Serpientes y escaleras - Morena: músculo y ¿fuerza?

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En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Morena: músculo y ¿fuerza?

¿La 4T es un proyecto de estado o seguirá dependiendo de un liderazgo personal?

 

Morena: músculo y ¿fuerza?

Este sábado la presidenta de México Claudia Sheinbaum encabezará un mitin masivo en la Ciudad de México para celebrar siete años del inicio de la autollamada Cuarta Transformación. El evento será una nueva demostración de logística, de números y de capacidad territorial; Morena es sin duda el partido con más presencia y control en el país, pero una cosa es el músculo y otra la fuerza política que se sostiene con legitimidad social, cohesión interna y capacidad estratégica. Ahí el panorama ya no es tan contundente.

Cada mañana desde palacio nacional se nos repite que el movimiento “está más fuerte que nunca”, que Morena tiene el respaldo mayoritario de la población y que las críticas son reacciones de una derecha debilitada, conservadora, moralmente derrotada, financiadas por intereses oscuros que traicionan a México.

Pero más allá de lo político y el discurso partidista hay una realidad inocultable: la inseguridad avanza, la fragmentación social crece y la narrativa de confrontación comienza a propagarse. Morena tiene una presencia territorial fuerte, estructura sólida y una capacidad de movilización como ninguno, pero su oposición ya no está en los partidos, crece en un sector de la sociedad que comienza a decepcionarse, que se cansa de la inseguridad, de vivir con miedo y de los abusos que cometen algunas figuras de la 4T.

México no es el mismo país que era en el 2018 y la sociedad tampoco; es cierto que Morena vive su mejor momento: está en franca expansión territorial, gobierna la nación y la mayoría de los estados, las cámaras legislativas federales, muchos congresos estatales y gran parte del territorio mexicano. Pero el apoyo social ya no es el mismo, en algunos sectores hay cansancio, frustración y desconfianza.

La violencia cotidiana, la normalización del miedo, la institucionalización de la corrupción y la impunidad, la crisis de salud, los tropiezos administrativos, la crisis económica y la ausencia de una política de estado que vaya más allá de los programas sociales ha erosionado el entusiasmo que acompañó la llegada de la 4T hace siete años. La movilización existe, pero el fervor ya no es el mismo.

A esto hay que añadir un elemento sustantivo: en México la corriente política predominante no es morenista, es obradorista; la gente responde institucionalmente (obligatoriamente) al llamado de la presidenta Claudia Sheinbaum, acuden a las concentraciones porque se los ordenan, pero no llegan con el entusiasmo que había cuando se trataba de apoyar espontáneamente a Andrés Manuel López Obrador.

Digámoslo más claro: la gente quiere a Andrés Manuel López Obrador, él es el personaje con el cual la gente se identifica; el apoyo a la presidenta y a Morena es por añadidura. Quien ha acudido a este tipo de actos masivos lo puede constatar: la reacción de la gente cuando se menciona a Claudia Sheinbaum es institucional, pero cuando se menciona el nombre de Andrés Manuel López Obrador el entusiasmo aparece.

Cualquier observador de la vida pública lo nota: la cohesión al interior del Movimiento de Regeneración Nacional es frágil: Claudia Sheinbaum gobierna, pero Andrés Manuel López Obrador sigue siendo el referente emocional y simbólico del proyecto de la Cuarta Transformación.

Su reciente aparición anunciando que no presentará de manera física su libro, ni acudirá a las plazas del país como se había anticipado “para no hacerle sombra a la presidenta” dejó más preguntas que respuestas y la certeza de que sigue siendo él y no ella a quien la gente quiere, a quien el pueblo responde y a quien la 4T va a respaldar cuando se los pidan.

Aunque la celebración sabatina es para conmemorar los siete años de la Cuarta Transformación en México, es decir, el inicio del gobierno presidencial de Morena, hasta ahora no se ha confirmado que Andrés Manuel López Obrador vaya a estar presente en el acto, a pesar de ser él quien encarna la 4T y quien marcó la llegada de una nueva etapa política en el país. La ausencia del fundador del movimiento revela tensiones soterradas y dificulta a la presidenta afianzar un liderazgo autónomo, más allá de la sombra del caudillo.

El acto del sábado puede entenderse más como un ejercicio de control narrativo, un distractor que aparece en un momento sumamente complicado para la presidenta, con muchos frentes abiertos, diversos conflictos internos y una percepción pública que la avasalla.

La presidenta Claudia Sheinbaum necesita reafirmar su poder, su continuidad y proyectar independencia, mientras que el partido requiere mostrar que su movimiento es más que el legado de su líder, que es un proyecto que va más allá de una persona y es capaz de reinventarse cuando sea necesario.

Sobre las críticas y la descalificación a las voces discordantes la reacción es equivocada, porque aunque existen grupos de poder tratando de desgastar la imagen presidencial, no se puede atribuir todo el enojo social a la derecha ni a los grupos conservadores; si estos pudieran controlar de esa manera la narrativa pública, simplemente no habrían perdido el poder.

Gran parte del descontento que vemos proviene de sectores progresistas, de grupos feministas, de académicos, de organizaciones civiles y voces que acompañaron a Morena desde su fundación; despreciarlas o colocarlas en la misma bolsa de la “derecha conservadora” es un agravio a los aliados y una falta de respeto a quienes en otro momento impulsaron el cambio de régimen en México.

Cuestionar la falta de resultados, la inseguridad, la corrupción, los excesos, los abusos, la centralización del poder o la falta de sensibilidad en problemas sociales no es traicionar al país, ni tampoco es un complot de la oposición, es un sentimiento válido de la gente, es el eje del pensamiento de izquierda, es lo que catapultó en el 2018 a Morena al poder. La corrupción, la frivolidad y la traición no es exclusiva de un partido, aparece en muchas personas y en todos los casos, va más allá de siglas partidistas.

En Morena deben ser cuidadosos de sus pasos, porque aunque son la fuerza predominante y la corriente política con más capacidad de movilización, pueden volverse víctimas de sus propios errores y al hacerlo, perder el entusiasmo social que ha sido el motor de la 4T. La gente apostó por el movimiento porque creyó que en verdad son diferentes; si hacen lo mismo que sus antecesores y reaccionan igual a las críticas, perderán el valor que los hizo ver distintos.

Si no se salen de la lógica de que solo existe una verdad, la suya, y de que cualquier opinión contraria representa una traición a México, Morena se convertirá en un movimiento que controla el estado, pero pierde la capacidad de generar entusiasmo social.

Si las cifras actuales se mantienen, la 4T seguirá siendo un actor dominante en el escenario político nacional, el más fuerte en cuestión de estructura, pero también el más cuestionado y a partir de ahí, el de mayor riesgo de erosionar su fuerza y simpatía social.

El movimiento que prometió transformar al país enfrenta hoy el reto de su transformación interna; si no se renueva, depura y cambia, podrá seguir celebrando con plazas llenas, pero cada vez con menos respaldo ciudadano.

Antes que Morena, el PRI y el PAN también llenaban plazas, pero por su arrogancia y desprecio a la gente perdieron la confianza de la mayoría.

·         posdata

El presidente municipal de Cuernavaca José Luis Urióstegui no titubeó al decir que podría relevar del cargo al secretario de seguridad pública capitalina porque sus resultados no son los que se esperaban; el edil reconoce que las cosas no van bien y falta prevención, así como presencia policial en las colonias.

Quien respondió a esta declaración fue el secretario estatal de seguridad, quien consideró que un cambio no sería bueno porque afectaría la estrategia y los resultados. “Para mí la incidencia delictiva en Cuernavaca ha ido a la baja a diferencia de la anterior administración; (con el cambio del secretario) podría haber un desequilibrio”.

¿A quién, lectora lector querido, le concedes la razón en este caso? ¿A Urióstegui, que dice que no hay buenos resultados en materia de seguridad o a Urrutia, que presume con estadísticas que las cosas están mejor?

·         nota

Hoy hace dos años partió un amigo. Aunque físicamente ya no está con nosotros, su recuerdo continúa en cada momento que nos regaló, en cada risa y en su inquebrantable optimismo; su ausencia duele, pero su memoria abraza. Mientras sigamos recordando su generosidad, su fe y su alegría, Juan Pablo nunca se irá del todo, seguirá acompañándonos, sumando, construyendo, creyendo y confiando en el bien. Con cariño y respeto recuerdo su última reflexión.

Ver el vaso lleno, tomarlo y pasarlo por tu boca, sentir cómo se activan tus papilas de inicio a fin, que el agua pase por tu garganta y dejar de tener sed; una sensación única, un placer tan grande.

Llevo más de un mes sin poder gozar de ese vaso de agua fría, mi cuerpo se ha ido deteriorando y por la enfermedad he perdido gustos tan simples y tan básicos como el tomar un buen vaso de agua fría.

Gracias a estos momentos hoy valoro lo simple y lo cotidiano como algo extraordinario y te invito a hacer lo mismo, a que no des por sentadas las cosas que haces cada día; te invito a que encuentres en cada acción lo maravilloso que es la vida y el regalo que significa disfrutar todos los pequeños detalles.

Hoy entro a una nueva etapa de mi vida, mis oncólogos han sido muy generosos conmigo, han puesto lo mejor de sí para curarme hasta este momento, pero el cáncer no dio tregua; toca entrar a cuidados paliativos, decidimos tomarlos desde casa, ese espacio de amor y seguridad que hemos construido Eli y yo durante nuestro matrimonio.

Sé que me acompañarán con sus oraciones, pensamientos y con todo el amor que me han dado hasta el día de hoy a mí, a Eli, a María, a Rodrigo y a Inés.

Estoy muy en paz, con la tranquilidad y seguridad que Dios está conmigo, que no estoy solo; sigo disfrutando la vida como un regalo diario.

Hoy sólo asumo esta nueva situación de mi vida con la seguridad de que el cielo me espera, pero no seré yo ni las expectativas de vida que me han dado los doctores los que tienen la última palabra, Dios sabrá el día y la hora; mientras tanto, a vivir.

Disfruten de un buen vaso de agua fría por mí.

Con amor, Juan Pablo Adame Alemán”.

Hasta siempre querido amigo.

·         post it

Los escándalos persiguen al presidente del TJA; los más recientes son las acusaciones de vecinos de Rio Mayo por el supuesto apoyo a una construcción irregular, luego vino la grosería que cometió contra la nueva magistrada Socorro Reyes y antes, el escándalo donde su hijo, funcionario estatal, fue acusado por un constructor por cobrar dinero y depositarlo en una cuenta particular, hecho que fue totalmente confirmado.

¡Qué bonita familia!

·         redes sociales

Una vez más (a ver si esta ocasión alguien le hace caso), el diputado Agustín Alonso se autodestapa como aspirante a la presidencia municipal de Cuernavaca y añade que en algún momento también buscará la gubernatura de Morelos.

“Soy una persona de retos grandes” dice el ex alcalde de Yautepec. “Hare lo que mi partido me dé oportunidad”

Agustín es un hombre de trabajo que sabe hacer política, de eso no hay duda. El problema es que, a su partido, Nueva Alianza, no le alcanza para proyectarlo a ninguna de las posiciones con las que sueña. Un buen jinete al que le falta caballo.

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