Serpientes y escaleras - El primer círculo
En opinión de Eolo Pacheco
Aún sin ser oficial, el próximo gabinete va tomando forma.
El primer círculo
El primer círculo de Margarita González Saravia parece estar definido a pesar de que aún no se formalizan los nombramientos. A diferencia de su homóloga de Veracruz, quien casi de inmediato oficializó a su gabinete, en Morelos el staff aún no se presenta, aunque ya es posible ubicar a quienes estarán a cargo de las distintas áreas. El reto que tienen es enorme.
Este es el mejor momento para quien en un par de meses tomará las riendas del ejecutivo estatal: ya ganó la elección, ya no tiene que ganarse la confianza de nadie y los reclamos por los problemas corresponden al gobierno saliente. En este punto todo para la mandataria electa son buenos deseos, felicitaciones y reconocimiento; el primero de octubre las cosas cambiarán.
Conocer la situación que guarda la administración estatal es importante porque a partir de ahí comenzará a escribirse una nueva historia; el equipo de transición tiene un par de meses para conocer el funcionamiento de las instituciones, para empaparse de la agenda del estado y ubicar los problemas que existen en cada área. No hacerlo implicaría complicar el arranque del sexenio.
Las figuras que han recibido la confianza de la gobernadora están a la vista: en el terreno político están Javier García y Juan Salgado Brito, en materia financiera Mirna Zavala, en comunicación Margarita Estrada, en el terreno jurídico Edgar Maldonado, en el sector empresarial Víctor Sánchez y para los programas sociales Luis Machuca. Ellos son el primer círculo de confianza de la próxima jefa del ejecutivo.
Hay áreas cuyos titulares representan acuerdos políticos o de campaña, como sucederá en Turismo con Daniel Altafi y espacios que serán acordados con la federación y muy probablemente su titular será enviado desde el centro del país, como la seguridad.
A las oficinas que parecen haberse definido y a sus futuros titulares corresponde trabajar desde ahora para que el inicio de la siguiente administración ocurra de la mejor manera posible, porque la situación en la que se encuentra el gobierno y el estado no es buena.
La descomposición política en Morelos no es un problema que comenzó en esta administración, pero es claro que las cosas se agravaron por la actitud del jefe del ejecutivo. Desde que llegó al estado hace casi nueve años, Cuauhtémoc Blanco dijo repudiar a los políticos y a partir de ello definió una agenda que no incluyó a nadie que opinara diferente a él. Peor: la actitud del gobernador se convirtió en una línea que se replicó desde la secretaría de gobierno y ha sido seguida al pie de la letra por sus dos titulares.
Aquí comienza el primer reto: Javier García y Juan Salgado tienen que revertir dos décadas de conflictos políticos y seis años de enfrentamientos personales; la gobernadora ha sido insistente en que el suyo será un gobierno de diálogo que trabajará sin distingo de partidos, pero para que eso suceda el primer paso es construir los puentes de comunicación que no existen y enfrentar a una oposición que en los últimos años ha hecho del pleito un negocio muy lucrativo. ¿Para qué dialogar si peleando se gana mucho dinero?
Imagino que a Juan Salgado, por su experiencia, trayectoria y personalidad se le encomendará la gobernabilidad, el diálogo con los tres poderes y todos los actores políticos y partidistas, mientras que Javier García supervisará el correcto desempeño del gabinete y definirá las estrategias a seguir en el gobierno. Es imposible que ambos hagan lo mismo porque eso inevitablemente generaría problemas dentro y fuera del gabinete.
Las finanzas son un elemento central de cualquier administración y hacia allá se perfila una dama que sin ser contadora, tiene capacidad profesional, dedicación y experiencia en la administración pública. Mirna Zavala combina el estudio con la práctica, conoce perfectamente el funcionamiento del ejecutivo estatal y ubica en dónde se encuentran los puntos débiles de este gobierno, porque formó parte de él; con un buen equipo a su lado, la maestra realizará un buen trabajo.
Margarita Estrada acompaña desde hace muchos años a la actual gobernadora, es una persona de su entera confianza, formada en el terreno de la comunicación, conoce perfectamente la personalidad de su jefa y comparte su manera de ver la política. La encomienda que le dan no es sencilla porque a la complejidad natural de esa área hay que añadir que el próximo gobierno apuesta por el humanismo, un elemento intangible que para poder ser apreciado por la gente debe comunicarse de manera correcta. En momentos como los actuales donde la información fluye de todos lados, la capacidad de informar adecuadamente es fundamental no solo para la imagen del gobierno, sino para la estabilidad del estado.
El terreno jurídico no es menos importante que cualquiera de las otras áreas, sobre todo porque la nueva administración recibirá mucha presión social para que revise y actúe en todos los casos en los que pudiera haber irregularidades y que a la vista de la ciudadanía son muchos. Veámoslo en perspectiva: Cuauhtémoc Blanco fue incapaz de sancionar las irregularidades cometidas por el gobierno de Graco Ramírez y la sociedad se lo reclamó; a Margarita González Saravia la acusaron de ser la candidata de la continuidad y no le perdonarán que pase por alto las acciones que, a la vista de la gente, representan actos ilegalidades. Edgar Maldonado no puede repetir las pifias de Samuel Sotelo.
Una posición clave para el gobierno estatal se ubica en la delegación de Bienestar, un área que atiende de manera directa a miles de personas, que canaliza los apoyos federales a los sectores más desprotegidos y que puede ser, si se maneja de manera adecuada, coadyuvante del trabajo que realice la administración de González Saravia. En los últimos años esa dependencia ha sido cueva de Alí Babá, negocio personal de sus titulares y quienes están detrás de ellos. Luis Machuca tiene el perfil adecuado para cambiar las cosas en esa oficina porque comparte la visión de la gobernadora y goza de su confianza.
El primer círculo de Margarita González Saravia tiene la responsabilidad de conocer a detalle la situación en la que se encuentra el gobierno estatal, ubicar los puntos débiles del gobierno, identificar las acciones irregulares que ameritan una revisión y preparar un arranque de gobierno lo más terso posible a pesar de las trabas y la falta de información.
No se puede pasar por alto que frente al gobierno venidero hay nubarrones de tormenta, acciones políticas desde el congreso que apuestan a complicarles las cosas y movimientos en el gabinete que también quieren que la transición no sea sencilla.
La gobernadora ha puesto su confianza en estas personas, de ellos depende que las cosas empiecen bien.
· posdata
Aunque los equipos de los gobernadores dialogan de manera permanente, entre Cuauhtémoc Blanco y Margarita González Saravia la relación es fría o inexistente; tras ser designada candidata, el futbolista nunca la felicitó, a casi dos meses de la elección no se ha reunido con ella, no se congratuló por su triunfo y la única referencia que ha hecho del resultado del dos de junio fue que Margarita ganó gracias a su trabajo como gobernador.
La semana pasada ambos coincidieron en la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum, sonrieron para la foto, pero se saludaron con frialdad y mantuvieron distancia.
Es inocultable que la relación entre ellos es tensa, se nota, pero los tiempos y las circunstancias ahora favorecen a la gobernadora, porque él ya se va y corresponderá a ella supervisar el estado que guarda la administración y, en su caso, actuar conforme a la ley.
Contextualicemos algo: con Andrés Manuel López Obrador al frente del gobierno federal nada le pasará a Cuauhtémoc Blanco, la figura presidencial ha sido durante seis años una protección absoluta para el gobernador sin importar el tema del que se trate; pero en unos meses esa circunstancia cambiará.
La relación del futbolista y la próxima presidenta de México no es mala, pero tampoco es cercana, ni existe la empatía que hoy tiene con el presidente; entre ambos el trato es institucional y Claudia Sheinbaum no olvida que cuando buscaba la jefatura del gobierno de la Ciudad de México, en un acto público fue agredida por un grupo de porros entre los que estaba Ulises Bravo, hermano del gobernador Blanco Bravo.
A partir del primero de septiembre Cuauhtémoc Blanco dejará de ser uno de los 32 jefes del ejecutivo de México para convertirse en diputado federal, uno de quinientos; será popular para las fotos, pero intrascendente en una masa política en donde su carrera deportiva no tiene ningún valor.
Ocupar una curul es bueno, pero ya no tendrá los beneficios de estar al frente de un estado; a partir de ese momento se convierte en uno más, lejos del círculo donde se toman las decisiones, sin cercanía con el presidente y a merced de las observaciones que su sucesora pueda hacer a su gestión.
El fuero legislativo lo protegerá a él de algunas cosas, no de todas, pero no alcanza para blindar a sus colaboradores, amigos, familiares y aliados. Todos ellos deben estar conscientes que el escenario que se viene es distinto en todos los sentidos, que ya no habrá manto protector y que, por el contrario, en el ejecutivo y en el congreso estarán figuras que fueron agraviadas por ellos.
Recordemos una frase recurrente que el presidente López Obrador atribuye al presidente Juárez:
“A los amigos justicia y gracia; a los enemigos la ley a secas”.
· nota
Ni la gobernadora ni las organizaciones de abogados quitan el dedo del renglón: Uriel Carmona debe irse de la Fiscalía General del Estado.
La lucha contra el titular de la FGE es añeja, comenzó casi desde el inicio de este sexenio y ha venido sumando actores en su contra; el abogado Carmona está haciendo todo para mantenerse en el cargo, ha reforzado su alianza con el PAN, PT y Movimiento Ciudadano para que en la siguiente legislatura no alcancen los votos suficientes para removerlo.
Con sus acuerdos lo único que gana el fiscal es tiempo, porque aunque contenga momentáneamente los embates en su contra, su ciclo concluirá con Claudia Sheinbaum como presidenta y Margarita González como gobernadora. Y los procesos en su contra seguirán vivos, al igual que el deseo de las ejecutivas de procesarlo.
El asesor político de Uriel Carmona es el exgobernador Graco Ramírez, es él quien le orienta sobre los pasos a seguir y en algunos casos cabildea en su favor; el equipo de comunicación que maneja la información del fiscal también es el que como gobernador tuvo el tabasqueño, incluso los despachos que contrata el titular de la FGE son los que durante seis años operaron para el gobierno estatal.
Hasta ahora el fiscal ha logrado contener una posible acción legislativa en su contra, pero hay que esperar a que el próximo sexenio inicie para ver si las alianzas son tan fuertes como parecen.
Como político, Uriel Carmona ha cometido muchos errores, el primero fue no elegir bien a sus enemigos, el segundo es no saber retirarse a tiempo.
· post it
Los ministerios públicos del estado proponen extinguir la FGE para sacar de ahí a Uriel Carmona.
"Que la nueva Legislatura tome el timón de esa decisión y que proponga, vía decreto, la extinción de la Fiscalía General del Estado para que se pueda promover una nueva Fiscalía General Ciudadana de Justicia del Estado de Morelos y de esa manera le quitan de un plumazo todas las atribuciones al fiscal"
La idea no es mala, pero se necesitan votos para que la idea avance en el congreso.
· redes sociales
La actitud retadora del gobernador con la gobernadora, la pagarán sus colaboradores cuando se revisen las cuentas del ejecutivo.
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