Día Mundial de la Concienciación del Autismo
En opinión de Mayra Santoveña Arredondo
Al margen de la emergencia sanitaria por el COVID-19, no debemos olvidar que ayer se celebró el Día Mundial de la Concienciación del Autismo, fecha para sensibiliza y visibiliza los derechos humanos de las personas con esta condición, a partir de que las Naciones Unidas reconocieran los derechos de las personas con discapacidad, incluidas las personas con autismo, como se observa en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, así se propuso al 2 de abril como el Día Mundial de la Concienciación del autismo que se conmemora desde el 2008.
En 2015, cuando los líderes mundiales adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la comunidad internacional reafirmó su firme compromiso con el desarrollo inclusivo, accesible y sostenible, y prometió que nadie se quedaría atrás (ONU, 2019).
En México el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 señala: Nada, al margen de la ley; por encima de la ley nadie y no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie afuera (SEP, 2019). Así la Reforma al Artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sienta las bases para que nadie quede excluido del Sistema Educativo Nacional (SEN), colocando al centro a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, para que los educandos alcancen el máximo logro de los aprendizajes sin importar su punto de partida (SEP, ENEI, 2019).
La organización Iluminemos de Azul, menciona que en México 1 de cada 115 niños cursa con el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Sabemos que los TEA son una condición del neurodesarrollo que compromete la comunicación, la interacción social, las conductas y la integración sensorial.
En la actualidad, podríamos afirmar que hay un avance en la noción y clasificación de los TEA (DSM-5, 2013), sí, pero hace falta emparejar los criterios diagnósticos con las diversas estrategias de intervención integral; por ejemplo en México, no se cuenta con diagnósticos certeros a edades más tempranas, ello permitiría a las familias recibir la orientación y apoyo pertinente desde el sector salud (médicos, neuropediatras, neurólogos, paidopsiquiatras, psiquiatras, y neuropsicólogos son pieza clave para el seguimiento con las personas que presentan TEA). De igual manera el que asistan a la escuela desde el preescolar es también un elemento de vital importancia, ya que entre más temprano se atienda el TEA, mayores serán los beneficios dentro de su condición.
Los docentes requieren una serie de herramientas para llevar a cabo su trabajo con información certera sobre el TEA, conociendo e implementando metodologías, técnicas y estrategias para la atención educativa de los alumnos, lo que conlleva al docente a estar mejor capacitado para la atención de la diversidad dentro del contexto escolar.
Pareciera que los servicios públicos de salud, educación, cultura y deporte (que en intención tienen como una de sus finalidades proporcionar a la población un trabajo integral), aparentemente operan desarticulados, por ello es imprescindible, en el marco de esta conmemoración, contar con: a) Diagnósticos certeros del sistema de salud, ya que son quienes describen y explican cuál es la situación de los menores con TEA. b) Empatar el apoyo integral de los servicios de salud, educativos, culturales y deportivos para eliminar las barreras para aprender y participar, contribuyendo al pleno desarrollo de capacidades y habilidades de la población con TEA. c) Tener un verdadero sistema de capacitación para los docentes de educación especial, que permita atender de manera eficiente las diversas necesidades de esta población en los centros escolares como: atender la integración sensorial, promover ambientes estructurados, implementar sistemas alternativos y aumentativos de comunicación, seguir rutinas, manejar agendas visuales y calendarios, promover historias sociales, etc., como estrategias de intervención con los alumnos en condición de TEA. d) Generar redes de apoyo y contención a las familias con algún miembro con TEA, promoviendo una cultura de soporte necesaria para las familias, incluso en situaciones atípicas (como el fenómeno de la pandemia por el coronavirus), debido a la incertidumbre y descontrol sobre lo que llamamos “lo cotidiano”. e) Promover espacios de participación social empáticos y sensibles a la diversidad, en específico a la población con TEA y seguir ganando entornos en centros deportivos, centros comerciales, centros recreativos, restaurantes, salas de cine, teatros, museos, parques, plazas, transporte público, entre otros.
Así pues son muchas las acciones que como sociedad podemos generar, promover, exigir y no nada más como recordatorio en el marco del Día Mundial de la Concienciación del Autismo.