Repaso
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
• La Cartilla moral: sincérense
A ver, sincérense, sobre todo quienes están pegando el grito en cielo por la “imposición” que de la “Cartilla moral” dicen que hace el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. ¿Ya la leyeron? ¿Qué temas o aspectos aborda? ¿Tienen argumentos válidos para cuestionarla o simplemente la descalifican porque la propone el actual presidente?
En la revista Letras Libres, dirigida por Enrique Krauze, a quien por cierto no se le puede etiquetar como simpatizante de López Obrador, se publicó en enero pasado el artículo “La historia de la Cartilla moral de Alfonso Reyes”, escrito por Rodrigo Martínez Baracs. Hay que leerlo. Puntualiza asuntos que fueron polémicos, controvertidos, y al mismo tiempo pondera su valía. Rodrigo Martínez Baracs es hijo de José Luis Martínez, reconocido escritor, en su momento secretario particular de Jaime Torres Bodet, también escritor y a la sazón secretario de Educación Pública. Ambos ilustres intelectuales fueron quienes impulsaron inicialmente el proyecto de la “Cartilla Moral”, en el contexto de una decidida campaña de alfabetización a nivel nacional. Corría la década de los años 40 del siglo pasado. Sin embargo, su publicación, por una serie de imponderables, tuvo lugar años más tarde.
Una edición de la “Cartilla moral” llegó a mis manos en 1982, en ocasión del Día Nacional del Libro, celebrado el 12 de noviembre. Editado por la Asociación Nacional de Libreros, fue distribuido de manera gratuita. El volumen publicado integró los siguientes trabajos de Alfonso Reyes: “Cartilla moral” “La X en la frente” y “Nuestra lengua”. No supe entonces si alguien objetó esa cortesía editorial. Del contenido de la “Cartilla”, Martínez Baracs explica:
“La Cartilla moral rebasó ciertamente las dos o tres páginas breves que le pidió mi padre, pues en este fin de semana salió de la cabeza y de la pluma de Reyes un breve tratado sobre la moral humana como código del bien, que nos obliga a una serie de respetos concéntricos: el respeto a nuestra persona, en cuerpo y alma; el respeto a la familia, el respeto a la sociedad humana en general, y a la sociedad particular, en que nos toca vivir; el respeto a la patria, a la especie humana y a la naturaleza que nos rodea.”
En la revista Nexos (julio 2018), Carlos Eduardo López Cafaggi, al desarrollar su artículo “Alfonso Reyes y López Obrador: de la Cartilla Moral a la Constitución Moral”, opina:
“Lamentablemente, la Cartilla Moral ha tenido una historia funesta. Por azares del destino el documento jamás vio la luz con el propósito social que tenía previsto. Reyes tendría que publicarlo por su cuenta en 1952, sin apoyo de la SEP. La tragedia se repitió en 1992, cuando José Luis Martínez reeditó el texto para los maestros de la SEP, pero fue censurado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, a petición de la maestra Elba Esther Gordillo. Sin duda es una lástima que tal cartilla, impregnada de idealismo y convicción social, se haya relegado hasta empolvarse en la historia, en vez de persistir en nuestros días.”
Sobre la presunta imposición de la “Cartilla moral”, debe decirse que en 1992 se ofreció a los maestros no como un cuerpo doctrinario, sino como un testimonio pedagógico de uno de los mejores escritores que ha dado nuestro país. Todo parece indicar que con ese mismo aliento se difunde en nuestros días.
“Como vemos —concluye Rodrigo Martínez Baracs— […] la Cartilla moral es una buena lectura que no le hará daño a nadie y que propiciará el deseo de leer más a Alfonso Reyes y a los autores que cita, y de reflexionar sobre nosotros mismos y cómo podemos ser mejores con nosotros mismos y con los demás.”
¿Alguien tiene argumentos contrarios a los aquí citados o ideas preconcebidas que pudieran someterse también al escrutinio público?
• De refilón
Un abrazo cordial desde aquí a mi amigo León Felipe Acosta Tovar, quien espero esté en proceso de recuperación de un padecimiento que se le agravó. Por cierto, entre los proyectos en los que ha participado, está el de haber formado parte fundamental del equipo de trabajo que apoyó a Andrea Martínez Baracs en las investigaciones y consultad bibliográficas que dieron como resultado el libro “Repertorio de Cuernavaca.”
Andrea Martínez Baracs es hermana de Rodrigo de los mismos apellidos, al que hemos citado en estos comentarios. Obviamente, su padre es el ameritado académico y escritor José Luis Martínez, quien fue sin duda el principal promotor de la “Cartilla moral” de Alfonso Reyes.
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