La crisis que viene
En opinión de José Román
Lejos de disminuir el problemas económico y de seguridad que ha sufrido la sociedad, éste año se sumó para acelerar el daño a las familias mexicanas, el Covit19.
Las tres enfermedades sociales y de salud que enfrentan todos los que vivimos en esta nación están minando la economía muy seriamente y sus efectos los miraremos con más realidad el año que llega en poco más de un mes. Las quiebras de más de 200 negocios pequeños en Cuernavaca, registrados oficialmente a la fecha, no son los reales por lógica, faltan los ambulantes, por decir algo y van a aumentar por obvias razones. Entre éstas las que implican el que muchos de los pequeños negocios no tendrán forma de subsistir dadas las obligaciones que sostienen como el pago de renta, impuestos y nómina. Al no conceder tregua alguna el gobierno federal y menos el estatal y municipal para darles un respiro con algún tipo de apoyo realmente accesible y práctico y no un mero paliativo relativo y circunstancial, muchos tendrán que cerrar otros han cerrado ya sus cortinas.
Por desgracia no puede respirarse optimismo ya que todo está en contra de un buen funcionamiento de la economía. Si miramos un poco atrás las cosas, observaremos que hay poca actividad primaria que detone el empleo y apenas si se medio sostienen los negocios existentes. Tenemos una economía de sobrevivencia con tendencias a destruirse por falta de mercado. Es decir, por falta de clientes. Eso es porque los clientes han perdido paulatinamente el poder adquisitivo y las tendencias consumistas que movían y aun mueven el mercado han comenzado a revertir sus tendencias al enfrentar la realidad que implica la pérdida de empleos y la delincuencia.
La delincuencia como es obvio ha tendido a crecer y se aprovechan precisamente de las circunstancias para buscar nuevos afiliados de preferencia jóvenes desempleados. Eso significa la afectación que miramos en las calles cuando hace presencia en delitos criminales a todas horas y en todos los lugares. Nadie está a salvo. Atravesamos un círculo vicioso que solo el gobierno puede revertir, porque es precisamente al gobierno a quien la sociedad le da las facultades de imponer cambios de las reglas del juego para motivar la economía. Para eso hace falta promover la inversión dando y fomentado esquemas atractivos que hagan factible y conveniente invertir por parte de quienes aún tengan algún capital. Como estamos el día de hoy, los aumentos constantes de obligaciones a las pequeñas y medianas empresas asfixian la posibilidad de que se generen nuevos negocios y como consecuencia se generen empleo o al menos para promover el auto empleo que evite el fomento a la delincuencia.
Los empresarios en potencia, pequeños sobre todo prefieren el negocio callejero que no requiere tantas reglas y tantos requisitos para existir. El problema es que al aumentar el crecimiento en éste tipo de negocios, los impuestos y las obligaciones y sobre todo los derechos a los trabajadores se escamotean por su propia naturaleza. Urge por lo mismo que quienes tienen la autoridad para imponer las reglas se pongan a analizar qué cambios se requiere para motivar la economía y alejar el fantasma del desempleo. El gobierno en todos sus niveles puede y debe iniciar un programa tendiente a fomentar la creación de nuevos negocios para motivar la creación de empleos y como consecuencia de impuestos. Para eso necesita eliminar muchas trabajas y requisitos sobre todo en los municipios, en el gobierno estatal y el gobierno federal necesita mirar con la realidad y no con la demagogia o filosofía ideológica las cosas cotidianas del día a día de la sociedad. Se sumarán probablemente más empresas a las quiebras, delo por hecho, además de las que como Best Bay de cuyas pérdidas se suman más o menos 2500 empleos que se alejan y que constituirán un problema social a resolver para todos los niveles de gobierno porque son padres de familia, madres, hijos los que ahí laboraban y que dan cesantes y con necesidades a resolver. Ajustar y reducir impuestos y eliminar requisitos en todos los niveles y áreas reglamentarias es por lo mismo una necesidad porque el Covit 19 seguramente dejará mayores estragos económicos en la población y por lo mismo daños severos a la economía de las familias, que perderán por obvias razones su capacidad adquisitiva. A eso súmele la delincuencia que cada día es peor manejada por el gobierno federal ya que el estatal, está por los suelos. Son unos inútiles para combatirla.