Repaso
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
- Jorge Argüelles Victorero, el motejador
“Maestra Canuta”, motejó a la diputada local Blanca Nieves Sánchez Arano, el diputado federal Jorge Argüelles Victorero. Además, reaccionó colérico en contra de otros integrantes de la 54 legislatura en virtud de la aprobación de un presupuesto no satisfactorio para el gobierno del ex futbolista Cuauhtémoc Blanco Bravo.
No tardó el iracundo individuo en disculparse con Blanca Nieves, arguyendo que su ex abrupto se le salió al calor del debate, “por lo cual se dicen cosas sin meditar y se cometen errores”.
La disculpa no evitó que un grupo de diputadas locales acudiera a la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de Morelos para interponer una queja al respecto, acusando a Argüelles Victorero de misógino y de violencia de género. Acompañaron a Blanca Nieves Sánchez sus homólogas Ana Cristina Guevara y Nadia Josefina Díaz Roca, así como el protagónico diputado José Casas González y, solidaria, la entonces coordinadora del Movimiento de Mujeres del Partido Nueva Alianza, Kenia Lugo Delgado,
El asunto, hasta donde estoy enterado, no pasó a mayores, pero quedó registrado para recordar en su momento, como ahora, los impulsos emocionales del personaje referido, quien aceptó que, en esa ocasión, según lo registró la reportera Rocío Tlaolli Preciado en una nota informativa, haber dicho las cosas movido por el enojo y, digo yo, la bajeza.
Pues bien, es tiempo de que Jorge Argüelles Victorero se ha convertido en presidente estatal del Partido Encuentro Social (PES), gracias a un proceso peculiar en donde parece haber imperado el acuerdo entre muy poquitos, como Cuauhtémoc Blanco Sánchez, José Manuel Sanz, Hugo Eric Flores y el susodicho. Muy al estilo de aquellos clásicos tiempos políticos en los que prevalecía la voluntad de unos cuantos “notables”.
Con esa designación me queda muy claro que en Morelos el partido en el gobierno es el PES y no Morena. El deslinde está hecho, con todo y que aparentemente hay un pacto de cuates entre ambos organismos políticos, más de palabras que de acciones y principios. Entre los firmantes, cada quien obtuvo lo que esperaba. López Obrador reduciendo a la condición de menos cero, políticamente hablando, a Graco Ramírez y sus congéneres, y Cuauhtémoc Blanco Bravo, mandando a volar a sus otrora socios del PSD cuyos nombres no vienen al caso, dándoles el puntillazo final y accediendo a la gubernatura del estado gracias a su popularidad, más que a sus escondidas o ausentes cualidades en esos menesteres del ejercicio público.
El caso es que el desaparecido PES a nivel nacional, tiene en Morelos su reducto para mantenerse vivo regionalmente. Y será Argüelles Victorero quien encabece el funcionamiento de ese partido. El cálculo parece adecuado. Es el tiempo oportuno para permear en el ánimo ciudadano y formar cuadros militantes que se dispersen territorialmente en toda la entidad. Buscan, sin que lo digan, repetir el triunfo que le deben más a Obrador.
El reto para ese nuevo dirigente pesista es bárbaro. Si esperan que el mandatario estatal conservará su popularidad durante toda su gestión y ello será imán que atraerá el convencimiento ciudadano a su favor, pueden errar feamente. Esto lo constataremos en las elecciones intermedias, en las que la única certidumbre es la mediocridad en la que han caído los diferentes partidos políticos, incluido el sobrado PES.
Ante ese nebuloso panorama los retos de Argüelles Victorero le obligarán a emprender estrategias de penetración con cuadros militantes que por ahora no tienen, ni les dará tiempo para integrarlos. El PES sigue siendo un partido morralla. Ya lo veremos.
Al diputado federal ungido como dirigente en Morelos de ese fantasmal partido le esperan muchas inconsecuencias. ¿Asumirá actitudes beligerantes como la que demostró al calificar de “maestrea Canuta” a la diputada del Partido Nueva Alianza? Ya lo veremos también.
- De refilón
¿Estarán tan deschavetados en el PES, para siquiera insinuar, como dicen que ha sucedido, que José Manuel Sanz está preparando el camino que le facilite suceder a Cuauhtémoc? Yo digo que no. De hecho, ya es gobernador facto ante las limitaciones evidentes del ex futbolista. Claro, ya sé: en política todo puede suceder.
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