Punto Kairo - Aprender de la violencia

En opinión de Juan Salvador Nambo

Punto Kairo - Aprender de la violencia

¿Qué enseñanzas nos dejan las diferentes experiencias para atender la violencia en las escuelas? Esta pregunta se hizo en el artículo “Learning from Violence: Middle-school Principals facing School Violence Prevention Programs” que publicó la Revista Romaneasca pentru Educatie Multidimensionala, una revista rumana con indexación en Wos, la cual se ha mantenido atenta de la situación que guarda la violencia escolar en nuestro país.

Dicho artículo explora la opinión de los directores de secundaria de Morelos ante los programas de seguridad escolar que se habían realizado en Morelos desde antes del 2016. En este sentido se establecía que desde inicios de este siglo, en el municipio de Cuernavaca, capital del estado de Morelos en el centro de México, se hizo común escuchar sobre la implementación de estrategias de seguridad escolar en las escuelas de nivel básico: “Operativos mochila”, “DARE” (Drug Abuse Resistance Education), “Escuela Segura” (González & Rivera, 2014), entre otros, con el objetivo de prevenir la violencia y la drogadicción, debido a la proliferación de pandillas y denuncias de padres de familia, estudiantes y maestros sobre la venta de drogas dentro y fuera de las instituciones educativas; además del incremento de actos vandálicos y criminalidad en colonias populares consideradas como puntos rojos por parte de las dependencias federal, estatal y municipal de seguridad. Estas acciones se realizaron de forma constante en las escuelas primarias y secundarias del municipio y fueron impulsadas por las autoridades encargadas de la prevención del delito.

La investigación que se presenta es cualitativa y se realizó a partir de la documentación del tema, el análisis de la situación de convivencia en las escuelas secundarias y el diseño e interpretación de un instrumento de medición que se construyó dirigido a 82 directores de secundaria en escuelas ubicadas en tres zonas metropolitanas de estado de Morelos, México.

Los resultados muestran factores de riesgo que afectan la convivencia escolar y acciones o estrategias para atenderlas:

Entre los factores de riesgo se mencionan los siguientes: Venta de drogas dentro y fuera de la escuela; Delincuencia organizada y narcotráfico al exterior de la escuela; Ciberbullying; Grafiti; Padres que fomentan la violencia con sus hijos dentro y fuera de la escuela; y, aunque no necesariamente es una forma violenta: Consumo de mariguana dentro y fuera de la escuela.

Entre las acciones que los directores dijeron haber realizado se encuentran: Eventos deportivos; Talleres de convivencia; Funciones de cine y teatro; Información y socialización del problema; maratones del conocimiento; e incluso los desfiles que se realizaban en la comunidad a la que pertenecían las escuelas.

Asimismo, se destacaron las siguientes condiciones de la escuela para favorecer los ambientes de convivencia:

1). Siete de cada 10 directivos señalan como adecuados o muy adecuados los ambientes de convivencia (Iluminación natural, iluminación artificial, ventilación, condiciones auditivas, condiciones de higiene (limpieza del salón) y, finalmente, tamaño del salón) en relación con el aprendizaje.

2). Sin embargo, en la zona metropolitana de Cuernavaca una tercera parte de las escuelas no contaban con biblioteca escolar, mientras que en otras dos se tenían, incluso, bibliotecas que no están en servicio.

3). Uno de cada tres directivos señaló no contar con espacios recreativos.

4). Existe escaso recurso en los planteles para contar con un área de trabajo social (servicios de apoyo).

Cabe destacar que el 93.3% de los directivos respondieron que en sus escuelas se contaba con proyectos y programas como: Lectura y actividades culturales; el Programa Escuela Segura; Fomento de valores; así como la colaboración entre padres de familia, maestros y alumnos. El 6.7% de los directores restantes argumentaron no contar con proyectos o programas de convivencia o seguridad escolar.

Por otro lado, establecieron que las acciones relacionadas con la buena gestión, la comunicación, el respeto a las normas, el escuchar a los estudiantes y la disposición para el trabajo, son determinantes para el éxito de cualquier programa de seguridad. En tanto que el fracaso es atribuido a la falta de apoyo de los padres, a la apatía de directivos y a las redes sociales.

Entre las conclusiones de dicho artículo se destaca que en México, al margen de las políticas, los integrantes de la comunidad escolar ha desarrollado algo que podría denominarse metacognición de la violencia, al reflexionar y aprender de las distintas estrategias para evitar ser afectados por la violencia que se vive en el entorno escolar. Hay acciones que se realizan para evitar la inseguridad y que no han sido parte de una política específica sino por el simple hecho de sobrevivir a una colonia considerada peligrosa. Acciones como pertenecer a un grupo social específico o mantener lazos afectivos con los compañeros de la escuela, pueden sugerir mayor seguridad entre los estudiantes.

Se ha encontrado evidencia de que los directivos de las secundarias estudiadas trabajan de manera colaborativa con sus padres, maestros y vecinos, en la resolución de problemas en el contexto local relacionados con la violencia, con una visión global, influenciados por la sociedad del conocimiento (Tobón, González, Nambo & Vázquez, 2015); de esta manera, los agentes sociales se apropian y resignifican los recursos y orientaciones culturales existentes, más que ocuparse de vigilar a quien pueda ser peligroso en la escuela.

Para más información: Nambo, J. (2019). Learning from Violence: Middle-school Principals facing School Violence Prevention Programs. Revista Romaneasca Pentru Educatie Multidimensionala, 11(3), 163-179. https://lumenpublishing.com/journals/index.php/rrem/article/view/1446