actos irregulares; en la primera dependencia la figura que deberá responder es el fiscal Uriel Carmona Gándara, mientras que en la segunda, aún sin ser funcionario, la mira está puesta en Christian Carmona, aunque quien deberá dar la cara es Héctor Barón Olivares.
· nota
Todas las encuestas sobre posicionamiento político y rentabilidad de los últimos años (años) establecen que el partido mejor calificado y con más intención de voto es Morena; el segundo es Acción Nacional, el tercero es el PRI y el último el PRD. De la misma manera los partidos con menos rechazo son Morena, PAN, PRD y PRI; el Revolucionario Institucional es desde hace al menos diez años el partido por el que menos votaría la gente. En cuanto a rentabilidad electoral se refiere, el PAN tiene más del doble de intención de voto que el PRI.
En el acuerdo nacional del Frente Amplio Opositor el PAN ha llevado mano en todos los estados donde está mejor posicionado, respetando la regla pactada por las dirigencias de que “lo que se tiene se repite”. Con esas consideraciones y números, en Morelos el Partido Acción Nacional debía encabezar la fórmula a la gubernatura y al senado, pero contrario a ello es el PRI quien tiene dichas posiciones. Los panistas se están concentrando en la capital.
Pregunta inocente: Si en verdad creen que pueden ganar la gubernatura y por ende las dos senadurías ¿Por qué el PAN no peleó esos espacios y se los dejó al PRI y al PRD?
¿Algo saben que no han dicho?
· post it
¿Regreso Raúl Ojeda como delegado de Morena en Morelos?
¿Entonces ahora hay dos delegados?
· redes sociales
La última declaración de la súper policía de Cuernavaca Alicia Vázquez Luna: la culpa de la inseguridad es de la gente.
El problema no es ella, sino quien la mantiene en el cargo.
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