Repaso
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
- SNTE: Foros educativos regionales
Ayer jueves, en el auditorio de la Secundaria General 1 “Froylán Parroquin García”, tuvo efecto el foro regional organizado por la Sección 19 del SNTE, siendo anfitriona de la Sección 14 de Guerrero. El propósito de ese evento consistió en la presentación de ponencias con miras o aportar ideas, tesis o enfoques que enriquezcan las leyes secundarias derivadas del aliento educativo implícito en el 3º Constitucional, recientemente reformado de acuerdo con el presunto modelo educativo impulsado por el gobierno federal que conduce Andrés Manuel López Obrador.
Fue evidente la importancia que se le dio a ese foro. Hicieron acto de presencia el secretario de educación del estado, Luis Arturo Cornejo Alatorre y el director general del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos, Eliacín Salgado de la Paz.
Los convocantes se esmeraron en la organización, encabezados por su dirigente seccional, Gabriela Bañón Estrada. Desde luego, se apreció el acompañamiento de los representantes en Morelos del Comité Ejecutivo Nacional. Estuvieron también allí, solidarios, los ex dirigentes seccionales Basilides Nava Ariza, Mario Luis Salgado y Luis Manuel Rodríguez. Los moderadores del foro fueron de lujo: el profesor Francisco Camilo y la profesora Elena Bailón.
En lo personal, acepté la invitación para presentar una ponencia y el tema que abordé fue el de la revisión y ampliación del principio de gratuidad en el artículo 6º de la Ley General de Educación. La evolución de ese principio es interesante. En 1917 sólo se especificaba que el Estado se obligaba a impartir la enseñanza gratuita. En la reforma con orientación socialista del año de 1934, se avanzó sustituyendo el concepto de enseñanza por el de educación, y además se precisó que la educación primaria seria gratuita. Para la reforma de 1946, quedó establecido que toda la educación que ofrezca el Estado, ya no sólo la primaria, sino los demás niveles educativos, seria gratuita.
Con ese aliento se concibió el artículo 6º en la Ley General de Educación, en el que se advierte que la noción de gratuidad está circunscrita, o al menos así se ha interpretado, al no pago de cantidad alguna para recibir el servicio en escuelas públicas.
Sin embargo, debe reconocerse que el Estado mexicano ha dado pasos en firme para superar esa circunstancia. De ahí que, a partir de 1960, entregue libros de texto gratuitos, un gran logro que merece todo reconocimiento.
Esfuerzos distintos, pero con el mismo aliento de la gratuidad, se han emprendido en diversos ámbitos, no sólo el federal, sino en el regional. Aquí debemos de incluir, por ejemplo, la entrega de desayunos escolares que, si bien no son totalmente gratuitos, se ofrecen a un costo simbólico; o la entrega de uniformes y útiles escolares gratuitos. Incluso hay una entidad federativa, Querétaro, en cuya capital opera un programa de transporte escolar gratuito.
El problema que se observa es que ese tipo de beneficios parece estar subordinado al criterio discrecional de diversas autoridades gubernamentales o actores políticos, lo que implica infortunadamente el riesgo de retirarlos en cualquier momento o de manipularlos al antojo de quienes administran los recursos. Las ocurrencias con tufo proselitista han pululado.
En Morelos así ha ocurrido. Recuerdo que las pasadas campañas electorales José Manuel Agüero Tovar en campaña hasta zapatos gratis. Es una realidad, por otro lado, que existen municipios que entregan útiles escolares gratuitos y otros no, lo cual marca una diferencia entre niños y adolescentes de las distintas regiones del estado.
Vale la pena recordar también, que en nuestra entidad se derogó la Ley para la Erradicación de la Obligatoriedad de Cuotas Escolares, sometida esa decisión a una coyuntura político electoral, porque esa derogación fue requisito acordado entre la mayoría de los integrantes de la pasada legislatura, para aprobar la Ley de Uniformes Escolares Gratuitos, impulsada por la gris diputada de entonces, Silvia Irra Marín. Finalmente, la aplicación de esa ley incurrió en graves irregularidades y no se cumplió con los fines establecidos.
Creo que resulta necesario repensar el principio de gratuidad en la educación pública. Los tiempos que corren me parece que así lo exigen y la necesidad de formar a los mexicanos debe atender condiciones de equidad y de justicia social para todos.
No sé si en verdad las ponencias que se presentan son atendidas por las instancias federales encargadas de estructurar esas leyes secundarias. Entiendo, desde luego, que hay una fuerte connotación política por parte del SNTE. Con la realización en todo el país de esos foros echa andar toda una estrategia mediática, en la que el discurso de la participación de los maestros es insustituible. De esa manera el Comité Ejecutiva Nacional se asume prioritariamente defensor de los que ahora se llama la Nueva Escuela Mexicana y busca, con eso, fortalecer su posición en el ánimo de titular del Poder Ejecutivo. Pura estrategia política, sin duda.
Llega el momento en el que se presume de la voluminosa cantidad de ponencias presentadas por el magisterio, pero como que algo queda inacabado. Por lo menos en Morelos, como que se convoca, se realiza, se recaban las propuestas, se integran presuntamente al “paquete” federal y se soslaya la posibilidad de continuar con el análisis educativo a nivel local, de modo que las ideas o los razonamientos exhibidos puedan fomentar la cultura pedagógica que, por acá, por estos suelos surianos, está muy olvidada. Ojalá que no sólo se convoque a los maestros cuando hay una invitación nacional. Es necesario tener iniciativa propia y alentar las reflexiones sobre educación con actores locales en los contextos específicos en las que se desenvuelven, ¿Estaré soñando?
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