Ojos charcos

En opinión de Carlos Morales Cuevas

Ojos charcos

Locura profunda que hipnotiza los hilos de los que pende el sol,

laberinto de albatros perdidos,

ojos, corazón retoñando bajo el arcoíris en erupción.

¿Qué hay detrás de esa mirada taciturna?

Diminutos infinitos dialogando en corro con la muerte.

¿Qué es la muerte?

Hojarasca que deambula bajo el sol a un ritmo anónimo y sempiterno.

Ojos, luna de trigo enmarcando tus misterios.

¿Qué hay en la memoria de tu espejo?

Cigarras cantando, alborozo, borrasca…

¿Qué es el reflejo?

Ojos que laten anidando mis silencios,

transfigurando abismos,

lavando los pies líquidos del olvido.

¿Dices que tus ojos son zarcos?

¡Parlanchines de Babel!

Charcos de mar y fuego

¡Ojos garzos!

Cántaros de mariposas pululantes,

oráculo susurrando en el tálamo del viento,

apoteosis de un ruiseñor ofrendando su penúltimo concierto.

Tu sonrisa es una grieta en el mar,

cavidad de secreta armonía furtiva,

camino de la noche por el que se ha extraviado el tiempo,

palafito que suspira bajo la luz de tus ojos:

charcos reflejantes de la desnudes de Dios.