Repaso - Reprobar o no reprobar ¿Esa es la cuestión?
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
El asunto de la no reprobación durante el primer trimestre del presente ciclo lectivo, se dice que es propuesta de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y ha ocasionado algunas reacciones entre padres de familia e, incluso, entre ciertos docentes, quienes han reaccionado de manera airada en contra de esa decisión.
Algo tienen que hacer las autoridades correspondientes en cada entidad, para orientar acerca de las razones pedagógicas, formativas, que subyacen en los criterios de evaluación autorizados por la SEP, porque parece que la cuestión principal en todo esto es la pertinencia o no, de asignar en estos momentos una nota numérica a los alumnos, según sea su rendimiento en el delicado contexto de la pandemia y el obligado aprendizaje mediante la llamada educación a distancia.
¿Qué han hecho o piensan hacer las diversas áreas integradas al Instituto de la Educación del Estado de Morelos (IEBEM), conducido actualmente por Eliación Salgado de la Paz? Lo lamentable es que nada estuvieran haciendo.
A la razón formativa me refiero, porque con ella se pueden superar los reduccionismos en educación, como el de suponer que todo el proceso de enseñanza - aprendizaje gira única y exclusivamente en torno al logro de una calificación.
¿Qué hay más allá del número, de la nota calificatoria? Que hay más allá de la escuela misma, cuya importancia es fundamental pero no constituye el todo donde cada alumno se va conformando. El todo es la vida misma, allí donde nos enfrentamos a retos, nos topamos con obstáculos, sufrimos reveses o superamos escollos.
Si hay que hacerle honor a la premisa pedagógica de educar para la vida, en nuestros días la vida se desarrolla en las condiciones especiales que todos sabemos y, en consecuencia, la educación se debe adecuar a esos escenarios. ¿Qué tanto los niños o adolescentes han tenido que hacer, cómo se han comportado, de qué manera solventan sus necesidades primarias, cómo se relacionan con los demás? Esos y otros asuntos los están conformando en nuestros días. Están aprendiendo a ser, a vivir de alguna manera. La escuela, los maestros, seguramente están conscientes de ello y por eso deben hacer lo posible por entender la problemática particular por la que atraviesan todos y cada uno de sus alumnos.
Análisis de esa índole seguramente determinaron los lineamientos difundidos por la SEP para evaluar a los educandos. El documento referido se le tituló “Orientaciones pedagógicas y criterios para la evaluación del aprendizaje para la educación preescolar, primaria y secundaria en el periodo de contingencia sanitaria generada por el virus Sars Co-V2 (COVID) para el ciclo escolar 2020 . 2021.”
En ningún momento se habla de promover a los alumnos sin considerar el esfuerzo y el cumplimiento que deben realizar. La decisión de aprobar a los alumnos de prescolar por el hecho de cursar los grados correspondientes de ese nivel, obedece a principios fundamentados de su desarrollo, lo mismo que en el primer grado de primaria. Para los que hemos sido responsables de atender alumnos de ese grado, sabemos de la pertinencia de incorporarlos a un ciclo inicial de la primaria que abarque dos grados.
Llaman la atención los siguientes criterios establecidos para la evaluación en los demás grados de primaria y secundaria:
- Comunicación y participación sostenida.
- Comunicación intermitente y baja participación en actividades propuestas por el profesor.
- Comunicación prácticamente inexistente.
En esos rubros están implícitas las circunstancias que condicionan a cada alumno, tanto en lo individual cono en el nicho social dentro del cual interactúa. La calificación vendrá después, tal vez al final del ciclo escolar. Lo importante en el acuerdo al que me estoy refiriendo, son las orientaciones pedagógicas que sugiere la autoridad federal. Eso es lo que debe reflexionarse y no caer en el simplismo de la reprobación o la aprobación como la cuestión principal del proceso educativo en estos tiempos pandémicos.
Desde luego, es una responsabilidad de la autoridad educativa en cada estado, difundir esas orientaciones, someterlas al escrutinio público, defenderlas si tienen el convencimiento que en última instancia lo que se propone y a lo que se aspira es a la formación integral del ser humano, cuyas potencialidades en lo general no pueden constreñirse a la simple aspiración de otorgar una nota numérica.
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