Serpientes y escaleras - Deshojando la Margarita

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Deshojando la Margarita

Máxima juarista: a los amigos justicia y gracia; a los enemigos la ley a secas.

 

Deshojando la Margarita

Dependiendo de lo que encuentren en las distintas dependencias de gobierno y de la forma como se han conducido sus titulares en los últimos años o meses será la actitud de la siguiente administración. No se requiere sapiencia para anticipar que en los casos donde existan faltas graves será necesario iniciar un procedimiento legal, porque de lo contrario se asumirá la responsabilidad de los actos cometidos; tampoco es difícil advertir que se revisará con más atención a quienes desde el gobierno utilizaron recursos públicos en contra de Margarita. El que se ríe se lleva

La carrera por la candidatura a gubernatura de Morelos al interior de Morena fue muy larga, comenzó hace más de dos años, incluyó distintas etapas dentro y fuera del partido y atravesó por momentos políticos muy complicados para quien en unas semanas se convertirá en la primera gobernadora constitucional en la historia de Morelos.

A Margarita González Saravia no le regalaron la candidatura, ni tampoco le pueden exigir como gobernadora que pague compromisos de campaña. La dama tomó el camino largo emulando al presidente Andrés Manuel López Obrador: comenzó a recorrer el estado pueblo por pueblo, realizando foros con distintos temas y con reuniones cara a cara, poniendo siempre por delante al proyecto de la Cuarta Transformación.

Mientras los otros aspirantes buscaban acuerdos políticos, desplegaban campañas millonarias en anuncios espectaculares, o contaban con el respaldo personal del gobernador, ella se metió al territorio, habló con la gente para convencerla de su aspiración y comenzó a construir una estructura e historia casi desde cero, pero con una idea muy clara de lo que quería hacer.

Al inicio las reuniones de la entonces directora de la Lotería Nacional eran pequeñas, con apenas unos cuantos asistentes y casi siempre con un reducido grupo de acompañantes que desde el inicio creyeron en su aspiración. Conforme el tiempo fue avanzando las reuniones se hicieron más grandes y la gente comenzó a pedirle que los fuera a visitar; en ese momento en México la comenzaron a ver con más seriedad.

Paralelamente a sus fines de semana recorriendo los pueblos y las comunidades, González Saravia hizo trabajo político nacional, donde tuvo el respaldo de amigos y familiares, empezando por Carmelo Enríquez, un personaje importante en la izquierda mexicana, con valiosas relaciones en el centro del país y el reconocimiento general por su trayectoria.

A diferencia de otros precandidatos que presumían mucho dinero, grupos políticos, relaciones de poder, patrocinio del estado o control de la estructura del partido, del lado de Margarita eran ella, su voluntad y unos cuantos amigos que desde el principio creyeron en su proyecto y apostaron por su candidatura, entre ellos Carmelo Enríquez, Margarita Estrada, Luis Machuca, Edgar Maldonado, Javier García, Miguel Peláez, Víctor Sánchez, Montserrat Orellana, Silvia Salazar, Juan Felipe Domínguez, Leandro Vique y Arturo Contreras, entre otros.

La construcción de la candidatura de González Saravia no fue sencilla, como tampoco lo fue el proceso de precampaña y campaña; primero porque internamente nunca hubo una competencia pareja: la dirigencia nacional no fungió como árbitro, dejó que todos jugaran sin reglas, sin restricciones de ningún tipo, ni sanciones para quienes recurrieron a la guerra sucia o utilizaron los recursos del estado para golpear al rival. Fue una competencia a navaja limpia.   

Luego vino la precampaña y las cosas no cambiaron, porque aunque en ese momento ya se había definido la candidatura, Mario Delgado permitió que a Margarita González Saravia la golpearan de todos lados y le hicieran guerra sucia desde el partido y desde el gobierno estatal.

Antes, durante y después del proceso electoral la lucha de la abanderada morenista no fue solo contra la candidata de oposición, que por sí misma era una figura muy fuerte, también lo fue contra personajes representativos de Morena y del propio gobierno estatal, empezando por Rabindranath Salazar Solorio, quien a través de su familia y de sus incondicionales apoyaron a Lucía Meza.

Lo mismo ocurrió en el gobierno estatal: cuando Cuauhtémoc Blanco se alejó del proceso porque no quedó su candidato, dejó en libertad a sus funcionarios para que se movieran de acuerdo con sus intereses. Muchos secretarios y amigos del mandatario, sobre todo aquellos que estaban en su primer círculo, se fueron del lado de la oposición y mandaron hacia allá a sus equipos, dinero y la poca o mucha estructura que controlaban.

Margarita González Saravia no es una mujer inocente, como lo piensan algunos, ni tampoco será una gobernadora manipulable, como afirman otros. Como precandidata, candidata y ahora gobernadora se ha dado cuenta de lo que sucede a su alrededor, identifica a quienes fingen apoyarla, a los que apostaron en su contra, los que jugaron en los dos bandos y aquellos que la golpearon y la siguen golpeando desde el anonimato.

La prudencia y generosidad de la dama hace suponer a algunos que se trata de alguien a quien le falta carácter o memoria, que pasa por alto los detalles, que olvida las traiciones y consecuentemente dará pie a la impunidad de siempre. Quizá por eso algunos funcionarios y exfuncionarios del gobierno estatal actúan como lo hacen y promueven acciones pensando en complicar el inicio de la siguiente administración.

Aunque se trata de una mujer con una alta capacidad de perdón, que ha dicho en varios espacios que no guarda rencores de campaña y extiende la mano a todos para que se sumen a un proyecto de estado, lo que han hecho algunos personajes que en algún momento fueron cercanos a ella, que la traicionaron, que utilizaron su nombre para hacer negocios y cometieron faltas que quedaron documentadas, no puede quedar en el olvido.

Tampoco puede pasarse por alto la actitud de quienes desde una posición de gobierno la atacaron y la siguen atacando, los que realizan movimientos de último momento tratando de que le vaya mal o intentan sembrarle problemas a la futura administración. Ni la prudencia ni la bondad se puede confundir con torpeza.

La inexperiencia Cuauhtémoc Blanco podría justificar su forma de actuar al frente del ejecutivo o el hecho que hasta el momento no ha tenido la cortesía de reunirse con su sucesora. Lo inexcusable son las acciones de algunos miembros de su gabinete o los movimientos que hacen figuras muy cercanas a él, intentando enrarecer los acuerdos en el congreso, apostando porque no tenga recursos para arrancar su administración o peor, insistiendo en mover cosas para que a su gobierno le vaya mal. El gobernador no puede permitir eso, porque al hacerlo hace pensar que quienes lo hacen obedecen órdenes.

Los retos que tiene Margarita González Saravia empiezan por una agenda social con muchos pendientes, en un estado rezagado de la marcha nacional y una sociedad alejada de sus autoridades. A eso se deben añadir las bombas que le están sembrando ciertos personajes y los problemas que le quiere generar algunos funcionarios con la torpe idea de que el caos ocultará las irregularidades cometidas.

Dentro y fuera del equipo de la gobernadora hay quienes no la terminan de conocer, ni entienden que su discurso de honestidad va en serio. Que logre cambiar las cosas es una historia aparte porque eso depende de muchos factores, lo que resalta es que la dama verdaderamente tratará de generar las condiciones para que a Morelos le vaya mejor.

A diferencia de otros gobernadores, Margarita González Saravia llegará sin grandes compromisos de campaña y las decisiones que tome, para bien o para mal, serán las que ella considere mejor.

Su equipo es la primera gran decisión que tomará.

·         posdata

Hasta ahora Morena no tiene los votos suficientes en la siguiente legislatura para revertir las reformas que hace unas semanas llevaron a cabo los diputados actuales.

En un primer conteo la 4T tiene doce votos: diez de Morena, uno de Nueva Alianza y uno del Verde. Considerar que el PT juega del lado del Movimiento de Regeneración Nacional es incorrecto, porque hasta el momento, con sus actos, Tania Valentina ha dejado claro que sus intereses personales están con la oposición.

Del lado contrario las cosas tampoco están definidas; explico: el bloque de cuatro panistas es sólido, no así el apoyo que recibirían de Movimiento Ciudadano y del PRI. La diputada Luz Dary Quevedo es parte del G15 de la legislatura 55, pero entró a ese bloque por Agustín Alonso, quien ya se fue con Morena y no estará en el siguiente parlamento.

Lo mismo se puede pensar de Jonathan Márquez, quien a pesar de su juventud tiene más habilidad, capacidad y talento que muchos de los que estarán en el próximo congreso y no se sumará a un bloque solo para hacerle el caldo gordo al PAN. El punto por considerar en su caso está en que el tribunal electoral federal ratifique su diputación.

Una definición que también está en el aire es la del Partido Verde: si llega el diputado titular, la 4T puede contar con ese voto, pero si Paco Abundis logra hacer subir al suplente, la oposición ganará un sufragio.

En el caso del PT y el Verde la negociación que puede hacer Morena no está en el estado, debe ir al plano nacional y apelar a la relación que desde México tienen los partidos que conforman la 4T. Si no se hace así, tres votos que teóricamente estarían con Morena se volverán en su contra.

Y luego falta ver los fallos que emita la justicia federal en los casos donde se presentaron impugnaciones. Estos, por cierto, deben resolverse esta semana.

·         nota

Miércoles de gabinete: este día la gobernadora Margarita González Saravia presentará a otros integrantes de su equipo.

Veremos de quién se trata y cuál de ellas o ellos se lleva el aplausómetro.

La semana pasada la ganadora fue Karla Aline Alonso.

·         post it

Los integrantes del Poder Judicial Federal en Morelos se sumaron a las acciones en contra de la reforma que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los cambios van por etapas, en la primera tocarán a ministros y magistrados federales y luego siguen los magistrados estatales.

Los 14 años de nombramiento se volverán seis con posibilidad de una reelección.

·         redes sociales

Son los últimos días de Cuauhtémoc Blanco como gobernador. La próxima semana tomará protesta como diputado federal.

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