Ser maestro

En opinión de Fabiola del Jurado

Ser maestro

Mi alarma me despierta, veo la hora, son las 6:00 am, corro al baño para iniciar mi rutina, tomo mi mochila, reviso, mi cuaderno, folder, lapicera, lentes, monedero todo listo; tomo mi termo con café y salgo de la casa, se me hace tarde para llegar a la escuela, me esperan más de 30 pequeños, en el trayecto a la escuela encuentro a mamás corriendo con su niños,  abuelitas cargando la mochilas, me saludan y yo les respondo.

Sigo caminando, pienso que iniciaré la clase con una lectura, recuerdo que no he pagado el agua, el gas se terminó, a lo lejos veo a una maestra, nos encontramos y me platica que tiene problemas en su casa, que su hija llegó muy tarde y su hijo ya se quiere casar, llegamos al 20 para las 8:00 am a la escuela, nos vamos a nuestros salones, así empieza un día donde entre lecturas, sumas, restas, atender al niño que se lastimó en el recreo, atender a papás que no pudieron terminar la tarea porque  no les alcanzó para el material, rondas y pase de lista se cumple una jornada como maestra, me quedo sentada unos minutos atrás de mi escritorio, mi pensamiento vuela, las ideas fluyen.

Las maestras somos personas que hemos aprendido a hacer pausas en nuestras vidas para atender otras, desarrollamos la capacidad de escuchar, atender y estar mirando al mismo tiempo varias situaciones, aprendimos a llenar formatos, a realizar planeaciones, festivales, presentes, a acompañar a las niñas y niños en su crecimiento, a hacer un lado el cansancio, el mal humor.

Tenemos sobre nuestros hombros muchas expectativas, las de los niños, padres de familia, autoridades escolares, gobiernos, las miradas se centran en el maestro, se cuestiona constantemente nuestro quehacer, recuerdo que cuando yo era alumna respetábamos mucho a los maestros, se tenía un rol de autoridad moral, un honor era tener un padrino maestro, pues este nos iba a guiar si nos perdíamos en el camino de la vida, se llamaba al maestro cuando había problemas entre parejas, el desarrollo del país se centraba en el trabajo que realizaban los maestros.

¿en qué momento se ha ido dando un viraje, en qué momento se ha ido trasformado esa idea sobre lo que significa ser maestro?

Es tiempo de resignificar el papel del maestro, de darnos cuenta que la profesión de maestro es de alta exigencia, que se requiere la suma de los padres, autoridades educativas y gobiernos para nuevamente tener figuras que guíen, orienten, la sociedad requiere hoy más que nunca de maestros con calidez humana, comprometidos y capaces de brindar cobijo a la niñez de nuestro contexto.

Tocan la puerta, reacciono, ya son las 13:30, una maestra me espera, recojo mis cosas y las guardo en la mochila, aquí vamos, la segunda jornada, recuperamos nuestro rol de madres y salimos de la escuela, me pregunta qué va a comer, le digo que hoy solo pasaré por un pollo a la leña, tengo que llegar a lavar y a preparar el material para el festival de fin de año, así somos los maestros y maestras, personas que partimos el tiempo para cumplir nuestros sueños.