Observador político - Van tras empleados bancarios que tengan vínculos con la delincuencia
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
En los últimos días se anunció desde del Congreso del Estado que realizarían cambios al Código Penal para dotar de elementos y castigar penalmente a los empleados bancarios que faciliten o contribuyan al robo de los cuentahabientes. Esto, derivado de los altos índices delictivos que se han registrado en los bancos donde personas que acuden a sacar fuertes cantidades de dinero, son asaltados, amenazados, golpeados y heridos e incluso hasta asesinados.
MEDIDA APLAUDIDA POR LA SOCIEDAD.- El anunció de inmediato fue tomado con beneplácito no solo por los derechohabientes sino por la sociedad en general, de que se les castigue con todo el rigor de la ley a los trabajadores de los bancos que revelen información “privilegiada” hacia el exterior por poner en riesgo la integridad patrimonial y familiar de las personas que acuden a realizar algún trámite. Y la medida fue acogida en automático porque hoy en día, es evidente que la seguridad del dinero de los cuentahabientes en los diferentes bancos de México es mucho muy vulnerable porque la delincuencia se ha filtrado en todas las instituciones y las bancarias, por los hechos registrados y evidenciados, no son la excepción. Bajo ninguna circunstancia se puede decir –lo reprobamos tajantemente- que todos los empleados son corruptos y tienen vínculos con el hampa. No, de ninguna manera. Lo cierto, es que hay muchos casos que son sospechosos porque supuestamente cuando alguien va a retirar alguna cantidad fuerte de dinero, nadie se sabe pero al salir, ya los están esperando metros afuera de la institución bancaria los delincuentes, los mismos que tienen la información precisa del monto que traen resguardado. Sin embargo, para los especialistas en el tema, además de posibles vínculos con la delincuencia organizada de empleados bancarios, el problema se ha reflejado de forma más real dentro de las propias instituciones en donde los delincuentes se mezclan entre los tarjetahabientes y se percatan de los clientes potenciales para asaltar al percatarse que retiran fuertes cantidades de dinero, previa investigación de con quien acude acompañada la persona que será una víctima más de la delincuencia organizada. Un ejemplo de que sí existen estas bandas debidamente consolidadas, son las detenciones que se han realizado en la Ciudad de México, donde la Fiscalía a través de la Dirección de Investigación de Robo a Cuentahabientes, ha desarticulado a varias bandas dedicadas al atraco de personas que acuden a los bancos.
BANCOS, OMISOS Y RESPONSABLES.- Lo triste, es que cuando se detecta algún delito cometido dentro o fuera de los bancos, los directivos de estas instituciones frenan las investigaciones y difícilmente contribuyen con la entrega de la información a los elementos policíacos que acuden cuando la alarma se dispara. Se cierran. Niegan la entrega de los videos y rechazan declaraciones de forma tajante. De ahí la importancia que tiene las modificaciones de los legisladores para frenar este creciente delito. Y a manera de ejemplo, se precisa en el artículo 91 de la Ley de Instituciones de Crédito: "Las instituciones de crédito responderán directa e ilimitadamente de los actos realizados por sus funcionarios y empleados en el cumplimiento de sus funciones, sin perjuicio de las responsabilidades civiles o penales en que ellos incurran personalmente". Más aún, porque pese a ello, deciden mantener un perfil bajo e ignoran el fenómeno y se abstienen de participar con la información solicitada para la realización de las investigaciones y castigos correspondientes. Ojalá que esta medida sea benéfica y se combata verdaderamente estos delitos y se garantice la seguridad y tranquilidad de los derechohabientes y su patrimonio.
“EL PASO DE LA MUERTE”.- Es inaudito que especialistas en la materia, profesionales con experiencia y supuestamente con mucha capacidad son los funcionarios de la Secretaría de Caminos y Puentes, que no ganan cualquier cosa y que, al encargarles obras de carreteras y vialidades importantes, siempre hagan chambonadas y utilicen material de mala calidad y a costos extremadamente elevados, y como ejemplo está el Paso Exprés Tlahuica, al que se le conoce popularmente como el “Paso de la muerte”, en Cuernavaca, por el cúmulo de pérdidas humanas que se registraron desde el año 2012 que empezó conjuntamente su conjuntamente con el inicio de la administración del perredista Graco Ramírez. Y sin importar el número de personas que perdieron la muerte por el motivo que haya sido en el transitar por ese tramo carretero, además de los heridos por la misma situación, dejó la SCT pasar muchos años, al menos seis, para tratar de poner orden y evitar más muertes por accidentes automovilísticos. Hoy, a pesar de que el problema se mantiene y no ha sido atendido al 100 por ciento, se preocupa el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, por la toma de casetas por manifestantes en razón de que les provocan pérdidas económicas al país –y al estado- por cantidades de hasta cuatro millones de pesos al día, que por atender los males existentes en esta y otros tramos carreteros, algo que para mucha gente es inaudito porque evidencian más el interés económico por el de la seguridad social.
Peor aún, que amenacen con poner contra los manifestantes a los elementos de la Guardia Nacional, sobre todo en las plazas de cobro del país cuyo fin es para disuadir a los que deciden tomar las casetas. Y ante este panorama, no queda más que exigir que le metan el mismo interés de evitar la toma de casetas que en arreglaras las autopistas, y que representan verdaderos peligros para los automovilistas que circulan por estos pésimos tramos carreteros.
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